El presidente Alberto Fernández volvió a repudiar un ataque a la figura de Cristina Kirchner a raíz de los actos vandálicos a una escultura de la Vicepresidenta en Río Gallegos. El mensaje llega en medio de la fuerte interna que vive el Frente de Todos y el reproche que había recibido el mandatario por parte del ala dura del kirchnerismo por no expresarse públicamente cuando manifestantes arrojaron piedras a la oficina del Senado.
Recientemente, el Presidente se había expresado por los carteles en la vía pública que aparecieron el pasado lunes, que responsabilizaban a CFK por las muertes de coronavirus, a raíz de los acuerdos con Rusia por las vacunas.
“Hoy fue derribada y vandalizada en Río Gallegos una estatua montada en homenaje a Cristina Kirchner, dos veces Presidenta de la Nación y actual Vicepresidenta. Ella se ha ganado legítimamente un lugar en nuestra historia y en nuestro presente. Respetar las instituciones y la convivencia en la diversidad ideológica son una exigencia que nuestra democracia nos impone”, expresó en cuenta de Twitter.
Y agregó: “La información que llega también da cuenta que actos vandálicos similares padecieron allí estatuas de Néstor Kirchner y Fernando de la Rúa. Repudio la violencia de los cultores del odio que son capaces de hacer semejante daño a la paz social”.
El monumento de Cristina Kirchner, junto a los de otros ex mandatarios argentinos que realizó el escultor Miguel Villalba, había sido inaugurado pocos días atrás como parte del paseo en el que conviven estatuas de todos los presidentes nacionales desde 1983: Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Néstor Kirchner, Cristina Kirchner y Mauricio Macri. Durante la madrugada de hoy, el monumento fue vandalizado y apareció derribado en el asfalto.
El primero en salir a repudiar el hecho fue el canciller Santiago Cafiero quien denunció que “la derecha ha actuado así históricamente en la Argentina. Y cuando se trata de una mujer peronista, son aún más violentos. El peronismo ya lo vivió con Evita y ahora con Cristina Kirchner. Los discursos de odio son destructivos, anulan los debates y justifican la violencia”.
Algo similar sucedió el pasado lunes cuando aparecieron carteles callejeros que calificaban a Cristina Kirchner de “asesina” y “culpable de 35.000 muertes”. Rápidamente Alberto Fernández se expresó en sus redes sociales: “Como dije ayer, muchos se empeñan en dividirnos y recurren a las mayores bajezas. Lamento el daño que causan a personas de bien. Sepan que viéndolos actuar, solo me comprometen más con la unidad del Frente de Todos”.
La rápida respuesta desde la Casa Rosada se debe a los reproches que habían recibido desde La Cámpora por la falta de apoyo público a Fernández de Kirchner cuando sufrió un fuerte ataque en su despacho del Senado, en momentos en que se trataba el acuerdo con el FMI. Andrés “Cuervo” Larroque había cuestionado: “Aturden el silencio y la parsimonia del gobierno frente al ataque al despacho de la Vicepresidenta”.
Una hora después de que Larroque hubiera publicado su tuit incendiario, una ministra de Alberto Fernández salió también a defender a Cristina Kirchner y a pedir repudios. “En democracia, un ataque como el que sufrió Cristina Kirchner en su despacho debe ser enérgicamente repudiado por todos los sectores. Las ideas y posiciones políticas nunca pueden derivar en actos violentos ni agresiones personales”, dijo la titular de Mujeres, Elizabeth Gómez Alcorta.
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