El líder de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, respira aliviado. Los focos rebeldes quedaron virtualmente neutralizados en las elecciones que se realizaron en el sindicato entre el lunes pasado y este viernes en todo el país: sólo en la Seccional Quilmes perdió el oficialismo, en manos de Francisco “Barba” Gutiérrez desde hace 38 años y donde se impuso el kirchnerista Adrián Pérez, apoyado por la intendenta Mayra Mendoza, de La Cámpora. En el resto, aunque aparecieron algunas figuras nuevas, la tendencia fue la reelección de los secretarios generales de las principales filiales del gremio.
El propio Caló asumió ayer otro mandato al frente de la UOM Capital, donde triunfó la única lista que se presentó con 12.531 votos de los 13.747 afiliados. El cacique metalúrgico seguirá siendo secundado por Roberto Bonetti y la única novedad es la incorporación por primera vez de una mujer a la conducción: Sandra Santoro se desempeña como cuarta vocal de la seccional porteña, la misma que encabezaron figuras de la UOM como Augusto Timoteo Vandor y Lorenzo Miguel.
En este poderoso sindicato, los comicios son indirectos y cada una de las 54 seccionales elige sus autoridades y los electores que deciden la conducción nacional. Por eso el titular de la UOM será reelegido en un congreso nacional metalúrgico que tendrá lugar el 22 de este mes. Caló es el secretario general de la UOM desde 2004, dos años después de que murió Miguel.
Durante las actuales elecciones hubo competencia interna en 11 seccionales, pero sólo hubo conflictos en dos. Por un lado, en Avellaneda, donde estaba ganando por el 60% de los votos Daniel Daporta, a cargo del gremio desde el año pasado por la muerte de su titular, Armando Leyes, quien, a su vez, había asumido tras el fallecimiento de Juan Belén, en 2017. Felipe Anriquez, su rival, fue tesorero de la seccional y sus adherentes protagonizaron ayer momentos de tensión cuando quisieron entrar por la fuerza en la sede sindical. Hubo resistencia del oficialismo y la policía bonaerense tuvo que contener la situación.
El otro episodio de fuerte controversia se registró en la combativa Seccional Villa Constitución, donde triunfó el oficialista Pablo González, alineado con Caló, pero la lista opositora que lideró Christian Miguez (y en la que confluyeron sectores de izquierda y de la CTA kirchnerista) denunció irregularidades, como mantener ocultos los padrones hasta el escrutinio, y aquí también se requirió de la presencia policial para evitar enfrentamientos entre los sectores que compitieron.
El dato más relevante de los comicios metalúrgicos fue la sorpresiva derrota del “Barba” Gutiérrez en la Seccional Quilmes. Ex diputado nacional del peronismo, dirigente de la CGT e intendente de esa ciudad bonaerense, el sindicalista perdió por 221 votos en unas elecciones donde sufragaron alrededor de 2600 afiliados sobre un total de 5500.
Adrián Pérez, el sucesor de Gutiérrez, había prometido que su primera medida como titular de la seccional iba a ser firmar su propia limitación a la reelección indefinida, ese beneficio que les permite mandatos perpetuos a casi todos los sindicalistas.
En la seccional Morón, su secretario general, Sergio Souto, uno de los dirigentes que cuestionan a Caló, quedó fuera de juego por la renuncia de tres integrantes de su lista: el estatuto del gremio establece que en esos casos la nómina no puede ser oficializada. Así, se habilitó el ascenso del opositor Rubén Andrada, su secretario adjunto, avalado por el líder de la UOM. Souto denunció maniobras para impedirle su reelección y organizó una inédita movilización ante la sede nacional del sindicato.
Hugo Melo, titular de la seccional La Matanza, otro de los rebeldes de la UOM que objetó los aumentos salariales “a la baja” negociados por Caló, finalmente desistió de su reelección y ese gesto permitió una lista de unidad encabezada por Esteban Cabello, protesorero de la filial. Antes de irse, Melo volvió a criticar al líder nacional metalúrgico: “Se llegó hasta marzo a un 50,2% y seguramente la inflación será mayor, por lo que nos hubiese gustado que le ganemos a la inflación. Yo me estoy retirando de la UOM, pero me gustaría que se logre una negociación superior”, le dijo al portal Data Gremial.
Tanto en las seccionales de Córdoba como en la de Rosario ganaron las elecciones sus actuales secretarios generales. En el primer caso, obtuvo su reelección un crítico de Caló como Rubén Urbano. y en el segundo, Antonio Donello. También se garantizó su continuidad Oscar Martínez al frente de la Seccional Río Grande de Tierra del Fuego, y el histórico Naldo Brunelli se garantizó otro mandato en San Nicolás, donde sigue batiendo récords de permanencia: asumió su cargo en 1973, cuando José Ignacio Rucci dejó ese lugar para encabezar la CGT y desde esa seccional se opuso a la conducción de Lorenzo Miguel.
Ahora, a Caló le espera un desafío mayor: está negociando las paritarias 2022 en medio de las fuertes dificultades económicas que atraviesa la Argentina. La UOM ya reclamó a las cámaras empresariales del sector un aumento del 40% en 3 cuotas: 20% en abril, un 10% en julio y otro 10% en octubre, más una cláusula de revisión para este último mes. El líder metalúrgico, por lo menos, tiene una certeza en medio de la incertidumbre salarial: seguirá firme en su puesto hasta 2026.
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