Máximo Vedoya, actual CEO de Ternium, la siderúrgica del Grupo Techint, mantuvo abierta una cuenta en Suiza mientras trabajaba como ejecutivo en Venezuela, entre 2005 y 2008. El empresario se desempeñaba en ese momento como director comercial de Sidor, la siderúrgica que terminó estatizada por Hugo Chávez en 2008. Se trata de la misma compañía que dejó en jaque al Grupo Techint durante la investigación de los cuadernos de las coimas por pagos ilegales a funcionarios kirchneristas, según confesaron dos de sus ejecutivos ante la Justicia.
Vedoya y su mujer abrieron una cuenta en el Credit Suisse en diciembre de 2005, según la información que aparece en la investigación global Suisse Secrets, liderada por el centro de investigación Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), y de la que participa Infobae. El ejecutivo de Techint llegó a acumular más de 830.000 francos suizos en su cuenta en agosto de 2008, equivalentes a unos USD 900.000.
El máximo de fondos que tuvo esa cuenta bancaria fue registrado apenas tres meses después de la estatización de Sidor, anunciada por Chávez en mayo de 2008. La intervención del chavismo sobre la compañía motivó la salida de Vedoya de ese país poco después, pero la cuenta en Suiza permaneció activa al menos hasta junio de 2016, de acuerdo a la información filtrada en Suisse Secrets.
El traspaso forzado a manos del chavismo implicó un período de hostigamiento por parte del régimen venezolano y una salida conflictiva de ese país de los ejecutivos de la siderúrgica del Grupo Techint.
El director corporativo de la multinacional argentino-italiana, Luis Betnaza, y el ex director administrativo, Héctor Zabaleta, declararon en noviembre de 2018 en el expediente judicial de “los cuadernos de las coimas” que, desde el Ministerio de Planificación Federal entonces a cargo de Julio de Vido, les habían pedido dinero para que el gobierno argentino intercediera ante Chávez a fin de preservar la seguridad del personal de Sidor en Venezuela.
Zabaleta admitió como “arrepentido” ante el fiscal federal Carlos Stornelli haber sido el encargado de entregar el dinero a los funcionarios kirchneristas. En el expediente judicial constan, al menos, seis entregas entre mayo y diciembre del 2008 realizadas por este contador, y otras dos por otra persona del Grupo Techint, en junio y octubre de ese año. Vedoya no estuvo implicado en el expediente judicial de “los cuadernos de las coimas”, ya que no estaba en el país en esos años.
Ante la consulta de Infobae, desde el entorno del hoy CEO de Ternium se limitaron a decir que la cuenta en el Credit Suisse fue declarada, aunque se negaron a mostrar la documentación respaldatoria. Tampoco respondieron cuál era el origen de los fondos que el ejecutivo manejó en Suiza y si ese dinero estuvo vinculado a su rol como directivo en Sidor en Venezuela.
Durante décadas, Techint pagó bonos anuales a sus máximos ejecutivos, dentro y fuera del país, en cuentas en Suiza, tarea que habría desempeñado Zabaleta, uno de los hombres de mayor confianza de los Rocca, según admitieron desde Techint al diario La Nación en 2018. Señalado como el “valijero” del Grupo, el nombre de Zabaleta aparece en una investigación en curso en Italia por presunto lavado de activos y figuró antes en el “caso Skanska”. Apareció mencionado en un diálogo que grabaron dos ejecutivos de la multinacional sueca sobre cómo se “consolidaban valijas” para pagar sobornos millonarios, y que recuperó el entonces juez en lo Penal Tributario, Javier López Biscayart.
“Vedoya comenzó su carrera internacional fuera de Argentina en 1998, trabajando en diferentes países como Venezuela, Estados Unidos, Colombia y México. Durante este tiempo mantuvo una cuenta en el Credit Suisse de Suiza, que hoy está cerrada. Mientras esta cuenta estuvo activa su operación, siempre fue de acuerdo a la ley”, respondieron en el entorno del hoy CEO de Ternium.
Ante la consulta de OCCRP, desde el Grupo Credit Suisse señalaron: “Como una institución financiera líder en el mundo, Credit Suisse opera en muchas jurisdicciones y es profundamente consciente de su responsabilidad ante sus clientes y ante el sistema financiero en su conjunto de garantizar de que se cumplen los estándares de conducta más estrictos”. Y agregaron: “Al igual que todos los bancos, Credit Suisse tiene un estricto deber de confidencialidad y cuidado con sus clientes, y no podemos comentar afirmaciones que nos hacen sobre individuos, sean o no clientes. Por tanto, aunque no es posible dar una refutación pública detallada de estas acusaciones, podemos confirmar que han sido debidamente registradas y, cuando son apropiadas, examinadas”.
La investigación lanzada el domingo pasado a nivel mundial conocida como Suisse Secrets es un proyecto de periodismo colaborativo basado en la filtración de datos de cuentas bancarias facilitados por una fuente anónima al periódico alemán Süddeutsche Zeitung, que los compartió con OCCRP y otros 48 medios de comunicación aliados de todo el mundo, entre ellos, Infobae. Más de 150 periodistas de 39 países revisaron miles de registros bancarios, entrevistaron fuentes internas, reguladores, fiscales, examinaron documentos judiciales y financieros para corroborar los hallazgos.
Si bien la información de las cuentas es parcial y no incluye prácticamente datos de clientes argentinos excepto aquellos vinculados a negocios con Venezuela, la filtración abarca más de 18.000 cuentas que estuvieron abiertas desde los años 40 hasta bien entrada la última década. En conjunto, las cuentas filtradas contenían fondos que superan los USD 100.000 millones. Aunque acotada, como muestra de una porción de los clientes del Credit Suisse, las revelaciones de Suisse Secrets muestran una operatoria del banco a lo largo de los años, más allá de los anuncios de haber extremado los procesos de debida diligencia sobre quienes acuden a la entidad con dinero con origen poco claro.
“El camello”
En la causa judicial de los “cuadernos de las coimas”, Betnaza explicó qué había ocurrido después de la estatización del chavismo. “Durante el período que abarcó la salida de la gente de Venezuela, entre abril y diciembre de 2008, nos solicitaron que contribuyeramos con el Gobierno. Como dije antes, aquí intervinieron De Vido y (su mano derecha, Roberto) Baratta. En razón de la situación que estábamos viviendo en Venezuela, le doy instrucciones a Zabaleta para que haga los pagos. (...) Cuando se planteó el tema de Venezuela, con el peligro que significaba para la gente, cuando vi lo que le pasó a Posadas, cuando vi que nos quemaban los colectivos, y el gobierno nacional nos dijo ‘te ayudamos pero el camello’, me llevé ‘el camello’. Esto pasó por una cuestión humanitaria”, declaró Betnaza en sede judicial. También dijo no contar con “el detalle de lo que se pagó, pero el monto global sería un equivalente a menos de un millón de dólares”.
En agosto del 2021, Betnaza, Zabaleta y Paolo Rocca -CEO del Grupo Techint- fueron sobreseídos en la causa de “los cuadernos de las coimas”. El sucesor del juez Bonadío, Julián Ercolini, procesó en cambio al exfuncionario del Ministerio de Planificación Roberto Baratta por recibir alrededor de USD 1 millón en dádivas pagadas para favorecer la evacuación del personal de Sidor en Venezuela, cuya integridad física corría peligro, según los directivos del Grupo fundado por la familia Rocca.
El magistrado estableció que los pagos admitidos por los ejecutivos de la multinacional argentino-italiana se habían realizado, pero que “habría mediado una causal de justificación” por la necesidad de proteger la integridad física y materializar la salida del país de los empleados que cumplían funciones en la planta en Venezuela.
Tampoco fue sencilla la negociación para cobrar el dinero de la estatización. Cuando Techint buscó un acuerdo de indemnidad ante la posibilidad de reclamos posteriores, la desafiante respuesta de Chávez al mayor conglomerado siderúrgico de la región fue: “Pagaremos cuando queramos y como queramos”. Finalmente, la empresa acordó en mayo de 2009 una compensación total de USD 1.970 millones, que recién terminó de cobrar en forma total en octubre de 2012.
Demanda fallida
Radicado en México, Vedoya es desde 2018 el CEO de Ternium, el mayor conglomerado siderúrgico de la región. La empresa del Grupo Techint es líder en la producción de acero en Latinoamérica, con plantas en ese país, Argentina, Brasil, Colombia, el sur de los Estados Unidos y Centroamérica. Anteriormente se desempeñó como presidente ejecutivo de Ternium México, fue director general de Ternium Colombia, y director del Área Internacional, tras su abrupta salida de Venezuela a mediados del 2008.
Después de la admisión de Betnaza y Zabaleta de que había realizado pagos ilegales, Vedoya - junto a Paola Rocca y otros directivos del Grupo Techint - fueron denunciados en noviembre de 2018 en Estados Unidos por un estudio de ese país, en representación de un grupo de inversores perjudicados por la caída de las acciones de Ternium.
La demanda colectiva buscaba lograr un resarcimiento por parte de la empresa por la pérdida en el valor de sus acciones, al ventilarse en sede judicial los pagos a funcionarios argentinos para que intercedieran en favor de Ternium ante Chávez. Según informó Ternium SA ante la SEC de Estados Unidos en marzo del año pasado, esa causa fue cerrada en noviembre de 2020.
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