El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) consume la agenda del Gobierno y expuso, ya con la salida de Máximo Kirchner de la presidencia del bloque de diputados del Frente de Todos, distintas posiciones dentro de la alianza gobernante. En ese esquema, Axel Kicillof -que además es fuente de consulta habitual de la vicepresidenta Cristina Kirchner- sostiene lo dicho al momento de anunciarse el entendimiento a fines de enero: que sin acuerdo habría una catástrofe y que no es culpa de este gobierno.
“Se va a mantener lo más al margen que pueda”, aseguran en el entorno del gobernador. El mandatario ya leyó el texto y aunque buscará no interceder de forma directa, seguirá con atención el impacto que puede tener sobre la diaria bonaerense.
Una señal la dio esta semana durante la apertura de sesiones legislativas. “El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional no tiene que ahogar el crecimiento ni la recuperación que estamos empezando a transitar”, dijo ante legisladores oficialistas y opositores, intendentes y funcionarios. También fue un mensaje hacia el gabinete económico de la Nación a quien ya le había sugerido el año pasado revisar la estrategia.
Pese a algunos matices, en términos generales Kicillof acompaña el camino que transita Alberto Fernández. “No tengo más que palabras de agradecimientos”, llegó a decir desde el recinto de la Legislatura sobre la relación con el presidente. También le pidió más fondos de coparticipación, algo que el propio Fernández reconoce.
Pese a las diferencias que pudieran existir -que las hay- en La Plata repiten que tienen la responsabilidad de gobernar. Antes del envío del proyecto al Congreso, Kicillof mantuvo una reunión de trabajo con la vicepresidenta Cristina Kirchner. Hubo un repaso de la gestión provincial y una señal hacia adentro de la coalición gobernante.
El acompañamiento existe, pero hay distancias entre lo que dice el texto que debatirán legisladores con lo que cree Kicillof. Uno de los puntos es qué hacer con la política de subsidios. La provincia de Buenos Aires ya se hizo cargo de los subsidios al transporte y energéticos que delegó la gestión nacional de Mauricio Macri a la administración de la ex gobernadora María Eugenia Vidal. La intención del gobierno provincial era que en algún momento estos subsidios sean absorbidos nuevamente por Nación. Pero bajo el actual contexto esa gestión parece muy lejana.
Ahora, en el proyecto que llegó al Congreso, se busca un esquema para atar la evolución de los precios de servicios públicos al crecimiento de los salarios, con sistemas diferenciados de acuerdo al nivel de ingresos de cada usuario. El programa prevé como meta reducir el gasto en subvenciones a la energía en torno de 0,6% del PBI. Días atrás, Kicillof fue contundente sobre este punto.
En su apertura de sesiones explicó que se puede discutir el grado y la profundidad de los subsidios pero “no discutamos por favor, algo que fue uno de los elementos que diferencia a la Argentina de otros países de la región, que lamentablemente por no tener petróleo, por no tener acceso a la energía, por eso tienen que cobrar el precio internacional en dólares en cada uno de los hogares”. El gobernador sostiene que la política subsidiaria debe continuar. En el acuerdo se asegura que “las acciones de corto plazo estarán enfocadas en la reducción de los subsidios energéticos previstos en nuestro escenario base para 2022, guiada por criterios de equidad y justicia distributivas”. La posibilidad de que las tarifas crezcan en base al aumento de sueldos también opera como una situación incómoda para Kicillof.
El ajuste es algo que no negociará el gobernador. Pero, el texto a debatirse en el Congreso pone como metas fiscales un déficit primario de 2,5% del PIB en 2022 (criterio de ejecución cuantitativo), que se reducirá a 1,9% del PIB en 2023, y a 0,9% en 2024.
En medio de las diferencias y la salida de Máximo Kirchner de la conducción del bloque del Frente de Todos, el gobernador mantiene una posición intermedia. Como había contado Infobae, sostiene su lealtad a Cristina Kirchner y busca tomar distancia del ruido político. Un ejercicio difícil. Diálogo con todos los actores posibles del FdT.
Cerca del mandatario bonaerense dejan trascender que su posición sigue siendo la misma y que donde hay que mirar es en Juntos por el Cambio. Lo expresó en su discurso de apertura de sesiones: “El Fondo Monetario llegó de la manera que describí y el Frente de Todos no tuvo, ni tiene nada que ver con el origen de esta deuda, ni nunca hubiera ido a golpear las puertas del FMI”. La línea discursiva es compartida por todo el oficialismo. La forma de salir del laberinto, no.
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