La reunión era una más entre funcionarios del gobierno nacional y gobernadores del denominado Norte Grande para hablar sobre energía, tarifas, subsidios y otros temas de la política argentina. Pero más allá de lo protocolar y lo formal, hubo un encuentro que salió del molde. Se conoció un video cuyos protagonistas fueron el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, y el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, donde ambos conversan y se ríen sobre sus problemas para comunicarse. “Wado” sufre desde su infancia de disfluencia (tartamudez) y el mandatario provincial de inconvenientes de sordera que lo obligaron a colocarse un implante coclear para recuperar su audición.
El video con la charla entre ambos fue subido a Twitter por “La remisería de la Rosada”, la cuenta en esa red social que cuenta los movimientos del ministro casi siempre con una cuota de humor. Allí puede verse, con el imponente marco de las Cataratas del Iguazú como paisaje, el siguiente diálogo.
-Y una vez me dice, ‘las reuniones con vos me sirven, las reuniones con vos me sirven más, porque yo escucho poco y vos repetís mucho’, cuenta el ministro.
-Así es, así es -responde el gobernador del Frente por la Concordia entre risas. La verdad, que sí, te lo dije -agrega- porque claro tengo que estar muy atento. Ahora que tengo el dispositivo todos me preguntan, pero antes que no tenía el dispositivo, estaba con un audífono y escuchaba prácticamente nada. Cuando estaba con vos sabía que venía la segunda parte. ¡Y es cierto, sabía que venía la segunda parte!
De Pedro arrastra dificultades en el habla desde que era un niño y decidió contar su historia en la sección “Minorías” del noticiero del canal de televisión Telefe en julio de 2021. El día de esa grabación se emocionó con el relato de las personas que estaban con su mismo padecimiento. Fue tal la repercusión que obtuvo al exponer su caso que decidió empezar a hablar públicamente mucho más del tema e incluso impulsar su tratamiento en escuelas u otros ámbitos.
En el caso de Herrera Ahuad, la sordera se le intensificó después de la campaña política que lo llevó a la gobernación misionera en 2019. Y hace un par de meses perdió la poca audición que tenía en su oído izquierdo. Decidió colocarse un implante coclear, un aparato que lo ayuda a escuchar. Se coloca en el cráneo fijado a un hueso por debajo de la piel y luego se conecta al oído medio mediante “unos dispositivos que son donde están los traductores que se enrollan en el caracol”, según explicó el mandatario provincial en declaraciones recientes a radio Mitre.
Ahora el ministro quiere que el gobernador se sume a su iniciativa para hacer más visibles estos problemas.
De Pedro, el 15 de diciembre pasado, participó de una charla con más de 100 chicos salteños que tienen disfluencia en el habla. El funcionario señaló que es fundamental “aceptarnos como somos para lograr una sociedad mejor y más inclusiva”, en el marco de un Congreso de Tartamudez en Salta. Y se puso a disposición “para visibilizar las injusticias, para visibilizar la necesidad de tener empatía, la necesidad de construir una sociedad más amplia, más inclusiva, más justa”, como así también “para ayudar a cada una de esas niñas y niños”.
En ese encuentro se buscó concientizar y sensibilizar a la sociedad sobre esta condición en el habla que posee el 1% de la población mundial. También estuvieron el ministro de Salud de Salta y los diputados nacionales Esteban Amat Lacroix y Rossana Helena Chahla. Se analizó la puesta en marcha del primer Consultorio Público para chicos con tartamudez, y allí el titular de Interior rememoró su experiencia personal con la disfluencia.
“Cuando me vine a Buenos Aires lo primero que hice fue participar de la Asociación Argentina de Tartamudez, un grupo de autoayuda, y la verdad que todos compartimos las mismas vivencias y eso nos ayudó mucho. Durante un año viví en un departamento y la parada del colectivo era en una calle que para mí era imposible decírsela al colectivero y me bajaba antes. Son las cosas que pasan, no pedir la comida cuando te invitaban a cenar, morirte de ganas por comer algo y pedir lo que te salía, o quedarte con las ganas de comer, quedarte con las ganas de ir a algún lado. Esas cosas marcan, van generando limites, entonces lo que yo quiero trasmitirles a los chicos es, primero, la aceptación, somos como somos. Yo tartamudeo, me trabo en la primera silaba, en la segunda, pero voy a comer el gusto que quiero. Voy a comer lo que quiero. Y el mozo tiene que esperar, el heladero tiene que esperar”, relató.
Unos días después, el 29 de diciembre, De Pedro recibió en su despacho de la Casa Rosada a un chico de 10 años, Constantino Carulias, que en la escuela a la que concurre, el Instituto Schiller, había expuesto ante sus compañeros de cuarto grado acerca de la tartamudez. La historia del pequeño llegó al ministro a través de la Asociación Argentina de Tartamudez.
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