Máximo Kirchner empezó su recorrido como presidente del PJ bonaerense con más exposición de la que esperaba, que ya era por demás suficiente. La renuncia a la conducción del bloque del Frente de Todos y la carta explosiva contra la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) puso las miradas en la posición del diputado nacional, ahora también jefe del peronismo bonaerense. Por La Cámpora y la bancada oficialista, sabía quién lo iba a seguir. El PJ, todavía territorializado por los intendentes, era una incógnita. Por eso, tras la renuncia, Kirchner se ocupó de ir juntando la esquirlas y rearmar la foto. Lo urgente en el calendario era el cierre de listas para la renovación de autoridades en el Partido Justicialista de los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires. Por eso Kirchner, a diferencia de su salida del bloque del Frente de Todos, pedía unidad.
La consiguió. O al menos no estalló en mil pedazos. Para eso, el diputado nacional, mantuvo reuniones, conversaciones y paciencia. También contó con aliados que empujaron ese plan. Martín Insaurralde, el Jefe de Gabinete bonaerense, fue -otra vez- el armador de esa unidad que le garantizó a Kirchner sonreír en una foto, previa al cierre de listas, con los Consejeros de las ocho secciones electorales.
Unas 48 horas antes de la presentación de avales, Insaurralde y su partener Federico Otermín -presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires- pusieron su voluntad a disposición para reunir en la residencia de la Cámara baja bonaerense en La Plata a los consejeros del PJ provincial. Hasta allí llegaron ministros nacionales fieles al presidente Alberto Fernández como Gabriel Katopodis, Juan Zabaleta o Jorge Ferraresi, además de otras figuras también albertistas como la diputada nacional Victoria Tolosa Paz. Todos salieron conformes.
En esa reunión, Kirchner explicó los motivos de su carta, dijo que no podía acompañar lo que no creía por convicción y dio libertad de acción, sin imposición por tema FMI. Donde sí puso un norte fue en el porvenir del PJ bonaerense en vistas al cierre de listas del jueves último: que prime la unidad, pidió. Y que los intendentes contengan. Los jefes comunales contuvieron: pero a cambio se quedaron con las presidencias de los PJ locales, respetando una lógica histórica.
Pero Kirchner también consiguió avanzar un poco más allá con el brazo de La Cámpora. Esta vez no fue disputa, fue acuerdo. Así, dirigentes de la organización craneada por Máximo Kirchner entraron en la dinámica pejotista sin tantos codazos como hubiera ocurrido años atrás.
En La Plata fue el caso más elocuente. La lista al PJ local estará encabezada por Ariel Archanco, diputado provincial por la Octava sección electoral. Es de La Cámpora. La situación en el PJ de la capital provincial es un caso testigo de peso y en miras a lo que puede llegar a ser la discusión en el 2023. Algunas voces dentro del mismo PJ bonaerense aseguran que no impactará el armado peronista en lo que será la negociación de candidaturas del año entrante. Otros y otras protagonistas no opinan lo mismo.
San Nicolás, Junín o Bahía Blanca fueron otras de las grandes ciudades donde hoy el peronismo no gobierna, pero en lo que hace a la vida interna del partido se logró llegar a una unidad y habrá una sola lista, pese a que en la previa el escenario no era el más auspicioso.
Un ejemplos donde el intendentismo abrió la mira, pero retuvo la conducción fue en San Martín. Allí, hubo una situación particular. La negociación quedó a cargo del intendente Fernando Moreira, delfín político del ministro de Obras Públicas de la Nación y ex intendente, Gabriel Katopodis. Hubo sectores del espectro peronista que no se sintieron contenidos, quedaron fuera de la lista pero optaron por no abrir una interna. “No es el momento indicado”, deslizaron. Para que la sangre no llegue al río tuvo que intervenir Katopodis, en una señal de acercamiento -también- entre el albertismo y ex presidente del bloque del FdT. De hecho, el camporista Lauro Grande será el vicepresidente del PJ en San Martín, mientras que el jefe de gabinete del ministerio que conduce Katopodis, Diego Perrella también forma parte del cuadro final.
Sobrevolando
Además de los intendentes del PJ bonaerense, Kirchner tuvo algunos dirigentes que trabajaron en que haya armonía. Uno de ellos fue el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense y consejero por la Octava sección electoral, Andrés Cuervo Larroque.
Desde hace tiempo que el funcionario de la gestión de Axel Kicillof, viene “articulando” en los diferentes armados del kirchnerismo y ahora también, claro, en el peronismo. Antes del cierre del PJ, la última intervención de Larroque fue en Hurlingham, en las elecciones legislativas, donde medió para pausar la interna entre el intendente y hoy ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta, con el referente de La Cámpora en ese distrito y actual funcionario de PAMI, Martín Rodríguez. Es que en ese municipio, gobernado por el FdT, todo se encaminaba a una interna.
Otra gestualidad de Kirchner fue durante esta semana al mantener diálogo casi diario con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. El mandatario no estuvo en la reunión de los consejeros partidarios pese a que poco más de doscientos metros separan la residencia de gobernación de la casona que tiene la Cámara de Diputados. Sin embargo, según pudo saber Infobae, Kirchner se comunicó con el mandatario para reportarle cómo iban dándose los distintos cierres distritales.
No todo fue a gusto de Kirchner. El pedido de la unidad que puso sobre la mesa no se aplicó en algunos distritos. En el AMBA por ejemplo no se llegó a un acuerdo peronista en el municipio de San Isidro. Habrá interna: por un lado una lista apalancada por el Canciller, Santiago Cafiero, por otro la impulsada tras un acuerdo entre la ministra de Gobierno bonaerense, Teresa García y el director del Banco Provincia y ex senador bonaerense, Sebastián Galmarini. Desde el distrito de la Primera sección electoral aseguran que se trató de un cierre local y que ni Kicillof ni Sergio Massa intervinieron.
Tampoco hubo unidad en San Miguel ni en Tres de Febrero. En el municipio que hoy gobierna Diego Valenzuela (Juntos), se presentarán tres listas: una encabezada por Juan Debandi de La Cámpora, otra que lleva al diputado nacional Horacio Alonso y una tercera opción que postual al exministro de Salud bonaerense Alejandro Collia.
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