El presidente Alberto Fernández volvió a dar clases en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) este miércoles por la mañana y celebró en sus redes sociales la vuelta a la presencialidad. En paralelo, el mandatario vive horas decisivas a la espera de que el Senado apruebe el acuerdo con el FMI para, de este modo, iniciar la “guerra contra la inflación” que prometió a inicios de esta semana con fecha de inicio: el viernes próximo.
“Esta mañana volví a dar clases presenciales en la Facultad de Derecho de la UBA. Hicimos mucho para que llegara el momento de reencontrarnos en el aula. Feliz de que por fin dejemos de vernos a través de una pantalla. Les deseo un buen año académico”, expresó el Presidente en su cuenta de Instagram.
La última vez que compartió su actividad educativa en sus redes sociales fue en agosto del año pasado, cuando todavía se mantenían las clases virtuales. Según explicó en ese entonces, desde el inicio de su gestión el mandatario no ha dejado nunca de dar clases, aunque debido a la pandemia debió realizarlas mediante videoconferencia.
Este martes el mandatario participó de la inauguración de una estación de tren y visitar una clase de gimnasia acuática en la localidad de Tortuguita, en el partido bonaerense de Malvinas Argentinas.
En un pequeño hilo de Twitter, Alberto Fernández compartió una actividad particular en la que sorprendió a los asistentes a una clase de gimnasia acuática local. A través de un video de sólo 22 segundos, el mandatario mostró el momento en el que ingresó al predio para irrumpir a mitad del ejercicio y llamar la atención de los asistentes.
“Creo que no se esperaban que apareciera en la clase de gimnasia acuática del Polideportivo Tierras Altas, Tortuguitas”, señaló en el posteo que acompañó el video. En las imágenes, se lo ve al Presidente aplaudiendo al ritmo de la música de la clase. También se lo escucha comentar al respecto.
Luego, también en el video, se ve cómo Alberto Fernández se acerca a la piscina para saludar a las mujeres y hombres presentes con un choque de puño. De fondo se escucha un comentario que acompaña la situación informal y de color. “¡No lo tiren al agua eh!”, bromea un hombre.
En paralelo, Fernández prepara un paquete de medidas para librar su propia guerra contra la inflación que llegó al 4.7 por ciento en febrero. Como adelantó este medio, no descarta imponer precios máximos en comercios de cercanía, establecer la creación de dos fideicomisos para estabilizar los precios de la harina de trigo y las verduras frescas, fijar nuevos valores para los cortes populares de la carne y aumentar al máximo las retenciones para los derivados de la soja.
Se trata de una carrera contra reloj frente al incremento del 7.5 por ciento de los alimentos en febrero, cuando el aumento de los precios internacionales apenas iniciaba por la invasión de Rusia a Ucrania. A tres semanas de la ofensiva de Moscú sobre Kiev, esos porcentajes se aceleraron y el impacto sobre los alimentos puede alcanzar los dos dígitos.
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