“Fortalecer a la UCR” es un lema que repiten los dirigentes de ese espacio con miras al 2023, sobre todo, con el objetivo de ganarle al PRO en una futura PASO. Pero en la práctica esa bandera muestra matices entre los candidatos que se perfilan para presidenciales, entre ellos, Gerardo Morales, Alfredo Cornejo y Facundo Manes. En sus equipos de campaña manejan distintas estrategias: confrontar con los halcones, atacar al Frente de Todos o posicionarse por fuera del sello radical, como una alternativa a la grieta. Pero todos coinciden en un objetivo claro: no ser el Ernesto Sanz de 2015, el candidato testimonial que enfrentó a Macri.
El gobernador de Jujuy fue una pieza clave para lograr que Juntos por el Cambio acompañe el proyecto del Gobierno para acordar con el FMI. Fue el primero en reclamarle a los halcones del PRO: “La deuda la contrajimos nosotros, lo menos que podemos hacer es ir a escuchar a Martín Guzmán”. En retrospectiva, y con los balances positivos que hicieron los máximos representantes del bloque sobre la imagen conciliadora que dio Juntos por el Cambio en el Congreso, en el entorno de Morales lamentan las acusaciones que recibió sobre su supuesta alianza con Alberto Fernández.
En los últimos días, Elisa Carrió brindó una entrevista a Infobae en la que se sumó a la misma idea: “La Argentina podía hacer un papelón histórico: que los que tomaron la deuda ni siquiera autoriza el financiamiento. Era un suicidio”. “Fuimos los primeros en decirlo”, insisten desde Jujuy, en diálogo con este medio.
“Morales no lo banca a Alberto”, aclaran. Su relación con el Presidente, aseguran, tiene que ver con la necesidad de ser “responsables” ante un escenario de un posible default, a diferencia del PRO que quería “romper todo” y no apoyar el acuerdo.
El presidente del partido centenario es uno de los que se perfila en la pelea por llegar a la Casa Rosada en 2023. En su equipo se muestran confiados en la posibilidad de ganar la interna. ¿Cuál es la estrategia? “Fortalecer la UCR, con todo lo que eso implica” y no volver a ser “furgón de cola” como sucedió entre 2015 y 2019. En pocas palabras, no sólo apuntarán a un armado nacional, si no también desgastar al PRO. Pero falta un paso previo: imponerse ante Cornejo y Manes.
La relación entre Morales y Cornejo es tensa. En Mendoza protestan por el lanzamiento anticipado y la relación con el Frente de Todos del jujeño y del otro lado no se quedan atrás: dicen que responde a Macri y denuncian que dejó una administración “floja” en el partido. “Hoy la UCR está más fortalecida”, confesaron a Infobae.
Cornejo es de los que coincide en fortalecer a la UCR y presentar un “programa” de gobierno, al igual que Morales. Pese a que considera “apresurado” hablar de candidaturas, en su entorno trabajan para posicionarlo como único postulante. A diferencia de los contrincantes, en su estrategia manejan un dato realista: el PRO cuenta con figuras con más intención de voto, como lo son Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y el mismo Mauricio Macri.
En ese sentido, analizan que la UCR se encuentra en inferioridad de condiciones para ganar una PASO con tantos nombres en la danza de presidenciables. Con esas cartas, creen que el liderazgo que construyó Cornejo desde Mendoza le otorga la capacidad de concentrar a todo el radicalismo unido bajo su candidatura. “Sólo así tenemos oportunidad de ganarle al PRO”, dicen. A partir de allí, buscarán repetir el armado federal que lograron el año pasado con la incorporación de Manes.
El caso de Facundo Manes es diferente. Tanto Cornejo como Morales fueron impulsores de su candidatura en la provincia de Buenos Aires en 2021. Pese a que el neurocientífico coqueteó por un tiempo con su ingreso a la política, finalmente aceptó el desafío de enfrentar a Diego Santilli y “dio el paso”, como dice su slogan. Hoy se desempeña como diputado y aspira a ser presidente.
El neurocientífico tiene en contra la falta de gestión y de carrera como cuadro político. Como positivo, es de los pocos radicales que puede despegarse en un 100% de lo que fue el gobierno de Cambiemos: no formaba parte de la coalición de gobierno cuando Macri anunció la toma de la deuda, por ejemplo.
Aunque no se despega de la UCR, Manes proyecta su estrategia presidencial por fuera de los sellos partidarios. Si bien se define como un radical histórico, hoy prefiere mostrarse alejado de las peleas internas del espacio opositor que integra y por encima de las disputas propias de la grieta.
En su agenda, los encuentros y recorridas están planificadas por universidades u organismos independientes que lo ayudan a despegarse del sello radical. Días atrás se reunió con Juan Schiaretti en Córdoba: la provincia bastión de la oposición. Según explicaron a Infobae, mantuvieron un encuentro amistoso y con coincidencia respecto al futuro del país. También se animó a mostrarse con Patricia Bullrich. “No tiene problemas de mostrarse con nadie”, argumentan.
Ninguno de los radicales se cansa de decir que la Convención de Gualeguaychú - cuando el partido aprobó unirse con el PRO para armar Cambiemos- les permitió crecer y fortalecerse como en estos tiempos. En datos concretos, pasaron de tener un único candidato con un rol testimonial (Ernesto Sanz) a tener tres. Pero incluso reconocen que ese cambio brusco acarrea partes negativas como, por ejemplo, la tarea difícil de “administrar los egos y vanidades”. “Cada uno sale a la cancha a buscar su propia identidad, en esa búsqueda no advierten que se lesiona la identidad del conjunto”, supo analizar un referente del espacio alejado de la competencia.
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