Enrique Pinti murió el domingo a los 82 años. La triste noticia provocó la reacción de sus seguidores, quienes recordaron al prestigioso humorista con fotos, cartas, videos de entrevistas y, especialmente, sus lúcidos monólogos.
Uno de los videos que se viralizó a través de grupos de WhatsApp de muchos es un fragmento del espectáculo Candombe Nacional, en escena en el Teatro Maipo entre el 2002 y el 2004, en el que el humorista explica con su estilo ácido por qué es imposible que exista un peronismo de izquierda en la Argentina.
En el monólogo, Pinti recrea un diálogo ficticio con un nortamericano que no terminade entender las diferencias entre la izquierda y la derecha en la Argentina.
“La izquierda argentina de lo que se daba cuenta es que cada vez que había una elección no los votaba ni el fiscal de mesa. Les vino como un ataque de nervios y dijeron ‘¿Por dónde pasa la revolución?’, como si la revolución fuera un colectivo, no había parada en ninguna esquina. Y un boludo dijo ‘pasa por el peronismo’. ‘Pasaba’, le tendrían que haber aclarado a aquel infeliz”, inició el fragmento Pinti.
“¿Qué hizo la izquierda argentina en el ‘45? Se puso en contra de los obreros. Me dicen ‘Usted está loco’. No, los locos son ellos, discúlpeme. ¿Pero se dieron cuenta del error? ¿Cómo una izquierda se va a poner en contra de... Es argentina esa izquierda. No se lo olvide nunca. Usted, a cada cosa agregue: ‘...argentino’ y lo tiene al revés exactamente.
¿Pero se dieron cuenta del error? Sí, 25 años más tarde, son muy rápidos para la evaluación autocrítica, ahhh, son terribles. ¿Y qué hicieron? En vez de crear una nueva izquierda, en vez de crear una izquierda que fuera una alternativa, en vez de crear una izquierda que la diferenciara del peronismo, tuviera el sesgo de los socialistas adecuado a nuestro país, a nuestra vida. No, no, no. Se metieron en el peronismo. ‘¿Pero para qué?’, dice el americano. Para crear el peronismo de izquierda, que es como crear el helado caliente. ¡No existe el peronismo de izquierda! Peronismo de izquierda es un disparate argentino. El peronismo se llama peronismo por Perón y Perón no era de izquierda ni nada que se le parezca”, desarrolló Pinti en su discurso, ante las risas y algunos aplausos desde las butacas.
En ese lapso del monólogo, el humorista cargó con dureza contra el propio Perón y contra sus orígenes militares: “Perón era un milico y no hubo un solo milico de izquierda en la República Argentina ni buscado con lupa. Y Perón no había muerto. Porque si me decís que están tomando las ideas de un general muerto hace 50 o 60 años. Bueno, no sabés lo que dijo Juan Manuel de Rosas, están muertos, no lo pueden desmentir. A la mierda: tomás ciertas cosas y… Perón estaba vivito y coleando y estaba en Puerta de Hierro con una gente de mierda que cualquier persona que fuera, no socialista, medianamente progresista, tenía que vomitar de que sólo se la nombrara”.
Pinti describió así lo sucedido dentro del Gobierno durante el tercer mandato de Perón, entre 1973 y hasta su muerte, período en el que el líder del movimiento popular se rodeó en su círculo íntimo de una personalidad como José López Rega, etapa donde el presidente trató de “imberbes” y les dio la espalda a los movimientos de izquierda de su partido y cuando fue creada la temible Triple A.
“La izquierda argentina y gente joven no quiso entrar en razón. ‘El viejo cambió', ‘La revolución pasa por las masas, las masas están ahí…'. No, a las masas hay que tratar de educarlas de otra manera. ‘No, no hay tiempo’, ‘Hay que hacer la revolución con Perón, porque el viejo cambió, igual, el viejo cambió'. ¿Qué cambió?, ¿Dónde está? ‘Perón, Evita, la patria socialista’, los oía gritar, eran universitarios y universitarias, gente con cultura, tenían 18, 19, 20, 25 ¡y algunos boludos de 40!. ¿Cómo era posible semejante horror?”, dijo el humorista en su monólogo.
Y completó: “‘¿Dónde está el entorno socialista de Perón?’, le preguntaba yo. ‘Me querés decir dónde carajo está?’ De un lado lo tiene a López Rega, hijo de mil p…, de ultraderecha, nazi, convicto y confeso ya en esa época. No es que estaba haciendo ningún camelo. Creador, después, de la Triple A. Era el secretario privado. Del otro lado la tenía a esa nefasta de Isabel Perón. Nefasta ideológicamente y dominada por este hijo de puta. ‘Nooo, vos estás equivocado. El viejo los maneja. Es al revés, los maneja a ellos. A una se la c… y al otro le dice a quién tiene que recibir y a quién no tiene que recibir’. Nadie que tenga un mínimo de progresismo puede tener a un nazi de mierda como secretario privado”.
Pinti estuvo presente en las tablas del teatro argentino durante más de medio siglo. Su debut teatral fue en 1957, interpretando un papel en la obra “Esperando al Zurdo”, con texto de Clifford Odets. Paradojas de la vida, su último espectáculo teatral fue brindado nada más y nada menos que de manera virtual: protagonizó la pieza de monólogos y humor “Un año para olvidar”, junto a Marcelo Polino.
Posiblemente, el espectáculo más preponderante de su carrera teatral fue “Salsa Criolla”, que fue estrenado en 1984 y en su momento alcanzó cifras récord de diez temporadas ininterrumpidas en cartel y una suma de más de tres millones de espectadores.
En el 1992, durante su show “A todo Pinti”, el humorista también había realizado un monólogo similar al de “Candombe Nacional”, donde se respetaban algunos pilares del guión y en el que, por momentos, el comediante fue aún más mordaz con la izquierda argentina.
“Solamente esa izquierda intelectualoide y estúpida pudo creer que Perón, que había estudiado con Mussolini, de pronto era un líder carismático socialdemócrata con tendencias socialistas. Nada. Perón quería volver, y como estaba exiliado, prohibido, proscripto, él quería volver, no se quería morir en el exilio como un forro. Quería volver acá y retomar el lugar que le habían sacado. Entonces, dijo ‘Tengo que volver con quilombo. ¿Y quién puede armar quilombo?’ Los jóvenes. ‘¿Pero quién puede ser tan boludo de armar quilombo, organizarse y poner una bomba por una idea que no es la de él?’ Los de izquierda. No hay nadie tan pelotudo en el mundo. Los convenció, los embalurdó, los armó y empezaron las reuniones en puerta de Hierro. Y le dijo ‘Vamos Muchachos”. Los muchachos empezaron, la bomba, la guerrilla, empezó el desastre. El pie justito que estaba esperando la ultra derecha reaccionaria argentina para empezar a hacer una de las masacres más indiscriminadas, pelotudas y al pedo de la República Argentina. Pero ya estaba, cuando volvió dijo, yo me muero en cualquier momento. El 1º de Mayo de 1974, dijo ‘después de mí, el diluvio’. Los mandó a la concha de su madre a los Montoneros desde los balcones de la Casa de Gobierno, los muchachos se enojaron, golpes, patadas, la división, la bolsa de gatos, porque claro, habían puesto la izquierda con la derecha, que no tenían nada que ver. Una vez que el hombre se murió, ya no había nadie que los nucleara, dejó a esa loca de Isabel, López Rega, la Triple A, el horror, los milicos, el proceso y hoy en día, algunos de los montoneros que quedaron vivos se olvidan de todo lo que dijeron en la década del 70, se arrepienten públicamente en el programa de Bernardo Neustadt, se casan con las hijas de los milicos en Punta del Este, brindan con champagne francés y, si alguno se murió, que le manden flores a la viuda”, analizó en ese 1992.
Enrique Pinti se encontraba internado en el Sanatorio Otamendi, de la Ciudad de Buenos Aires desde el 5 de marzo. Estaba afectado por una diabetes severa y problemas circulatorios en las piernas. Perdió la vida en la madrugada del domingo y durante la mañana de hoy se realizó el último adiós de familiares y cercanos.
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