A pocos días del inicio de las sesiones ordinarias, el interbloque de diputados de Juntos por el Cambio continúa sin tener un presidente. El cargo que ocupó el radical Mario Negri durante los últimos seis años quedó vacante el 9 de diciembre y todo parece indicar que seguirá sin titular al menos hasta mediados de marzo.
Tras las últimas elecciones legislativas, la coalición opositora se quedó con 116 bancas: 50 pertenecen al PRO, 33 a la UCR, 12 a Evolución, 11 a la Coalición Cívica, 4 de Encuentro Federal, 2 de Producción y Trabajo y los monobloques Republicanos Unidos, Avanzar San Luis, Creo y Ahora Patria.
En base a criterios numéricos, el PRO podría imponer a Cristian Ritondo como presidente del interbloque. Sin embargo, el objetivo es alcanzar un acuerdo político por consenso que facilite el trabajo legislativo de cara al futuro. A esto se suma que el radicalismo ya logró que Alfredo Cornejo sea designado presidente del interbloque opositor en el Senado.
El nombramiento de Ritondo había sido anunciado extraoficialmente para mediados de febrero, pero las conversaciones se enfriaron por las tensiones al interior del radicalismo, la falta de consenso entre las fuerzas en relación al acuerdo con el FMI y el rechazo de Elisa Carrió hacia el ex ministro de Seguridad de María Eugenia Vidal. ”Son objeciones históricas”, recordaron en alusión a las críticas que le hizo a lo largo de los años.
A principios de diciembre, un grupo de dirigentes de la UCR, referenciados en el senador Martín Lousteau, decidió romper el bloque radical y conformar un nuevo espacio bajo la conducción del cordobés Rodrigo De Loredo. Entre las razones para la división se destacaban los cuestionamientos a Negri y los reclamos de una renovación en la conducción.
Un mes después, durante las negociaciones entre el gobernador Gerardo Morales y Lousteau para reunificar la bancada se barajó la posibilidad de que Negri continúe al frente del bloque y De Loredo asuma al frente del interbloque. No obstante, la semana pasada esa alternativa fue rechazada por el PRO y la Coalición Cívica.
Ante la consulta de Infobae, desde el PRO, la UCR y la CC coincidieron en que ahora las negociaciones están “en la nada” y no hay un plazo determinado para resolver la cuestión.
Desde Coalición Cívica dejaron entrever que una posibilidad para salir del punto muerto podría ser formalizar una conducción colegiada o “triunvirato” que represente a los espacios fundadores de Juntos por el Cambio. “Es un interbloque complejo y es difícil que una sola persona lo pueda representar. Por ahora el trabajo se está coordinando bien”, explicaron desde el espacio liderado por Elisa Carrió.
La UCR todavía no adoptó una postura oficial, pero cerca de Negri explicaron a Infobae que no rechazarían la conducción de Ritondo, dada la buena relación entre ambos, así como tampoco la posibilidad de una conducción conjunta.
Desde los bloque más chicos se mostraron lejanos a la disputa, pero insistieron en la importancia de resolver el “desorden interno y la falta de comunicación”. “Cada cual hace lo que quiere y no sabe lo que hace el resto. En diciembre entramos a las dos sesiones sin haber tenido ni una comunicación”, lamentó un diputado que ingresó en el último recambio.
Por su parte, desde la bancada del PRO reconocieron que esperarán por lo menos algunas semanas a que se ordene la situación. Entienden que presionar por una definición o hacer valer únicamente su mayor cantidad de bancas podría ser contraproducente para el desarrollo del trabajo legislativo a futuro. Por eso, apelan a poder liderar el interbloque por consenso, como se logró hacer cuando conducía Mario Negri.
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