En un discurso con una duración de hora y media, el presidente Alberto Fernández lamentó la “invasión de Rusia sobre Ucrania” en el inicio de su discurso ante la Asamblea Legislativa para la apertura del período 140° de sesiones ordinarias. Durante la alocución, el mandatario habló sobre el momento “bisagra” que atraviesa el país y anticipó que en estos días será enviado el acuerdo firmado por el Poder Ejecutivo y el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que se “siguen negociando” aspectos vinculados a la formalización del entendimiento.
“La paz del mundo se altera por la invasión militar de la Federación de Rusia sobre Ucrania. Europa se conmueve mientras el fantasma de una guerra vuelve a levantarse. Otra vez la violencia bélica arrasa vidas humanas”, aseguró el jefe de Estado, en una de las definiciones más tajantes de su intervención.
Escoltado por la vicepresidenta Cristina Kirchner, el jefe de Estado arrancó su mensaje pasadas las 11.30, focalizado en la contienda bélica que pone en jaque a la estabilidad en la seguridad global. La presentación frente al Congreso incluyó el anuncio de proyectos de ley, los detalles sobre cómo se aplicará la nueva política tarifaria en energía en el marco de la negociación con el FMI y varios reproches hacia Juntos por el Cambio, que tuvieron momentos de tensión que involucró el retiro de algunos legisladores desde el recinto.
En uno de los pasajes más destacados, Alberto Fernández hizo una serie de reparos a las instituciones de la comunidad internacional que intervienen en la guerra en Ucrania. “Si el mundo no comprende que es este el momento preciso en que debemos darle una oportunidad a la paz y que debemos construir nuevas reglas que saquen de la postergación a los millones de desposeídos que apenas sobreviven, otra vez la humanidad estará siendo condenada a padecer la indecencia de los poderosos”, sostuvo.
Y agregó: “Argentina es parte de ese mundo y no puede escapar al contexto en el que está inmersa. La guerra, en un mundo que se ha globalizado, indefectiblemente genera consecuencias sobre nuestro país”.
El jefe de Estado pidió un minuto de silencio por las víctimas del conflicto armado y de la pandemia de coronavirus. Mientras transcurrían los 60 segundos, Cristina Kirchner se dirigió a un legislador opositor y aseguró: “Hay que saber esperar”. En el inicio de la sesión hubo polémica porque Juntos por el Cambio había pedido la palabra y la presidenta del Senado no se la concedió.
El conflicto bélico estuvo presente desde temprano en el Congreso. Legisladores opositores colgaron carteles en sus bancas con los colores azules y amarillos de Ucrania. Javier Milei, de Libertad Avanza, portó incluso una gran bandera. Esta mañana, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, también se había referido al tema y le había exigido al Presidente una condena.
Alberto Fernández hizo un balance sobre la marcha de la gestión transitada en los primeros dos años de pandemia y reconoció que el estallido de la guerra entre Ucrania y Rusia pueden “producir un enorme desaliento” por sus posibles efectos en la economía, pero señaló que el país atraviesa “un tiempo bisagra”. Dijo que Argentina, a lo largo de la historia, ha demostrado “su enorme capacidad para sobreponerse a la adversidad” después de una historia de e “golpes institucionales, persecuciones, torturas, muertes y desapariciones forzadas”, el “dolor de la Guerra por Malvinas” y los “desastres económicos”.
En un plano autocrítico, el Presidente dijo que tuvo que enfrentar “dilemas que siempre he resuelto pensando en la salud y la vida de nuestra gente” en la emergencia de coronavirus, con la intención de “salvar la mayor cantidad de vidas” y admitió: “No soy infalible; lejos de ello, soy un ser humano. Me he equivocado en ocasiones, pero tengo la íntima tranquilidad que ninguna persona que habita nuestro país quedó sin la atención sanitaria”.
En ese marco, apuntó a los dirigentes opositores que criticaron las medidas sanitarias y a los medios de comunicación “dominantes” cuyas “voces detractoras” fueron “poco constructivas”. “Hemos vivido una crisis que no tiene precedentes. Querer politizar tamaña tragedia cargándole culpas a quienes tuvimos el deber de gobernar en ese instante de la humanidad, es tentador para algunos, pero es definitivamente inaceptable”, resaltó, luego de destacar nuevamente la campaña de vacunación “histórica” que atravesó el país.
FMI: un acuerdo “sin ajuste” y “sin tarifazos”
En el capítulo económico, el mandatario presidencial volvió a cuestionar la deuda externa contraída por el gobierno de Mauricio Macri con el FMI y remarcó que el anunciado acuerdo con el staff del organismo “es el mejor que el gobierno de la Argentina podía conseguir”, si bien “le hubiera gustado” no tener que hacerlo ya que se trata de “una espada de Damocles” sobre el país.
“El nuevo acuerdo no acumulará nueva deuda a la ya tomada por el gobierno anterior. Es una refinanciación de aquél préstamo que nos permite no usar en estos años recursos nacionales para pagar los compromisos”, indicó en el mensaje presidencial. Y agregó: “Es una refinanciación de aquél préstamo que nos permite no usar en estos años recursos nacionales para pagar los compromisos. Se usará dinero del propio FMI que empezará a pagarse dentro de 4 años y medio”.
Acerca de las características del convenio, Fernández indicó que se trata de un “entendimiento inusual en el marco de un programa con el FMI”, “sin políticas de ajuste y con incremento del gasto real en todos los años del programa”. “Habrá una expansión en infraestructura, inversiones en ciencia y tecnología y en políticas sociales”, añadió.
Desde ese punto de vista, el Presidente afirmó que “no habrá una reforma previsional” y “la edad jubilatoria no será alterada”. “Jubilarse es un derecho y se debe respetar a rajatabla”, planteó. En el mismo plano, aseguró que tampoco habrá una “reforma laboral” ya que “la justicia social jamás puede ser objeto de una negociación”.
Otro de los aspectos que involucran a la negociación es el financiamiento al consumo de los servicios públicos. Sobre ese punto, el jefe de Estado corroboró que “en Argentina se acabaron los tarifazos”, por lo que la segmentación de las tarifas y el ajuste de los incrementos no será equivalente a las fuertes adecuaciones que reclama el FMI.
Desde ese punto de vista, Alberto Fernández anunció que los fuertos aumentos en las boletas alcanzará al 10% de los usuarios de “mayor capacidad económica” para que “deje de ser beneficiario de subsidios”. Para el resto de los clientes de Edesur y Edenor, la política de incrementos se inspirará en la Ley 27.443 votada en el Congreso de Nación en el año 2018, y que fue vetada por el entonces presidente Mauricio Macri.
“Esa normativa establecía que las tarifas solo podrían incrementarse teniendo como tope el Coeficiente de Variación Salarial”, dijo el mandatario sobre lo que ocurrirá con la mayoría de los consumidores del área metropolitana de Buenos Aires. De esta manera, con el nuevo índice, las tarifas estarán “claramente por debajo de la evolución de los salarios”. “Así, alineamos el tema de las tarifas con una política clara para recomponer los ingresos en términos reales”, precisó.
Con esas consideraciones, Alberto Fernández anticipó que “a partir de esta semana esperamos que esté en manos de los legisladores y las legisladoras nacionales considerar la aprobación del acuerdo”. Y reconoció: “Aún hoy seguimos negociando aspectos vinculados a la formalización de ese acuerdo que confío concluir a la brevedad”.
“En el contexto mundial que vivimos y teniendo en cuenta la magnitud de los compromisos que asumió Argentina y que buscamos modificar, defender los derechos de nuestro pueblo demanda mucho más que cinco minutos”, planteó en alusión a unos de los comentarios que formuló el ex presidente Mauricio Macri. “Ese será el acuerdo de la Argentina toda y nosotros como poder administrador nos ocuparemos de que sea cumplido para que haya más producción, más trabajo, mejores ingresos y menor inflación”, ratificó.
El punto de mayor tensión en el Congreso se produjo cuando varios legisladores de Juntos por el Cambio se levantaron de sus asientos, luego de que el Presidente recordara que firmó el año pasado el Decreto 8/2021, en el que instruyó a la Procuración del Tesoro para que “iniciara una querella criminal tendiente a establecer la verdad y las responsabilidades sobre este endeudamiento” y que involura a Mauricio Macri y parte de su gabinete. “Este Acuerdo tampoco releva al Poder Judicial de avanzar en esa investigación. Los argentinos y las argentinas tienen el derecho de saber como ocurrieron los hechos y quienes fueron los responsables de tanto desatino”, exhortó.
Alberto Fernández había recordado que la deuda original con el FMI era por un monto de 57 mil millones de dólares, y que desde el inicio de su mandato renunció a “recibir alrededor de 12 mil millones de dólares” de ese compromiso para no “hacer crecer aún más semejante deuda”.
“El dinero que ingresó de ese préstamo no fortaleció las reservas del Banco Central porque fue enteramente utilizado para pagar deuda externa insostenible y financiar la fuga de capitales. No quedó nada del dinero recibido en Argentina. Ni un puente ni una carretera. Sólo nos quedó una deuda externa impagable”, afirmó sobre cifras que “no tienen precedentes en la historia universal de la economía moderna”. Y sentenció: “Me hubiera gustado que el gobierno anterior no hubiera recurrido en 2018 al FMI y muchos menos en las condiciones que ya describí”.
Críticas al Poder Judicial
En otro tramo de su discurso, Alberto Fernández ratificó la necesidad de que haya cambios legislativos para una “reforma integral del sistema de administración de justicia federal” y lamentó que el proyecto de ley de reforma que envió en 2020 “que fue aprobado por el Senado, ahora ha perdido estado parlamentario”.
“Lo que está sucediendo con el Poder Judicial en la Argentina es grave”, indicó el mandatario al hablar en la Asamblea Legislativa. Según su percepción, las reformas que impulsó en el inicio de su gestión fue “resistida por la oposición para beneficiar a algunos funcionarios del gobierno anterior que deben rendir cuentas” porque “saben que tienen aliados en fiscales y jueces de la justicia federal”.
La falta de avances en ese tipo de modificaciones de la reforma judicial, recordó Fernández, incluía la creación de un “juzgado federal y una fiscalía en San Lorenzo y la Cámara Federal de Apelaciones Rosario, instrumentos jurídicos indispensables en la lucha contra el narcotráfico”, con la constitución de otras instituciones. “Yo le solicito al Honorable Congreso de la Nación aborde la cuestión que planteamos. Que haga los cambios adecuados, que generen los consensos necesarios y que resolvamos este problema”, manifestó.
Además, Alberto Fernández celebró que “en la Argentina de hoy no hay espionaje político” y anticipó que enviará un proyecto de ley que permitirá “consolidar el trabajo hecho en estos años en materia de inteligencia”. “No se intervienen teléfonos sin causa judicial. En la Argentina de hoy cada uno piensa y dice lo que se le da la gana. El secreto no puede ser nunca más la excusa para que el Estado institucionalice un sistema de espionaje cuyo fin sea la persecución a opositores políticos o la extorsión”, reflejó sobre las denuncias que “develó” la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
“Necesitamos contar con organismos de inteligencia que permitan producir información estratégica de calidad que contribuya a tomar decisiones y a proteger (no a espiar) al conjunto de la población frente a los riesgos y desafíos de un mundo cada vez más dinámico”, reflexionó.
Inflación, política y los proyectos legislativos
Fernández sostuvo “la inflación es el principal desafío que tiene el Gobierno” y recordó que “hay datos y logros que indican una recuperación de la economía” en los últimos meses. Destacó el crecimiento de las inversiones en comparación con 2019, y la recuperación de los salarios reales del sector registrado que, pese al aumento de precios, “tuvieron una leve recuperación en 2021, aunque a un ritmo inferior al que queremos”.
“Entre noviembre de 2019 y noviembre de 2021, el poder adquisitivo en el segmento privado formal creció 3 por ciento. Esta cifra en sí no exhibe nada para celebrar. Lo que sí es importante es comprender que estamos transitando un nuevo camino”, agregó, y señaló que los niveles de pobreza dejaron de aumentar durante el año pasado y la tasa de desempleo fue del 8,2 % en el tercer trimestre de 2021, la menor en más de tres años”.
En la política social, ratificó la intención de registrar las actividades de la economía popular, el impulso de un proyecto de Ley de Empleo Joven, y defendió la eliminación progresiva de los programas sociales para transformarlos en puestos de empleo formales.
Ante el recinto, Fernández pidió también avanzar en la agenda legislativa que se propuso en 2021: “el desarrollo del cannabis para uso medicinal y cáñamo industrial; la ley de inversiones automotrices; ley de electromovilidad; ley agro bio industrial; ley de Compre Argentino; ley de desarrollo hidrocarburífero”. En ese marco, anunció nuevos proyectos vinculados a una legislación que regule la nano-biotecnología; la ley de Hidrógeno; y una ley del Sistema Nacional de Calidad.
Entre las novedades del temario que enviará el Poder Ejecutivo, Alberto Fernández anticipó que girará un proyecto de ley para lograr que en el país haya un “régimen de licencias parentales igualitarias” con el objetivo de “ampliar días por maternidad, paternidad y adopción”. Y agregó que en ese objetivo se incluirá a trabajadores monotributistas y autónomos.
”Argentina es uno de los países latinoamericanos más retrasados en regímenes de licencias parentales”, justificó el jefe de Estado. Y explicó que el proyecto de ley prevé un sistema integral de cuidados con perspectiva de género que permitirá crear más de 200.000 puestos de trabajo “para quienes cuidan a más de 1 millón de personas que necesitan de esos cuidados”.
En materia ambiental, el Gobierno aumentó un 27,7% sus compromisos de limitación de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, además de que se comprometió a “alcanzar la neutralidad de carbono al 2050″, lo que convierte al país “en uno de los que más ha aumentado” sus obligaciones. Ahora bien, el jefe de Estado evitó referirse al tratamiento de la Ley de Humedales, uno de los reclamos de las organizaciones ecologistas, aunque sí se avanzará con dotar de “mayores recursos el Servicio Nacional de Manejo del fuego” y en llevar adelante una “modificación de la Ley de Bosques Nativos”.
Por otro lado, el Presidente ratificó su intención de que el Congreso “asuma la tarea de avanzar en cambios” a la Ley de Alquileres y de que se sancione un proyecto de ley para “generar estándares básicos para el comportamiento de las fuerzas de seguridad en todo el país”, en sintonía con la prevención de acciones que involucren casos de violencia institucional.
Sobre el cierre de su intervención, Alberto Fernández recordó que el conflicto con el Reino Unido por la soberanía de las Islas Malvinas cumple 40 años, y reiteró que Argentina busca una “solución negociada y pacífica”, con el objetivo irrenunciable de recuperar el ejercicio pleno de soberanía sobre esa parte de nuestro territorio que se encuentra usurpado”. Y planteó que el conjunto de los sectores políticos deben “mirar al 2023″ y que “ese año debe unirnos en la pluralidad”. “Cuando el actual mandato presidencial esté concluyendo, se cumplirán 40 años de democracia. Una conquista fundamental e irrenunciable”, sostuvo.
Y concluyó: “Esta época bisagra de la historia, de Argentina, del mundo, del universo, necesita que le propongamos un sueño. Un propósito: queremos dejar de ser víctimas de todo y pasar a ser propulsores de algo. Pasar del miedo a la ilusión. De la muerte a la creación. Hay que sacar la utopía del pasado y volver a ponerla en el futuro”.
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