Tras varios días de inquietud que llegó a rozar la desesperación por la falta de voluntades suficientes para aprobar el acuerdo con el FMI en Diputados, el resultado positivo de la votación de noche elevó el ánimo en el Gobierno. Con el acuerdo al que llegaron con Juntos por el Cambio, lograron la media sanción para el proyecto que modificaron en pos de ganar el respaldo opositor y sortearon, de esa forma, las dificultades derivadas del rechazo a la iniciativa entre las filas propias, de parte del kirchnerismo. En este escenario, en la Casa Rosada están muy confiados en que el fruto de la voluminosa votación en la Cámara baja impacte de lleno en el Senado, y comenzaron los diálogos con la oposición para acelerar el tratamiento. Quieren que se vote el jueves que viene.
“Si sacamos la media sanción con 200 votos, no hay forma de que esto no se replique en el Senado. Ahora el camino es más fácil. Los acuerdos, con la unificación del articulado, ya están, y van a aplicar también en el vínculo con la oposición allá (por la Cámara alta)”, dijo un alto funcionario nacional que dialoga a diario con Alberto Fernández.
La atención del Gobierno no está enfocada solamente en el poroteo en el Senado, sino también en los tiempos. Hay apremio por sacar la ley lo antes posible, dado que restan sólo doce días antes del vencimiento para el pago de 2800 millones de dólares, el 22 de marzo, y se necesita del primer desembolso del Fondo para hacerle frente.
Para acelerar el tratamiento, buscarán sortear el escollo del reglamento del Senado que ordena que transcurran siete días desde el dictamen en comisión para el tratamiento en el recinto. Pero sólo pueden apurar el debate si reúnen una mayoría de dos tercios presentes, para lo cual necesitarán, además de los apoyos propios -que no están asegurados en su totalidad-, de un nuevo acuerdo con la oposición.
Una vez más, estaban confiados en que así será y ya empezaron los contactos con los senadores del bloque de Juntos por el Cambio. En particular, con el radical por Mendoza, Alfredo Cornejo, uno de los dirigentes cambiemitas más críticos del Gobierno, que preside el interbloque. Por ahora, en la oposición se abstienen de dar definiciones sobre la postura que adoptarán. Para el lunes tienen prevista una ronda de reuniones internas, entre las que se cuenta un encuentro de los legisladores del espacio para empezar a delinear cómo se posicionarán frente al proyecto.
El ala moderada del Gobierno y hasta los más duros de Juntos por el Cambio, hasta ahora, coinciden en la estrategia y el objetivo: sancionar la ley antes del 18 y así lograr que el directorio ejecutivo (board) del FMI apruebe el acuerdo. De esa manera, se evita el default y su impacto en la situación política y económica.
Sorteada la primera instancia legislativa, en Diputados -que se celebró entre fuertes incidentes en las afueras del Palacio del Congreso durante las manifestaciones en contra del ajuste de nutridos grupos de izquierda, a los que el Gobierno restó importancia- el oficialismo ya prepara el terreno para debatir y aprobar el controvertido proyecto en la Cámara alta. Fuentes oficiales aseguraron que el plan es tratarlo sobre tablas el próximo jueves, o, a más tardar, el viernes.
En paralelo a los diálogos con la oposición, ayer por la tarde tarde el jefe del bloque oficialista en el Senado, José Mayans, un hombre cercano a Cristina Kirchner, visitó la Casa Rosada para reunirse con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, uno de los delegados del Presidente en las negociaciones legislativas, especialmente con el interior, para aprobar el proyecto. Delinearon la estrategia para el camino legislativo que empezará el lunes, a las 15, cuando se reúna la Comisión de Presupuesto para empezar a tratar el refinanciamiento de la deuda. Fuentes oficiales confirmaron que ese día está previsto que se presenten, ante los senadores de los bloques propios y ajenos, Manzur y el ministro de Economía, Martín Guzmán, una réplica de lo que ocurrió en Diputados en el comienzo de esta semana. Pero en el Palacio de Hacienda no confirmaron la presencia del titular de la cartera y encargado de las negociaciones con el Fondo, que se encuentra en Estados Unidos en un foro petrolero y quedó debilitado por los cambios que se hicieron en el proyecto a contramano de su voluntad.
En su visita a Balcarce 50, Mayans, que se encontraba con Manzur en el despacho continuo al de Alberto Fernández, saludó al Presidente brevemente e intercambiaron una breve charla, pudo saber Infobae. Hay buena sintonía entre ambos, dijeron en Gobierno, con cierto aire de alivio. Y es que hay un trasfondo de dudas respecto de la posición que adoptarán los legisladores afines a la Vicepresidenta, quien evita hace meses definir en público su postura respecto del acuerdo. La presencia del jefe de bloque oficialista en la sede gubernamental era considerada una señal positiva, sobre todo después de que presentara dudas sobre la “letra fina” del acuerdo, en declaraciones ante medios, hace tres semanas. En este contexto de incertidumbre, el silencio de Cristina Kirchner, contra todo pronóstico, también se percibe hoy como un mensaje de buenos augurios.
“El único que se plantó en contra y lo manifestó, con su renuncia, con su carta, con su ausencia en la Asamblea Legislativa, es Máximo. Cristina no dijo nada y no creemos que vaya a querer ser la que rompa todo, en una postura irracional, votando con la izquierda”, dijo una alta fuente del entorno del Presidente, que destacó, también, el alineamiento que mostró en los últimos días el ministro del Interior y referente camporista, Eduardo Wado de Pedro, con Alberto Fernández -en una reunión bilateral muy publicitada- y con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa -a quien también visitó, en el Congreso-. A esta hora, aunque los diálogos no eran fluidos, descuentan que la Vicepresidenta terminará dando respaldo al acuerdo, aunque no sea explícito.
De todas formas, no ponen las manos en el fuego. A pesar de la decantación a su favor en la votación de ayer, en Diputados, el rechazo en contra de parte del kirchnerismo -en lugar de abstenerse, como se esperaba-podría augurar un ensombrecimiento del panorama en el Senado para la Casa Rosada. El video de Cristina Kirchner atribuyendo los destrozos en su despacho al reingreso del FMI al país, también.
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