El presidente Alberto Fernández lanzó mensajes de reconciliación hacia el interior del Frente de Todos durante el acto de entrega de un edificio escolar en Entre Ríos. Se mostró distendido y rompió el protocolo para sacarse fotos con los alumnos.
En medio de las tensiones internas agravadas al calor del debate por el acuerdo con el FMI, que dejaron al Frente de Todos al borde la ruptura, el Presidente llegó a Entre Ríos para realizar un acto de gestión y tomar distancia del cabildeo y el cruce de declaraciones.
En la elección de Paraná como destino de una de las primeras salidas que hace el Presidente tras los cruces con el kirchnerismo duro, se notó la mano del senador nacional Edgardo Kueider, un hombre de estrecha confianza del gobernador Gustavo Bordet que, poco a poco, se ha posicionado como referencia del Presidente en la Cámara Alta.
Fernández fue recibido en el aeropuerto de la capital por el mandatario provincial; la vicegobernadora Laura Stratta y el intendente paranaense Adán Bahl. Estos dos últimos aspiran a suceder al actual gobernador en 2023. También estaba la tropa del “albertismo” de estas tierras: además de Kueider, el diputado nacional Marcelo Casareto y su par de bancada Carolina Gaillard. Los tres votaron a favor el acuerdo con el Fondo.
En la entrada de la escuela, un grupo de militantes se agolpó contra la baranda de protección, pero no pudo ingresar. La participación en el evento quedó restringida a la comunidad educativa de la escuela y a una lista de invitados especialmente registrados, que la seguridad presidencial controló celosamente.
Al arribar, el mandatario rompió el protocolo y se acercó a un grupo de alumnos de la escuela que recibía el edificio nuevo. Apretujado entre adolescentes, se sacó varias selfies mientras la custodia trajeada intentando llevarlo al escenario.
Durante su discurso lanzó varios mensajes hacia la interna del Frente de Todos. Primero pidió un aplauso para “mi amigo, el Chino (Jorge) Busti, que ya no está”. Busti, tres veces gobernador, falleció hace unos meses. Fue el referente natural de Sergio Massa en Entre Ríos. Siguiendo el ejemplo del ex intendente de Tigre, rompió lanzas con el Partido Justicialistas hace una década y formó su propio frente electoral. En el 2019 fue parte de la reunificación del peronismo.
También recordó a CFK. Prevenido de que el nombre de la vicepresidenta había provocado un aplauso espontáneo cuando fue aludida por Bordet en su discurso, pidió que la concurrencia aplaudiera a Cristina por su compromiso con la inversión en educación. “Esta escuela empezó a construirse por la decisión de Cristina que es la misma que la mía de darle impulso a la educación. Así que un aplauso para ella también”, pidió.
Fernández también rescató, en varios tramos, la figura de “Blanquita”. “Blanquita” es Blanca Osuna, ex intendenta de Paraná y actual diputada nacional. Mantiene un vínculo personal con Cristina Kirchner desde principios de siglo, cuando la entrerriana era una de las piezas importantes del Grupo Talcahuano, el proto kirchnerismo surgido en 2002 tras la renuncia de Fernando de la Rúa. Pese a esto, Osuna votó el acuerdo con el FMI. No estuvo en la comitiva de recepción, por lo que debió esperar en el patio de la escuela la llegada del presidente.
El mandatario también saludó a “Juancho”. “Gracias Juancho por estar acá. Te veo con alegría acá entre nosotros. Sabés cuánto te quiero”, soltó el titular del Ejecutivo nacional en medio de su alocución. “Juancho” es Juan Manuel Huss, uno de los referentes principales de La Cámpora de Entre Ríos. Actualmente es legislador provincial. A pocos metros estaban los otros dos referentes entrerrianos de la organización que lidera Máximo Kirchner: la diputada provincial Stefanía Cora y el diputado nacional Tomás Ledesma, que votó en contra del acuerdo con el FMI.
Se puede decir entonces que La Cámpora dio un presente completo a la convocatoria del Presidente, de donde se fueron en silencio. Hasta el martes a la noche había dudas sobre la participación de los tres. La organización estaba en plena organización de la movilización del 24 a Plaza de Mayo. Y por logística uno debería haber estado en la Ciudad de Buenos Aires hoy.
La ausencia de Enrique Cresto, titular del Enohsa (Ente nacional de obras hídrica y saneamiento) y cabeza de lista del Frente de Todos en las últimas legislativas llamó la atención. Hasta la noche de la víspera, no sabía si estaría en el convite. Finalmente se quedó en Buenos Aires.
“Tuvo reuniones con gobernadores e intendentes en su oficina y luego se encontró con (el jefe de Gabinete) Juan Manzur en Casa Rosada. Mañana viajará a Tucumán”, explicaron en el entorno de Cresto. No hay que descartar que en su ausencia pudo haber influido que la relación con Bordet del titular del Enohsa (anotado también en la carrera por la gobernación en 2023) no está en su mejor momento.
Al terminar el discurso del Presidente, hubo comentarios en un sector de la concurrencia sobre que en el racconto de dirigentes provinciales no nombró a Sergio Urribarri, su actual embajador en Israel y Chipre, dos veces gobernador de Entre Ríos.
Integrantes de la comitiva que tras el acto fueron a un encuentro reservado con grupos juveniles coincidieron en que al Presidente le hizo bien alejarse del ruido de Buenos Aires. Y afirmaron haberlo visto “distendido”. En la reunión con los centros de estudiantes se quedó más tiempo que de lo previsto charlando con chicos y chicas.
Un grupo selecto se fue a almorzar a un hotel céntrico con el mandatario sobre las dos de la tarde. La sobremesa se prolongó hasta pasadas las 16. Se sirvió pescado de río con verduras grilladas. El Presidente tomó agua y pomelo, como es su costumbre. Y luego encaró el regreso a Buenos Aires.
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