La Casa Rosada quedó envuelta en un enfrentamiento político por la designación de cargos en base a la paridad de género

En el final de la última semana Alberto Fernández firmó una instrucción presidencial en la que le pidió a sus ministros que cuando pidan designaciones de autoridades superiores, informen cuál es la situación de participación de géneros en el ministerio que tienen a cargo.

Además, les solicitó que partir de la entrada en vigencia de la recomendación, adopten, como criterio rector, que la designación de los cargos cumpla con la equidad de géneros. Es decir, que haya la misma cantidad de mujeres y de hombres en los puestos jerárquicos de los ministerios.

Ese pedido no significa que los ministros deban echar a funcionarios hombres para tratar de equilibrar la balanza, sino que, de ahora en adelante, consideren sumar mujeres a los cargos que se abran o en los que se necesiten reemplazo. Igualdad en la estructura de poder. De eso se trata.

La decisión presidencial generó ruido en los pasillos del Gobierno durante el último fin de semana, donde el titular de la Secretaria General de la Presidencia, Julio Vitobello, fue apuntado como uno de los sectores donde la presencia de hombres en cargos claves es mayoritaria.

En el primer piso de la Casa Rosada, donde Vitobello pasa largas horas todos los días, señalan que esa mirada es arbitraria y que en la estructura de los cinco cargos jerárquicos más importantes - secretario, subsecretario, director general, director simple y coordinador - el 61% son hombres y el 39% son ocupados por mujeres. Es decir, hay diferencia pero no extrema.

La cuenta cambia si se pone en foco los titulares de las cuatro subsecretarias - Coordinación, Asuntos Políticos, Coordinación y Servicios, y Gestión Institucional- que dependen de la Secretaría General. Allí tres son conducidas por hombres y una por una mujer. Los trascendidos no cayeron bien en el primer piso de Casa Rosada donde asumen que puede haber existido una utilización política del tema.

Además, destacan que bajo su conducción hubo medidas vinculadas a la agenda de género que generaron cambios en el día a día de Balcarce 50. ¿Cuáles? El cambio de nombre del Salón de los Científicos a Salón de la Ciencia y la inclusión de científicas mujeres en la sala; la construcción de un baño sin distinción de género en la Casa de Gobierno, el cambio de uniformes de las granaderas mujeres y el protocolo de audiencia con el Presidente que pasó a tener una perspectiva de género.

Otra de los sectores apuntados es la Secretaria de Asuntos Estratégicos de la Presidencia que conduce Gustavo Beliz que, al igual que Vitobello, es funcionario de extrema confianza del Jefe de Estado. Allí el nombramiento de un director nacional se destrabó cuando se nombraron dos mujeres en otros dos cargos de la secretaria. Casualidad o no.

Agustín Rosales fue nombrado como director nacional de Financiamiento con Organismos Internacionales de Crédito el mismo día que María Cristina Tchintian empezó a ocupar el cargo de Directora Nacional de Asuntos Políticos Globales y Martha Beatriz Amato de Coordinadora de Administración Financiera de Proyectos.

Los tres nombramientos salieron el mismo día. La diferencia es que el de Rosales se concretó en enero de este año, pero con retroactividad a septiembre. Así figura en el Boletín Oficial. ¿Qué pasó en ese tiempo? ¿Por qué salió su nombramiento en el mismo tiempo que se nombraron a dos mujeres en otros cargos importantes? ¿Estuvieron bloqueadas las designaciones?

Las suspicacias se multiplicaron en la Casa Rosada durante los últimos días. Sobre todo porque empezaron a correr versiones sobre designaciones de hombres frenadas. Allí la apuntada pasó a ser la Secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, a quien dentro del Gobierno le atribuyen un gran poder de influencia sobre las decisiones de Alberto Fernández.

Ibarra es una funcionaria de extrema confianza de Fernández. Está en su mesa chica de colaboradores y es muy escuchada por el Presidente. Desde su entorno desmienten que pueda tener algún tipo de influencia semejante como para condicionar la decisión presidencial de aceptar o rechazar un pedido de designación.

La Secretaria Legal y Técnica quedó envuelta en un cruce de versiones debido a su conocida militancia por los derechos de la mujer y la paridad de género. Es la voz más fuerte del Gobierno en lo que respecta a esa temática. Hay quienes creen que entre su perseverancia con el tema y su vínculo con Fernández, terminó empujándolo a sacar la instrucción. Un pedido explícito a los ministros para que sumen mujeres.

Cerca del Presidente reconocen que Fernández tiene una mirada de género desde antes de comenzar su gestión y que, en definitiva, lo que hizo fue materializar en la instrucción la idea que tiene, desde hace tiempo, sobre la igualdad de género en la estructura del Estado.

“Tenemos la negociación con el FMI, los problemas de la economía y una coalición dividida. Pero el tándem está más enfocado en que entren más mujeres al Gobierno”, sostuvo un funcionario del gobierno nacional en las últimas horas. Fue en tono de queja y con un dejo de ironía.

¿El tándem? Así empezaron a referirse en los pasillos de la Casa Rosada a Vilma Ibarra y a la Portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti. Ambas están apegadas a la denomina “agenda verde” que busca pelear porque más mujeres ocupen lugares importantes en el Estado y que las estructuras ministeriales tengan porcentajes equitativos de hombres y mujeres.

Ibarra siempre ha sido una funcionaria con peso específico dentro del Gobierno. Esa importancia tomó mayor relevancia durante el tiempo de la pandemia, donde estuvo encima de los decretos firmados por el Presidente para regular las restricciones sanitarias. Su trato con el mandatario es cara a cara y no cómo parte de una mesa ampliada.

Cerruti ingresó hace poco tiempo al Gobierno y ha ido ganando poder con el respaldo de Fernández. La última demostración fue el desplazamiento de Marcelo Martín de la Subsecretaria de Comunicación y Prensa de la Nación. Aumentó su influencia en la política de comunicación oficial.

Al mismo tiempo que ha sumado poder, también ha empezado a acumular detractores internos. Por lo bajo, es cuestionada por varios ministros a los que no les gustan sus modos y su forma de accionar en el rol que le toca ocupar. Un mínimo detalle. Un ministro muy importante del Gobierno se fue del grupo de Whatsapp que comparte el Gabinete el mismo día que ella ingresó.

Existe una coincidencia entre Beliz, Vitobello, Ibarra y Cerruti. Todos, en mayor o menor medida, son parte del círculo más chico del Presidente. Ese espacio mínimo es también una foto acotada de la coalición. Ibarra tiene un vínculo frío y distante con Beliz y Vitobello. Se hablan lo mínimo y necesario. Al igual que en la superestructura del Frente de Todos, en el entorno presidencial también hay divisiones. Y se notan cada vez más.

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