Después de varios días de tensión entre la Casa Blanca y el Gobierno por las inesperadas declaraciones contra Estados Unidos de parte de Alberto Fernández, el embajador del gobierno de Joseph Biden, Marc Stanley, envió un mensaje conciliador al Gobierno. Tras los esfuerzos de la Casa Rosada para volver a acercar posiciones, asistió a una invitación del canciller Santiago Cafiero en el Palacio San Martín, dialogaron durante una hora, y al finalizar el encuentro, el diplomático consideró que “la Argentina y Estados Unidos son buenos amigos”.
La reunión fue fruto de la insistencia del Gobierno para solucionar el conflicto gestado entre ambas administraciones por el malestar que se generó en Washington a raíz de las sorpresivas declaraciones de Alberto Fernández en Rusia y Barbados sobre la necesidad de la Argentina de “dejar de tener esa dependencia tan grande con el Fondo y con Estados Unidos” y, posteriormente, acerca de la falta de ayuda en las negociaciones con el FMI.
Stanley arribó por la tarde a la Cancillería para la cita que estaba prevista para las 15 y que se había mantenido fuera de agenda por parte del Gobierno. Varias horas después, el Palacio San Martín emitió un comunicado donde no se hizo mención alguna al FMI ni, naturalmente, a los roces. Desde el punto de vista político, en el Gobierno se limitaron a calificar como “buena” la reunión, pero había cautela a la hora de opinar.
Sí informaron que Cafiero y Stanley “repasaron el trabajo de la presidencia argentina en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, donde Estados Unidos vuelve a formar parte, en virtud de la amplia agenda en la materia para coordinar en el espacio multilateral”. Y resaltaron que el Canciller propuso impulsar una agenda específica para la llegada de nuevas inversiones de capitales americanos, “para incrementar la oferta exportable de los productos argentinos y reducir el déficit comercial que nuestro país tiene con Estados Unidos”. También analizaron el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), las acciones para mitigar el cambio climático, en particular hacia la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.
La Embajada, en cambio, brindó declaraciones diplomáticas más claras. Además de resaltar que la conversaron sobre la “prosperidad económica mutua, democracia, derechos humanos, cooperación nuclear civil, sustracción internacional de menores y otros temas bilaterales”, destacó también que luego de la reunión, el embajador Stanley dijo: “Argentina y Estados Unidos son buenos amigos, y los buenos amigos tienen conversaciones frecuentes y directas como la que tuvimos hoy con el Canciller Cafiero. Espero continuar trabajando juntos en nuestra agenda compartida”.
E informó que el embajador “ratificó el compromiso de Estados Unidos para continuar fortaleciendo la relación entre ambos países construyendo sobre los valores compartidos y el compromiso con la democracia”. Sin embargo, Stanley reiteró la preocupación de Estados Unidos por la agresión rusa hacia Ucrania y la necesidad de una solución diplomática, un tema que no fue abordado por el comunicado del Gobierno -aunque sí fue abordado por Alberto Fernández el fin de semana-.
En tanto, la Embajada también se refirió a los preparativos para la Cumbre de las Américas en Los Ángeles el próximo mes de junio, a la cual planea asistir Alberto Fernández y donde espera poder concretar una ansiada reunión bilateral con Biden.
En la Casa Rosada calificaban de manera positiva el encuentro, que sigue a otros acercamientos, en privado y en público, con gobierno de Joseph Biden en el marco de las negociaciones con el FMI, donde Estados Unidos es el principal accionista y del cual el país necesita apoyo para que tenga el visto bueno final a tiempo. Es decir, antes del vencimiento de 2800 millones de dólares, el 22 de marzo.
El de esta tarde fue la segunda reunión de la semana entre altos representantes de ambas Naciones, después de la reunión de anteayer entre el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello, y el asesor de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, quienes buscaron iniciar el camino de cierre del incidente diplomático provocado por Alberto Fernández cuando desestimó la influencia de la administración demócrata a favor de la Argentina en la negociación con el FMI. En la Casa Blanca, el asesor y mano derecha de Biden anticipó que apoyarán una salida política a la crisis de la deuda externa.
Las conversaciones presenciales se producen luego de un fin de semana de contactos frenéticos entre funcionarios argentinos y estadounidenses, gestados e impulsados por el albertismo para bajar el tono al malestar de la administración de Joseph Biden, generado también por el posicionamiento de la Argentina frente a Vladimir Putin y a Xi Jinping.
El primer paso en público lo dio Alberto Fernández el sábado. Después de desestimar los trascendidos sobre la preocupación de la Casa Blanca, avanzó con el intento de sanar las heridas, al enviar un mensaje de reconocimiento a Estados Unidos. “Así como Trump en su momento trabajó para favorecer al gobierno de Macri poniendo en riesgo el futuro de Argentina, hoy digo que el actual gobierno norteamericano, a la hora de de darle un comienzo de solución al problema, acompañó con su voto a Argentina, y eso lo valoro”, sostuvo.
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