“De la exposición de Cabandié va a depender su futuro político”. Con esas palabras, un alto funcionario del Gobierno describía ayer la endeble situación del Ministro de Medio Ambiente, que quedó en el centro de los reproches dentro y fuera del Frente de Todos a partir de la disputa política con el gobierno opositor de Corrientes en pleno desastre por los incendios que arrasaron con el 10 por ciento de la provincia mesopotámica. Sin embargo, el funcionario tiene el apoyo del presidente Alberto Fernández, que busca dar por terminada la ola de críticas. Por un lado, con la exposición de Cabandié ayer en el Senado, y por otro, y con su propia visita a la zona afectada, el viernes.
El ministro, ex miembro de La Cámpora, de donde se alejó por problemas en la relación con Máximo Kirchner, fue elegido para llevar la cartera de Ambiente por Alberto Fernández en 2019. El entonces futuro presidente lo llamó en plena repartija de cargos entre los popes del Frente de Todos, principalmente, por la relación de confianza que tenían. El ex diputado no era experto en temas ambientales, y quienes llevan la administración de la cartera son los miembros de su equipo, entre ellos el viceministro Sergio Federovisky, especialista en la materia, que viajó a Corrientes en distintas ocasiones en los últimos días.
Cabandié expuso durante tres horas ayer por la tarde en la Comisión de Ambiente del Senado, en donde se presentó a instancias de la convocatoria de los legisladores que la integran, comandados por la referente bonaerense de Pro y férrea opositora al Gobierno, Gladys González. Le pidieron la semana pasada que fuera a dar explicaciones sobre la actuación del Gobierno en la crisis ígnea de Corrientes, después de un mes y medio de rencillas crecientes entre la Nación y la administración local sobre los tiempos y caudal de ayuda. Anoche, en el Gobierno había conformidad con su performance, a pesar de que hubo ciertos momentos ríspidos con la oposición. El ministro recibió un apoyo evidente de los senadores kirchneristas que integran la comisión, entre ellos algunos muy cercanos a Cristina Kirchner, lo que constituyó una señal de respaldo a su continuidad en el cargo.
El ministro es muy cuestionado no sólo por la oposición, sino también en las filas del Frente de Todos. Especie de líbero, no responde a ninguna fuerza política, y por consiguiente, no tiene una “banca” específica, como sí ocurrió en otros casos, como el de la titular del PAMI, Luana Volnovich, y su segundo, Martín Rodríguez, que permanecieron en sus cargos con el respaldo de La Cámpora a pesar de la ola de críticas por su -al principio secreto- viaje al caribe de México, en conjunto, aunque el Presidente había pedido a sus funcionarios de que vacacionaran en la Argentina.
En el Gobierno aseguran que la permanencia de Cabandié está prácticamente asegurada por la “tendencia” de Alberto Fernández a “perdonar” los errores de sus funcionarios y mantenerlos en el Gabinete a pesar de las críticas. De todas formas, hubo casos donde la gravedad de la polémica lo llevó a eyectar a sus ministros. Por ejemplo, en el caso del ex titular de Salud, Ginés González García, amigo del primer mandatario que fue eyectado por el escándalo del vacunatorio VIP al comienzo de 2021.
Sin embargo, dos altas fuentes deslizaron que Cabandié tiene, también, el respaldo de Cristina Kirchner. “Más allá de su mala o nula relación con La Cámpora, con ella siempre tuvo buena relación”, aseguraron. La vicepresidenta tuvo en otras ocasiones la palabra final sobre el destino de algunos funcionarios de Alberto Fernández. Entre ellos, el de la ex ministra de Justicia, Marcela Losardo, que renunció entre fuertes presiones del kirchnerismo; y el del subsecretario de Energía Eléctrica, el kirchnerista Federico Basualdo, quien permaneció en su cargo a pesar de la intención del ministro de Economía, Martín Guzmán, de despedirlo de la cartera que conduce por obstaculizar las medidas de segmentación de tarifas.
En los próximos días, después de la exposición en el Senado, y si se controla el fuego, que ya arrasó con el 10 por ciento de la provincia de Corrientes, el Gobierno espera que el tema quede corrido de la agenda pública y poder mantener el statu-quo en el Gabinete. Se trata de una de las premisas que adoptó el Presidente para la etapa que corre, donde su principal eje de preocupación es el cierre del acuerdo con el staff del FMI por la refinanciación de la deuda externa para la presentación en el Congreso. No quiere que haya un cisma en su equipo, aunque sea en un ministerio considerado entre los menos relevantes en la escala de prioridades.
De todas formas, el primer mandatario recientemente designó allí, de manera unilateral, a una asesora de su extrema confianza, Cecilia Nicolini. Algunos leyeron su desembarco en la vacante Secretaría de Cambio Climático como una forma de intervención del ministerio. Sin embargo, en Ambiente no leían su llegada de esa forma. Será la encargada de las relaciones diplomáticas de la cartera verde que, aunque son centrales para el Presidente en el actual marco geopolítico, representa un porcentaje menor de las acciones de la cartera. Y desestimaron las versiones que indicaban, en los últimos días, que la politóloga con paso por Harvard sea la candidata a hacerse cargo de la titularidad de Ambiente en caso de una salida de Cabandié. En cambio, aseguraban que la continuidad de este, al menos hoy, no está en peligro.
SEGUIR LEYENDO: