“Si la guerra no termina la próxima semana, vamos a conocer una realidad que desconocemos. Hay mucha preocupación por la inflación”, reconoció un funcionario muy cercano al presidente Alberto Fernández en la tarde del miércoles. El crecimiento de los precios se transformó en un nuevo dolor de cabeza para la gestión peronista, aunque esta vez afectado por la invasión de Rusia a Ucrania.
El temor no solo pasa por la suba de precios, sino también porque empiece a haber un desabastecimiento de materias primas para la producción de los alimentos básicos. El escenario internacional es extremadamente complejo y Argentina no se escapa de ese lugar.
El Jefe de Estado prepara, junto a los ministros que están vinculados al área, un paquete de medidas para intentar combatir el aumento de la inflación, que en febrero fue de 4,7%, según lo que registró y publicó el Indec el último martes y que escaló a 7,5% en los alimentos.
La situación internacional con faltante de alimentos, materia prima e insumos como consecuencia inmediata de la guerra desatada por el presidente ruso Vladimir Putin, genera una gran preocupación en la Casa Rosada, donde asumen, con absoluta resignación, que la inflación de marzo será más alta que la de este mes.
En los primeros dos meses del 2022 se registró un 8,6% de inflación, mientras que el último año acumuló un 52,3%. Si el pasado es negativo, el presente y el futuro inmediato son desoladores. En el Gobierno nadie cree que puedan torcer la dinámica inflacionaria en el corto plazo y tienen en claro que la presión sobre los precios al consumidor es lo que más dificulta la vida diaria de la mayor parte de la sociedad argentina.
En ese contexto, Fernández partirá este jueves rumbo a Salta para encabezar un acto de entrega de la vivienda y el crédito 40 mil de la gestión peronista. Estará junto al gobernador local Gustavo Sáenz; la intendenta de Salta capital, Bettina Romero y el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi.
Desde allí estará conectado con el equipo con el que trabajó en los últimos días para elaborar las medidas que presentará mañana en Tucumán, la segunda parada de la breve gira por el interior. El grupo está conformado por los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Agricultura, Julián Domínguez, y de Producción, Matías Kulfas. También por el secretario de Comercio, Roberto Feletti.
Tal como adelantó Infobae, algunas de las medidas que están en carpeta son: imponer precios máximos a productos de primera necesidad, fijar nuevos precios a los cortes de carne más populares, aumentar las retenciones de los productos derivados de la soja y establecer la creación de dos fideicomisos para estabilizar los precios de la harina de trigo y las verduras frescas.
En la Casa Rosada aseguran que la decisión de presentarlo el viernes está vinculada a un ultimátum que le dieron a los sectores con los que están negociando, entre los que se destacan las cerealeras, las aceiteras y el sector de la carne. Con cada uno de ellos se está negociando precios y porcentajes de retenciones.
Si se llega a un acuerdo antes de que culmine este jueves, se avanzará con el pacto cerrado, sino Alberto Fernández resolverá en soledad y avanzará con su plan de acción aunque exista desconformidad de algún sector.
Como parte de la “guerra” contra la inflación, como la denominó el propio Presidente hace unos días, Fernández les anticipó a los líderes de la CGT y al sector empresarial que la próxima semana los convocará para discutir medidas que colaboren a frenar el impacto inflacionario y que el salario se degrade lo menos posible.
Tanto Héctor Daer (CGT) como Daniel Funes de Rioja (UIA), que participaron de una reunión con el Jefe de Estado después de acordar el salario mínimo, vital y móvil, coincidieron en que es imperioso la necesidad de que haya una mesa de acuerdo tripartita, para trazar una estrategia en el corto plazo, que tenga el respaldo de todos los sectores. Lo que tienen en claro es que las medidas deben ser urgentes.
El lunes pasado la Portavoz del Gobierno, Gabriela Cerrutti, desestimó el aumento de las retenciones en la soja, el maíz y el trigo, aunque dejó abierta la posibilidad de que exista un suba en la harina y el aceite de soja. Esa es una de las opciones que se barajan en las oficinas de Balcarce 50.
El anuncio será el viernes en Tucumán junto al Jefe de Gabinete, Juan Manzur. Aún no está confirmada la comitiva pero podría sumarse el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Por el momento, el ministro de Economía, Martín Guzmán, no viajaría. Hasta la noche de ayer no estaba definido el grupo que se iba a subir al avión.
Lo que tienen en claro dentro del Gobierno es que aplicarán “todas las medidas que se necesiten” para intentar frenar el aumento de precios. El anuncio del viernes podría tener medidas concretas y acuerdos con sectores de la agroindustria.
Un funcionario al tanto de las negociaciones aseguró que llevan “dos años trabajado para bajar la inflación”, con el fin de restarle importancia a la frase del Presidente, que esta semana aseguró que el viernes iba a “comenzar la guerra contra la inflación”, en lo que nadie duda, dentro del oficialismo, que fue una desafortunada definición.
Fernández partirá al norte argentino por la mañana y a la tarde seguirá viaje a Tucumán, donde se quedará a dormir. En la mañana del viernes realizará los anuncios para combatir la inflación. El viaje coincide con la sesión en la Cámara de Senadores que definirá el destino del acuerdo con el FMI.
En el Gobierno están tranquilos porque tienen los votos para que el acuerdo salga. Estiman que tendrán cerca de 55 manos levantadas que respalden el proyecto, número al que arribaron gracias a las gestiones que hicieron enviados de Fernández para cerrar el apoyo de Juntos por el Cambio en el reducto de poder de Cristina Kirchner.
Sin embargo, está latente la compleja interna con el kirchnerismo y La Cámpora, que ha elevado los niveles de incertidumbre dentro del oficialismo y que no tiene un final claro y divisable. El escenario que afronta el primer mandatario es de una extrema gravedad económica y de un desorden político que parece irremediable.
En ese contexto, tratará de generar certidumbre con las medidas que se terminarán de delinear entre Buenos Aires, Salta y Tucumán. Fernández necesita controlar la inflación para no seguir sumando pobres a la Argentina, para poder cumplir con las metas del acuerdo firmado con el FMI y, en una última instancia, para poder mantener vivo su proyecto de reelección presidencial.
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