Son horas decisivas para la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Inéditas para el sindicato industrial más importante de la Argentina y que, durante décadas, en el imperio construido por Augusto Timoteo Vandor y Lorenzo Miguel, fue sinónimo de verticalismo interno y disidencias sofocadas.
Antonio Caló, su secretario general, analiza dar un paso al costado para resignar un nuevo mandato de cuatro años al frente del gremio: un grupo de seccionales rebeldes ya tendría la mayoría de los votos necesarios para derrotarlo y designar en su lugar a Abel Furlán, titular de la Seccional Campana.
De los 290 electores que esta mañana, en el congreso metalúrgico, deberán emitir su voto directo y secreto para elegir al nuevo secretariado nacional del gremio, Caló tendría apenas 80 apoyos contra 210 en favor de Furlán, que en las últimas horas habría sumado la adhesión de la Seccional Mendoza, que se agrega a Avellaneda, Rosario, San Martín, La Matanza, Quilmes y San Miguel.
En la guerra de versiones de uno y otro sector, circuló el rumor de que los rebeldes le habrían ofrecido la secretaría general de la UOM nacional a Roberto Bonetti, adjunto de Caló en la Seccional Capital de los metalúrgicos. Pero es muy probable que Furlán no ceda sus aspiraciones de conducir el sindicato y, a la vez, le ofrezcan a Bonetti la Secretaría Adjunta del sindicato. Para la UOM sería otra novedad: desde la década del 60, la seccional porteña conduce la UOM y es secundado por Avellaneda.
En las elecciones del gremio metalúrgico, la semana pasada, en la poderosa Seccional Avellaneda ganó Daniel Daporta, un dirigente que no está alineado con Caló y al que el jefe de la UOM no logró vencer a través de su candidato favorito, Felipe Anriquez. Pasó algo similar en la Seccional Quilmes, donde su titular durante 38 años, Francisco “Barba” Gutiérrez, perdió ante Adrián Pérez, un postulante enrolado en el kirchnerismo y avalado por la intendenta Mayra Mendoza, de La Cámpora.
Uno de los detonantes de la rebeldía en la UOM fue la decisión de Caló de desplazar a la Seccional Avellaneda de la Secretaría Adjunta y darle ese puesto a Naldo Brunelli, el histórico jefe de la Seccional San Nicolás, quien mantiene ese lugar 1973, cuando José Ignacio Rucci dejó ese cargo para encabezar la CGT y desde esa seccional se opuso a la conducción de Lorenzo Miguel.
Frente a la sede de la UOM Capital, en Hipólito Yrigoyen 4265, donde en los años 70 hubo tiroteos entre facciones metalúrgicas, estaba previsto que deliberara desde las 10 el congreso nacional, que abrirá con la votación de los electores de la nueva conducción. Los afiliados metalúrgicos no eligen en forma directa a sus autoridades nacionales, sino sólo a quienes conducen las seccionales y a los electores que serán finalmente los encargados de votar al máximo secretariado del gremio.
El sistema electoral de la UOM está ideado para garantizar que siempre gane el líder que ocupa el principal sillón a nivel nacional. Pero, a diferencia de Vandor y de Miguel, Caló no pudo frenar las disidencias que desde hace años se estaban encubando en sus seccionales y en las bases. Asumió su cargo en 2004. El mismo que mantuvo Miguel durante 32 años, hasta su fallecimiento.
Los críticos internos del jefe de la UOM le achacan haber firmado “paritarias a la baja” en los últimos tiempos. En 2020, incluso, la fuerte resistencia de un puñado de seccionales (como La Matanza, Córdoba, Morón y Villa Constitución, entre otros) frenó el acuerdo para preservar las fuentes de trabajo mediante suspensiones pagas con el 70% de los salarios. El sindicato metalúrgico firmó la semana pasada su paritaria anual con un 45% de aumento en tres tramos, con revisión en noviembre próximo. Es el mismo porcentaje que fijó el Gobierno como tope de las paritarias para 2022 y Caló, el aliado del Presidente, lo respetó fielmente, mientras otras organizaciones sindicales alcanzaron acuerdos salariales superiores, como el Sindicato de Peajes (un 58%).
Otra explicación de la fuerte disidencia metalúrgica tiene que ver con la política. O, más precisamente, con la pelea entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner en el Frente de Todos. Caló se ha convertido en un defensor acérrimo del Presidente, mientras que Furlán está alineado con el kirchnerismo, al igual que otras seccionales como Quilmes, San Martín y San Miguel.
Furlán lidera la Seccional Zárate-Campana desde 2008, está alineado con el kirchnerismo y es uno de los consejeros del PJ bonaerense, que preside Máximo Kirchner, en nombre de la Segunda Sección Electoral. Fue diputado nacional del Frente para la Victoria entre 2015 y 2019, y se desempeñó como presidente del PJ de Zárate. En agosto de 2018, firmó una solicitada junto con otros dirigentes para denunciar la “persecución política, mediática y judicial” contra Cristina Kirchner.
¿Renunciará Caló a disputar su continuidad para no perder en la votación? ¿Se llegará finalmente a un acuerdo que consagre como su sucesor a Furlán, acompañado por la Seccional Capital? Quedan algunas dudas, pero hay una certeza: ya nada será igual en la estructura de poder de la UOM.
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