Con el Congreso paralizado, el Gobierno Nacional oficializó el llamado para la apertura del 140° Período de Sesiones Ordinarias que comenzará con el foco puesto en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
A través del Decreto 92/2022, publicado este miércoles en el Boletín Oficial, el presidente Alberto Fernández confirmó el inicio del período legislativo para el próximo martes 1° de marzo.
Las sesiones extraordinarias culminarán esta semana con un rotundo fracaso. No se llevaron a cabo, ni si quiera hubo acuerdo en Diputados y el Senado para repartirse las comisiones, y la actividad solo se limitará: a la presencia del ministro Juan Cabandié en la comisión de Medio Ambiente del Senado, que esta tarde explicará las acciones del Poder Ejecutivo frente a los incendios de Corrientes; y a la sesión preparatoria que realizará el jueves la Cámara Alta para designar autoridades y cumplir con el reglamento.
La Casa Rosada había convocado al Congreso para tratar durante febrero 18 proyectos entre los que se destacaban el nuevo Pacto Fiscal y la reforma del Consejo de la Magistratura. A poco de culminar el mes, es un hecho que los legisladores volverán a la actividad recién a partir del 1° de marzo.
La única opción posible es que se logre un acuerdo político y los temas sean tratados sobre tablas. “Si fue imposible conformar las comisiones es poco probable que los bloques se pongan de acuerdo para tratar algún tema sobre tablas antes del 28 de febrero”, explicó días atrás un diputado de la oposición.
La semana pasada venció en la Cámara de Diputados el plazo para firmar los dictámenes de comisión, es decir, el paso legislativo previo para poder discutir un proyecto en el recinto. Y los dictámenes no se pudieron emitir porque el Frente de Todos y Juntos por el Cambio no alcanzaron un acuerdo para conformar dichas comisiones.
El principal interbloque opositor aspira a controlar algunas con mayor peso político en base a los resultados de las últimas elecciones. Aseguran que la paridad de fuerzas dentro del recinto no se ve reflejada en la distribución de las presidencias. En concreto, JxC propuso quedarse con Agricultura y Educación, además de conservar las que ya tenían. Mientras que en el FdT consideran que acceder a estos pedidos sería demasiado ya que el oficialismo continúan siendo la primera minoría.
Sin embargo, hay miembros de la oposición que aseguraron que el reparto de las comisiones fue solo una excusa, ya que el Frente de Todos y sus aliados tienen la mitad más uno en todas las comisiones, con lo cual podrían haberlas puesto en marcha. En efecto, sostienen que el factor clave del fracaso de las sesiones extraordinarias es la interna que se desató dentro del oficialismo tras el anuncio del acuerdo con el FMI y la inmediata renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque en la Cámara Baja, quien fue reemplazado por el santafesino Germán Martínez. Frente a este panorama, en el oficialismo estuvieron más preocupados por lograr consensos internos para apoyar el acuerdo con el Fondo Monetario.
El Gobierno espera poder enviarlo a Diputados a fines de esta semana, y que sea tratado en el recinto entre el 10 y 15 de marzo. Una vez ingresado al Congreso, el proyecto deberá pasar por la comisión de Presupuesto -la única que ya está conformada-, pero también podría ser girada a la comisión de Finanzas. En este marco, oficialismo y oposición estarán obligados a limar asperezas en los próximos días.
Sergio Massa asumió un rol clave, tanto para ordenar al oficialismo como para negociar el acompañamiento de un sector mayoritario de la oposición al acuerdo que genera dudas y temores en ambas coaliciones. El Gobierno busca que el consenso sea amplio y que la aprobación no corra ningún riesgo. El tiempo apremia, el 22 de marzo es el primer vencimiento del pago de la deuda y el acuerdo deberá pasar por un proceso de revisión del consejo directivo del FMI antes de su aprobación definitiva.
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