El presidente Alberto Fernández expresó su preocupación por una posible invasión de Rusia a Ucrania, en el marco de la escalada de la tensión entre ambos países y abogó por encontrar una salida pacífica al conflicto: “No hay espacio para guerras ni violencia”, dijo.
Consultado sobre las posibilidades futuras para la Argentina en lo que falta de su mandato, respondió: “La expectativa es seguir creciendo, en un mundo muy conmovido, muy convulsionado”. Y especificó: “A nadie le pasa por alto lo que está pasando en Ucrania y la preocupación que para todos eso significa”.
En este sentido, y en previsión de una posible invasión de Rusia a Ucrania, dijo: “Obviamente para nosotros no hay espacio para guerras ni para violencia, lo que necesitamos es el diálogo y encontrar soluciones razonadas, y nosotros trabajamos por eso”.
El Presidente hizo estas declaraciones a Radio 10 en un día cargado de expectativas y tensión, marcado por dos largas conversaciones telefónicas de Emmanuel Macron y Joe Biden con Vladimir Putin. El presidente de los Estados Unidos le advirtió a su homólogo ruso que Washington respondería “con decisión” e impondría “costos rápidos y severos a Rusia” en caso de que ésta invada Ucrania.
Rusia ya ha concentrado más de 100.000 soldados cerca de la frontera con Ucrania y ha enviado tropas a realizar ejercicios en la vecina Bielorrusia. Según funcionarios estadounidenses, la acumulación de poder de fuego ruso en las cercanías del país vecino ha llegado al punto en que podría invadir de un momento al otro.
Fuentes de Inteligencia de los Estados Unidos estiman incluso que el Kremlin estaría considerando el miércoles como posible fecha del desencadenamiento de una agresión contra Ucrania.
La escalada prebélica ha desatado todas las alarmas en Europa y Estados Unidos y en el mundo en general: además de las más de 100.000 tropas terrestres que ha reunido a lo largo de las fronteras este y sur de Ucrania, Rusia también ha desplegado fuerzas de misiles, aéreas, navales y de operaciones especiales, así como suministros para sostener una guerra. Esta semana, Moscú desplazó seis barcos de asalto anfibios al Mar Negro, aumentando su capacidad para desembarcar infantes de marina en la costa.
Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Joe Biden, dijo que la acción militar rusa podría comenzar con ataques aéreos y con misiles, y ser seguidos por una ofensiva terrestre. “Rusia tiene todas las fuerzas que necesita para llevar a cabo una gran acción militar”, advirtió, y agregó que Moscú “podría optar, en muy poco tiempo, por comenzar una gran acción militar contra Ucrania”. La escala de tal invasión podría variar desde una incursión limitada hasta un ataque en Kiev, la capital ucraniana, explicó el funcionario.
Rusia exige que Occidente mantenga a los antiguos países soviéticos fuera de la OTAN. Y también quiere que la OTAN se abstenga de desplegar armas cerca de su frontera y haga retroceder a las fuerzas de la alianza de Europa del Este; demandas que Occidente rechaza rotundamente.
Entre tanto, la Unión Europea y los Estados Unidos coordinan un paquete de sanciones “sólido y completo”, que se aplicaría de inmediato en caso de una agresión militar por parte de Rusia. Esto fue comunicado el sábado por la Comisión Europea luego de la conversación telefónica entre Biden y Putin.
El jefe de gabinete de la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Bjoern Seibert, y la vicesecretaria de Estado de EEUU, Wendy Sherman, fueron los encargados de analizar la situación en Ucrania y la presencia militar rusa. Seibert y Sherman “reafirmaron la importancia de la soberanía territorial, la preservación de las fronteras existentes y la independencia política de Ucrania”. Y discutieron en particular “los pasos tomados por la UE y EEUU para alentar a Rusia a priorizar la desescalada, elegir el camino de la diplomacia y abstenerse de todas las hostilidades”.
“Cualquier nueva agresión rusa contra Ucrania tendría consecuencias masivas y duros costos” para Rusia, advirtieron.
Una invasión a Ucrania tendría gravísimas consecuencias para la región y para el mundo entero. Ningún país quedaría al margen de los efectos de una confrontación bélica en esa región del mundo y con una potencia nuclear como Rusia involucrada.
En el caso de la Argentina, impactaría la probable salida de capitales de mercados emergentes hacia posiciones más seguras, como los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, Por otra parte, el aumento del precio del gas y el petróleo afectaría también negativamente a nuestro país, que es un importador neto, en especial de gas natural licuado.
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