En la Argentina el narcotráfico no dejó de crecer desde los años 90 a la actualidad. Los 24 muertos y 80 consumidores intoxicados por haber comprado cocaína adulterada con una sustancia que en veterinaria se utiliza para dormir a elefantes y rinocerontes volvieron a encender las alarmas. Un grupo de fiscales federales ya había denunciado la proliferación de estas mafias y los puntos más calientes del país de ingreso de cocaína, marihuana, drogas sintéticas y precursores químicos para su fabricación.
El trabajo de la justicia, volcado en 104 páginas, repletas de información, números, y mapas -ver infografías- está basado en los expedientes en los que participa de manera activa la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR).
Datos sobre la mesa
Ese detallado relevamiento determinó los tres focos más calientes relacionados con el tráfico, acopio, distribución y venta de drogas ilegales, sobre todo marihuana, cocaína y sintéticas. También alertaron sobre el aumento de la comercialización de precursores químicos. Una variable que demuestra que la Argentina ya dejó de ser un país de tráfico y consumo y pasó a ser fabricante de estupefacientes.
La foto tomada por los fiscales marca tres zonas rojas la ciudad santafecina de Rosario, el conurbano bonaerense y Misiones, por la frontera con Paraguay y Brasil.
El mapa del narcotráfico en Argentina incluye, como mínimo, a unos 20 líderes narco que seguían operado sus clanes familiares desde las cárceles. Una situación que solo puede ocurrir con la complicidad de las autoridades de distintos niveles, fuera y dentro de las cárceles.
En el documento, los fiscales denunciaron maniobras “concretas de tráfico, transporte y comercialización de estupefacientes y de otros graves delitos vinculados (como el lavado de activos, homicidios, secuestros extorsivos, amenazas, amenazas coactivas o tenencia y tráfico de armas de guerra), que fueron planificadas o llevadas a cabo desde el interior de los establecimientos penitenciarios”.
En estos tres círculos del mapa el narcotráfico “no sólo tiene presencia local, sino que las provincias son parte de las rutas del tráfico de cocaína y marihuana, las principales drogas que se comercializan en el país”, aseguran los fiscales federales.
Según el último trabajo de la PROCUNAR, fechado en marzo de 2021, la provincia de Formosa se sumó a la red de rutas, junto a Salta y Jujuy, entre otras jurisdicciones. Los caminos de la droga marcan también un destino que desde hace más de una década se trasformó en inevitable: la que llevan a los puertos. Desde allí la cocaína viaja a Europa. El análisis de la PROCUNAR se basa en 312 investigaciones en las que la intervino en 2020.
El partido de San Martín, en el norte del Gran Buenos Aires, tiene su propio esquema narco: bandas asentadas allí que por dos o tres generación operando en la zona y luchando por la disputa del territorio.
Ese distrito, junto a Tres de Febrero, La Matanza, José C. Paz, General Rodríguez, Merlo, Moreno, Quilmes, son el núcleo, el nudo, el corazón del narcotráfico del conurbano bonaerense que se extiende a la ciudad de Buenos Aires y Rosario.
El narco en esta última ciudad adquirió magnitud hace más de una década, pero comenzó a gestarse a finales de los años 90. Fue cuando la comunidad internacional estableció restricciones en la importación y comercialización de los precursores químicos en países productores de hoja de coca, como Colombia, Perú y sobre todo Bolivia. Los líderes narcos buscaron la mayor laxitud que existía en las leyes argentinas para conseguir estas sustancias clave en la elaboración de la cocaína.
Algunos precursores se utilizaban, por ejemplo, para la industria frigorífica y en nuestro país se importaban y comercializaban sin control, algo que sí sucede desde hace varios años.
Fue por ese motivo que comenzaron a proliferar las “cocinas” de drogas en precarias construcciones de villas, asentamientos, pero también en modestos hoteles de barrios porteños como Balvanera, Once, Flores y Floresta.
Rosario, como La Plata y Buenos Aires, ofreció un segundo punto de interés: el puerto. La hidrovía se sumó a los vuelos de los aviones narcos y al trasporte terrestre a través de la frontera con Bolivia, Paraguay y Brasil.
Este combo vino acompañado, según el análisis de las causas judiciales realizadas por la PROCUNAR, de otros delitos como el lavado de dinero dentro del sistema financiero y económico local, es decir, comenzó a haber más dinero en circulación, la proliferación de prestamistas, el jurgo clandestino, el blanqueo de capitales a través de la compra de lujosas mansiones, estancias y construcción de torres y barrios cerrados. También el soborno a autoridades políticas, judiciales y de fuerzas de seguridad.
La violencia extrema por la puja territorial comenzó a tener un grado de similitud con lo padecido en localidades mexicanas o colombianas, aunque aún no con la ferocidad empleada por los grandes cárteles de la droga.
En la Argentina, más que cárteles, proliferan clanes o familias narco que, al menos por ahora, fueron remisas a asociarse con las grandes bandas internacionales.
Algunas de estas organizaciones ya han operado en el país. Un ejemplo de ello es el Primer Comenda de Frontera (PCC). La feroz banda narco criminal fue investigada en Misiones.
El informe de la PROCUNAR afirma que al menos entre “los meses de septiembre y diciembre de 2020″ y con la intervención del fiscal federal de Posadas Diego Stehr, “esta Procuraduría llevó adelante una investigación sobre una organización narcocriminal de alcance transnacional denominada Primer Comando de Frontera la cual mantenía vínculos con las facciones de crimen organizado brasileras conocidas como Primer Comando da Capital (PCC), Comando Vermelho y Bala Na Cara”.
La investigación estableció -sostienen los fiscales- “que esta estructura ilícita era comandada por una persona desde el interior del Complejo Penitenciario Número 1 de Ezeiza, donde se encontraba detenido por tres casos de homicidio, con maniobras de narcotráfico y planes para atentar contra la vida de un juez de instrucción de Posadas, provincia de Misiones, que lo investiga por uno de esos hechos”.
Después de dos meses de intervenciones telefónicas, se logró incautar un total aproximado de 11.204 kilogramos de marihuana y 32 kilogramos de cocaína relacionados con la actividad de esta banda criminal.
“La organización tenía su centro de operación en Misiones, montó una estructura en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires y contaba con operadores en la República del Paraguay y el Estado Federativo de Brasil”, se describe en el informe. Después de varios allanamientos, fueron detenidas siete personas, entre ellas, “el líder y financista de esa empresa criminal”.
El Dorado
Otro de los puntos salientes de las investigaciones de la PROCUNAR fue dejar en evidencia el trasporte de drogas prohibidas dentro del triángulo formado por Paraguay y las provincias argentinas de Formosa y Santa Fe.
La causa se inició por el relato de un arrepentido que denunció “la existencia de una organización dedicada al tráfico de estupefacientes, que operaba movilizando grandes caudales de narcóticos desde las provincias argentinas de Formosa y Misiones y la República del Paraguay”.
La investigación fue realizada por el fiscal federal Sergio Mola. A partir de ese momento, se logró identificar “el modus operandi que caracterizaba el accionar de la estructura local encabezada por una persona dedicada no sólo al tráfico de drogas, sino también al armado de procedimientos policiales ficticios”.
La pesquisa permitió vincular a este grupo con distintos secuestros de sustancias estupefacientes detectados en causas que tramitaban en la Justicia Federal de Campana y Formosa, y con ramificaciones en San Luis, Buenos Aires, Misiones y Neuquén.
A través de la coordinación dentro de la Red Iberoamericana de Fiscales Antidrogas (RFAI), el Ministerio Público de Paraguay dispuso la intervención telefónica de los abonados y aportó información que permitió conocer una nueva ruta de transporte de la droga, que iba desde la provincia de Formosa hasta Santa Fe, utilizada por la misma organización. Uno de los integrantes de la estructura delictiva era agente de policía de Santa Fe.
“La reina Tití”
Los mayores decomisos de drogas que se realizan en la Argentina provienen ingresan desde el Norte. A ese trazado se lo conoce como la “ruta paraguaya de la cocaína”, son organizaciones narcocriminales de Bolivia que transportan el estupefaciente hacia Paraguay y desde allí la ingresan hacia nuestro país en vuelos clandestinos, bombardeando la sustancia en campos de la provincia de Santa Fe u otras provincias del NEA.
Desde allí, el clorhidrato de cocaína es transportado vía terrestre hacia la ciudad de Buenos Aires, donde es distribuida al menudeo, si la droga no es de calidad, o bien hacia Europa en el caso de que la pureza de la cocaína resulte de calidad superior.
Narco policías
La participación de integrantes de fuerzas de seguridad en bandas narcos no es nuevo y al parecer las autoridades no logran evitarlo. Una investigación llevada adelante por los fiscales federales María Cristina Beute y Miguel Palazzani desarticuló otra organización dedicada a la comercialización de clorhidrato de cocaína en cinco bocas de expendio instaladas en la zona sur de la ciudad de Neuquén. Estaba integrada por diez delincuentes: cuatro de ellos eran funcionarios de la Policía de la provincia del Neuquén y otro un comisario. Durante la pesquisa se determinó “que cobraban un salario semanal a cambio de brindar protección a la estructura narcocriminal, proveerla de armas y estupefacientes e incluso impulsar el allanamiento de otros ‘bunkers’ para perjudicar a organizaciones competidoras”. Una maniobra que se repite en otras provincias y demuestra, una vez más, el grado de penetración del narco en las estructuras del Estado.
Otro resonante caso fue el del narco comisario santafecino Alejandro Druetta por entonces jefe de Inteligencia de la ex Dirección de Drogas Peligrosas de la Policía de Santa Fe, que junto con otro policía provincial participaban del comercio ilegal de drogas en esa provincia y con derivaciones en el conurbano bonaerense y en barrios de CABA como la Villa 31 y la 1-11-14.
Este escenario en el que se movía Druetta tenía como epicentro la ciudad de Rosario. El ex jefe policial fue condenado por el Tribunal Oral Federal N.º 3 de Rosario a 10 años de prisión como “partícipe necesario” en el delito de tráfico de estupefacientes.
Carniceros paraguayos
Chile también forma parte de las narco rutas detectadas por los fiscales de la PROCUNAR. En una de sus investigaciones se procesó, por ejemplo, a tres presuntos empresarios paraguayos dueños, al menos en los papeles, de una empresa productora de carnes de exportación y dos ligadas al transporte internacional de mercaderías.
Habían contrabandeado 539 kilos de marihuana que intentaron ser ingresados al territorio argentino a través de la Aduana de Clorinda, en la provincia de Formosa, ocultos en una carga de cortes vacunos que tenían como destino la República de Chile.
Precursores Químicos
Las investigaciones de la justicia federal por el tráfico ilegal de precursores químicos, necesarios para la fabricación de cocaína, pero sobre todo de drogas sintéticas, aumentó más de un 500% en los últimos cinco años en el país.
Las tareas de inteligencia sobre estas bandas permitieron realizar la “trazabilidad de los precursores químicos y las nuevas sustancias psicoactivas”, a través de las drogas secuestrados en distintas causas.
“Las investigaciones criminales en materia de tráfico ilícito de precursores químicos se han multiplicado exponencialmente en los últimos años y por este motivo la capacitación a operadores judiciales ha contribuido notoriamente a visibilizar la importancia de estas sustancias en parte de las fases de la elaboración y fabricación de sustancias estupefacientes, así como de las investigaciones que se inicien para determinar aquellas empresas que se encargan de desviarlos hacia mercados ilícitos”, escribieron los fiscales en el informe de la PROCUNAR.
Allí destacan que “las drogas sintéticas en general y las nuevas sustancias psicoactivas (NSP), en particular constituyen un problema creciente a nivel global y se advierten cada vez más casos, especialmente en lo relacionado al contrabando de importación de estas sustancias”.
Clan Barakat Barakat
Después de una larga pesquisa, llevada adelante por la PROCUNAR y el fiscal federal Ricardo Toranzos, el juez federal de Salta, Julio Leonardo Bavio, desbarató una organización narcocriminal dedicada al tráfico de droga, materias primas y sustancias de corte para la fabricación de estupefacientes.
La investigación determinó: “Por un lado, funcionaba la ‘gerencia de estupefacientes’ liderada por uno de los organizadores y que se dedicaba a concretar las maniobras de tráfico de sustancias estupefacientes y contaba con 7 empleados”.
Por otro lado, operaba la “gerencia de sustancias químicas” liderada y financiada por uno de los líderes del grupo, quien se dedicaba a traficar ilícitamente materias primas para la fabricación de estupefacientes y sustancias para su adulteración. En este caso contaba con 3 empleados.
Estas causas no hacen más que demostrar lo que durante años se quiso ocultar. Que la Argentina ya no es solo un país de tráfico y consumo de drogas prohibidas, lo es también de fabricación.
Lavandería internacional
Como consecuencia de una compleja investigación desarrollada durante dos años, se logró desarticular volvió a quedar expuesto que, en nuestro país, el lavado de activos de banda trasnacionales es moneda corriente.
Una de ellas es la que lideraba Carlos Sein Atachahua Espinoza. Para la pesquisa se formó un equipo de trabajo, en el cual intervino el Escuadrón Operaciones Antidrogas de Gendarmería Nacional, la Unidad de Información Financiera, la Dirección de Planificación y Control Judicial de la AFIP y la PROCELAC.
La organización de Espinoza estaba relacionada con actividades de tráfico ilícito de drogas que no solo operaba en la Argentina; también lo hacía en Perú y Uruguay.
La pesquisa permitió acreditar que la organización ingresaba al sistema financiero en Argentina y administraba una gran cantidad de bienes producto de aquella actividad disimulando su verdadero origen a través de distintas empresas dedicadas a negocios inmobiliarios y playas de estacionamientos. También lo hacía a través de la adquisición de los paquetes accionarios de firmas comerciales legales que esta estructura criminal logró convertir aproximadamente USD 7.250.000 en efectivo de origen ilícito que tenían dentro del territorio argentino.
Ausencia del Estado
Si bien el informe de la PROCELAC fue presentado en marzo de 2021, toma más vigencia que nunca. La muerte de 24 personas y la intoxicación de otras 80 por la ingesta de cocaína “cortada” con un potente anestésico de utilización en veterinaria llamado carfentanilo, una droga sintética derivado del fentanilo, utilizado para sedar a elefantes y rinocerontes, puso en el tapete la pandemia del tráfico de drogas y, sobre todo, el fracaso de las autoridades nacionales y locales -sin importar el color político- para atacar a fondo un problema mundial, que se agudiza en el país año tras año.
También quedó patentizado la desprotección que existe sobre los consumidores, enfermos, y la explotación, por parte de las bandas narcos, de los “soldaditos” de los “pajaritos” de la droga, jóvenes, la mayoría menores de edad que viven en la marginalidad librados a la buena de Dios. A la ausencia del Estado.
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