De jean y suéter oscuro. Concentrado y acompañado por un colaborador cercano. El diputado Máximo Kirchner arribó temprano al Congreso en el día previsto tratar en el recinto, desde las 14, el acuerdo que el Gobierno negoció con el FMI. En Casa Rosada hay optimismo sobre el resultado de la votación, sobre todo luego del consenso alcanzado con la oposición de Juntos por el Cambio, pero aún es una incógnita cómo serán los movimientos del hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner y los legisladores de La Cámpora.
En desacuerdo con la estrategia utilizada por Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, para acordar con el Fondo Monetario Internacional la reestructuración de la deuda contraída por el gobierno de Mauricio Macri, Máximo Kirchner renunció a finales de enero a la presidencia del bloque del Frente de Todos en Diputados. Desde aquel momento, mantuvo un perfil reservado.
“He tomado la decisión de no continuar a cargo de la presidencia del Bloque de Diputados del Frente de Todos. Esta decisión nace de no compartir la estrategia utilizada y mucho menos los resultados obtenidos en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), llevada adelante exclusivamente por el gabinete económico y el grupo negociador que responde y cuenta con la absoluta confianza del Presidente de la Nación, a quien nunca dejé de decirle mi visión para no llegar a este resultado”, señaló el legislador al dimitir como jefe de bancada del oficialismo.
Desde ese momento, y hasta ahora, no hubo una posición establecida sobre cómo votará La Cámpora en la sesión especial de hoy, a diferencia de otras fuerzas que en la previa adelantaron su apoyo o rechazo al proyecto, aunque la negociación final de ayer terminó con varios cambios en la redacción del texto a pedido de la oposición.
Para lograr los votos, el proyecto quedó redactado con un solo artículo (más dos de forma) que habilitan al Poder Ejecutivo a firmar un programa de facilidades extendidas en los términos del artículo 2 de la Ley N° 27.612. No se utilizaron las palabras deuda ni refinanciamiento.
Además, los anexos que contenían el programa económicos y las metas negociadas con el staff del FMI quedaron excluídos del proyecto. Esa había sido la principal objeción de la oposición desde el anunció del acuerdo. Planteaban que no correspondía al Congreso -y a la oposición- aprobar un programa económico que debe implementar un gobierno. Su objetivo era que el Frente de Todos no los arrastre a apoyar políticas económicas con las que no están de acuerdo.
En la redacción original, el artículo 2 remitía a los anexos que contenían el programa económico. Por eso desde Juntos por el Cambio lo habían calificado como “invotable”.
Más allá de esto, la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, destacó que a partir de hoy “por primera vez en Argentina un acuerdo con el FMI se debate en el Congreso”.
”Hoy comienza en Diputados el debate sobre el acuerdo que alcanzó el Gobierno con el FMI. Nos parece importantísimo porque por primera vez en Argentina este debate se dará en el Congreso”, dijo la vocera en rueda de prensa en Casa de Gobierno, en la que agregó: “Esto es auspicioso y tenemos que lograr que se apruebe con nivel de responsabilidad y que todas las fuerzas políticas sean parte de la solución”.
Con relación a lo que sucede afuera del Congreso, organizaciones sociales, gremiales y políticas que integran el Frente de Izquierda-Unidad (FIT-U) se concentran en las inmediaciones del Congreso, lo que comenzaba a provocar complicaciones en el tránsito. Más tarde arribarán manifestantes de otras agrupaciones, según indicaron a Télam voceros de ese espacio político.
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