Al igual que el año pasado en el aniversario de la voladura de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), Alberto Fernández no estará presente en el homenaje que se realizará hoy por los 30 años del atentado contra la Embajada de Israel, en la plaza seca donde estaba emplazada la sede diplomática. En cambio, mandará al ministro de Justicia, Martín Soria, un hombre cercano a la vicepresidenta Cristina Kirchner, muy cuestionada por la comunidad judía desde la firma del controvertido Memorándum con Irán.
Sin embargo, para mantener las formas y hacer un gesto en una fecha central para las entidades, el Presidente recibió hoy en la Casa Rosada a las autoridades del Congreso Judío Latinoamericano, que le plantearon un nuevo pedido para que se ejecuten las alertas rojas de Interpol contra los acusados, y le hicieron un planteo sobre el posicionamiento de la Argentina respecto de la invasión de Rusia sobre Ucrania. Y el viernes recibirá al viceprimer ministro israelí, Gideon Sa’ar.
El presidente del Congreso, Claudio Epelman, llegó a la Casa Rosada junto al resto de los representantes de los países latinoamericanos pasadas las 18.45, como estaba previsto en la agenda oficial. Alberto Fernández lo recibió junto al jefe de Gabinete, Juan Manzur, en el recién inaugurado Salón de las Mujeres, en el primer piso del palacio de gobierno. Durante el encuentro, que se prolongó por menos de una hora en tono cordial, el Presidente les repitió, como en otras ocasiones, que considera que el atentado no fue solamente contra la comunidad religiosa, sino contra la Argentina, y les aseguró que la impunidad del caso forma parte de sus preocupaciones.
Los dirigentes judíos, por su parte, le plantearon la necesidad de mantener vivo el recuerdo del ataque terrorista y accionar para que “se activen los mecanismos” orientados a hallar a los responsables, según dijo Apelman periodistas acreditados en la sede del Gobierno. Consultado sobre la ausencia del Presidente en el acto de hoy, dijo que no le correspondía opinar porque se trata de un evento organizado por la Embajada.
Para este jueves, la Embajada organizó una serie de eventos de conmemoración de las víctimas del crimen del 17 de marzo de 1992. Una delegación del gobierno israelí estará en el país, encabezada por el viceprimer ministro, Gideon Sa’ar, que también es ministro de Justicia. El acto central tendrá lugar a las 14.50, en la plaza de la calle Arroyo. Alberto Fernández, a pesar de que fue invitado, no participará. Enviará, en representación del Gobierno, al titular de Justicia, Soria. Ambos funcionarios brindarán sendos discursos. También participarán la embajadora de Israel en la Argentina, Galit Ronen, y la viuda de Eli Ben Zeev, agregado de la embajada, uno de los asesinados hace 30 años, Miriam Ben Zeev.
El acto tendrá el sabor amargo de siempre. La investigación sobre el ataque, que provocó 29 muertes y 242 heridos, y que estuvo a cargo de la Corte Suprema de Justicia, nunca fue elevada a juicio ni hubo detenidos.
En julio del año pasado, el día previo al 27 aniversario del atentado contra la AMIA -que tuvo lugar en 1997 y provocó la muerte de 85 personas- su titular, Ariel Eichbaum, también le reiteró el pedido por las alertas rojas a Alberto Fernández y al secretario de Culto, Guillermo Olivieri, en otro encuentro en la Casa de Gobierno. En ese momento, le exigieron que se realizara un seguimiento de los acusados, que tienen movimientos fuera de los lugares donde los protegen. Le pidieron “ser proactivos”.
Al día siguiente se celebró una ceremonia recordatoria del crimen que, después de casi tres décadas, sigue impune. La fecha coincidió con una importante audiencia en el marco de la causa por el Memorándum con Irán, donde Cristina Kirchner pidió la nulidad de todo el proceso que se originó con la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman. Días antes, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), querellante en la causa, había solicitado al Tribunal Oral Federal 8, sin éxito, la postergación de la audiencia. El Presidente no asistió al homenaje, sin brindar explicaciones. Se especuló, entonces, con un intento de su parte de evitar crear un roce con la Vicepresidenta.
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