“Yo no considero tener un discurso de odio. Si ves mis redes, lo que hay son mensajes de odio hacia mi persona, mis hijos, mi trabajo. Está muy lejos de mí ser transfóbica”, dijo Amalia Granata, en respuesta a las críticas que recibió por haberse declarado contraria a los subsidios a las personas transgénero por considerarlo “un privilegio”.
Entrevistada por Romina Manguel en FM Milenium, explicó que en el debate del presupuesto votó “contra los tratamientos de hormonización”. “Lo que los trans tienen que hacer es ir a trabajar”, agregó, aclarando que a lo que se opone es a los subsidios.
“Votando el subsidio no ayudo a los trans, el subsidio es un sistema siniestro que ha inventado el kirchnerismo y que los excluye del sistema”, amplió.
“Para mí no es prioridad subsidiar a los trans, pero no tiene que ver con que los odie. Tienen privilegios y es una realidad, eso no es agredirlos”, insistió.
Dijo que se opone a los subsidios en general y los atribuyó a una intención manipuladora del gobierno. “El kirchnerismo necesita tener gente subsidiada para que los sigan votando. La mayoría de la gente que va a las marchas es víctima de quien nos gobierna. Van porque los llevan, no tienen ni idea por qué están ahí, les pagan por estar ahí.
Amalia Granata dejó su carrera de modelo y panelista de televisión para dedicarse a la política. Enarbolando la bandera de la defensa de las dos vidas resultó electa diputada provincial en Santa Fe en diciembre de 2019.
No elude los temas conflictivos pero se queja de que siempre se califica como “polémico” lo que ella dice: “Quieren instalar que estamos equivocadas, que la verdad la tienen ellas y que lo nuestro es polémico, es dudoso”, había señalado hace un par de días en el programa Viviana con vos, por A24.
“Si yo voy al INADI no me toman la denuncia porque no pienso como ellos”, se quejó ahora en el programa de Manguel.
Y, quizás en contraste con las críticas que recibe de ciertos sectores y en especial de algunas corrientes feministas, aseguró: “En los lugares más vulnerables soy una figura popular”. “Yo no tengo trolls, no mando a decirle nada a nadie. Estoy sola en un monobloque y la remo en dulce de leche. Yo sola banco mi proyecto político, no tengo estructura ni dinero”, dijo, y aclaró que no irá a lo que irónicamente llama “Amontonados por el Cambio”. “No me siendo representada y no voy a formar parte de una coalición por ganar un cargo”, explicó.
También votó en contra de la inclusión en el presupuesto de fondos para la fabricación de 900 mil pastillas de misoprostol. En ese sentido, reiteró su defensa sin fisuras de las dos vidas. En respuesta al caso extremo que suelen esgrimir las partidarias del aborto, respondió: “Si mi hija fuera violada, al bebé lo criaría yo” y aclaró que no lo decía liviana ni fríamente. “No soy una persona fría, se me estruja el corazón”, de sólo pensar estar en esa situación. Pero “la vida (resultado) de una violación es una vida igual; me pongo en el lugar de una niña violada, pero ese bebé es una vida igual. Hay dos vidas”.
Pero rechazó ser una persona conservadora. “Me quieren instalar como de derecha obsoleta, y no lo soy: salí en bolas en Playboy y mostré en tetas en la Argentina”, recordó.
“Después de lo de Robbie Williams muchas mujeres me trataban de bataclana y se me alejaban. Yo era libre y tenía el dedo señalador de todas las mujeres”, recordó, apuntando a que fue criticada por su propio género.
“Todo lo que hice en mi vida lo disfruté y con mucha libertad y conciencia”, dijo.
Y agregó: “Soy muy feminista, aunque no vaya a las marchas. Lo que quiero es que respeten mi posición con el aborto como yo respeto que es ley”.
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