El Gobierno se prepara para firmar lo más pronto posible el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. La idea principal es hacerlo antes del 22 de marzo, fecha en la que tiene que afrontar un vencimiento de 3.200 millones de dólares.
En ese contexto, los tiempos de discusión del Parlamento se vuelven de vital importancia, por lo que el objetivo de la Casa Rosada era que el pedido de endeudamiento para poder saldar el acuerdo anterior “fluya” en la Cámara de Diputados y Senadores.
Sin embargo, la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque del Frente de Todos en la Cámara baja por estar disconforme con el entendimiento cambió el escenario y ahora Alberto Fernández está más preocupado en convencer a los propios que a los ajenos. En especial en el Senado.
El bloque de Juntos por el Cambio, conformado por 33 senadores, ya adelantó que la decisión es prestar el quórum y que luego discutirá la estrategia parlamentaria. “Sin los detalles del acuerdo es muy difícil adelantar una posición, pero vamos a bajar al recinto y después analizaremos qué hacer”, explicó una alta fuente del interbloque.
Pero en el Frente de Todos la situación no parece tan simple. El presidente del bloque, José Mayans, señaló que “no va a votar a libro cerrado” el acuerdo con el FMI y que varios legisladores del oficialismo “necesitan conocer los detalles para saber qué es lo que va a tener que pagar el pueblo argentino”.
Las definiciones de Mayans se conocen luego de que tuviera una larga reunión con Cristina Kirchner y, además, tras un encuentro con el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, quien le brindó algunos detalles del entendimiento.
Esos dichos de Mayans marcan una división dentro del bloque oficialista entre los que apoyarán el acuerdo y los que aún tienen reparos esgrimiendo el argumento de que su aprobación significa “legitimar la deuda que tomó Mauricio Macri”. Según explicó una fuente de este sector, “hay muchos senadores que piensan como Máximo, que el acuerdo no es bueno, que esconde un ajuste y que el plazo no es el adecuado”.
Dicho en otros términos, hoy el bloque del Frente de Todos se debate entre apoyar o no el acuerdo y esa división se puede graficar entre “albertistas” y “cristinistas” por las cercanía a cada uno de los referentes de la coalición de gobierno.
En el grupo más afín a lo que propone Fernández y el ministro Martín Guzmán se encuentran Maurice Closs (Misiones); Edgardo Kueider (Entre Ríos); Sergio Leavy y Nora del Valle Giménez (Salta); Lucía Corpacci y guillermo andrada (Catamarca); Gerardo Montenegro, José Neder y Claudia Ledesma Abdala de Zamora (Santiago del Estero); Guillermo Snopek (Jujuy); José Uñac y Cristina López Valverde (San Juan); Daniel Bensusán (La Pampa); Ricardo Guerra (La Rioja); Antonio Rodas (Chaco); Adolfo Rodríguez Saá (San Luis), Pablo Yedlin y Sandra Mendoza (Tucumán), Marcelo Lewandowski (Santa Fe).
Por el cristinismo serían Juliana Di Tullio (Buenos Aires); Anabel Fernández Sagasti (Mendoza); Oscar Parrilli y Silvia Sapag (Neuquén); María Inés Pilatti Vergara (Chaco); Mariano Recalde (CABA); María Eugenia Catalfamo (San Luis); María Eugenia Duré y Matías Rodríguez (Tierra del Fuego); Ana María Ianni (Santa Cruz); Nancy González y Carlos Linares (Chubut); Silvina García Larraburu y Martín Doñate (Río Negro), José Mayans y Teresa González (Formosa).
En este escenario, de los 35 senadores del Frente de Todos, el Ejecutivo ya cuenta con el apoyo de 19 y aún le resta saber qué posición tomarán los 16 restantes.
“Tenemos que tener una reunión del bloque para saber si las posturas son irreconciliables, si hay una bajada de línea o habrá libertad de acción”, explicó un senador ligado al sector del albertismo. “Si la discusión es que esto significa blanquear el acuerdo de Macri, primero hay que entender que hay una denuncia penal que sigue su curso y, segundo, que hasta ahora venimos pagándole al Fondo por lo que el Estado reconoce la deuda”, agregó.
El “poroteo” seguirá hasta último momento. Y el dilema estará si las posiciones tiene un punto de encuentro o no. Eso también definirá por donde entra al Congreso el proyecto de ley. Por las dudas, el senador Mayans aconseja que el pedido de endeudamiento entre primero por la Cámara de Diputados.
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