“Todavía no hay poroteo”, juran tanto en la Casa Rosada como en el bloque de Diputados del Frente de Todos. Si bien el flamante jefe de la bancada, Germán Martínez, ya se entrevistó con la mayoría de sus compañeros, todavía no les preguntó formalmente cómo votarán cuando el acuerdo con el FMI llegue al Congreso.
Mientras el equipo técnico del Ministerio de Economía termina de definir los detalles del memorando de entendimiento con el staff del organismo, las espadas legislativas del oficialismo pidieron evitar el adelantamiento público de posiciones para que no se reduzcan los márgenes de maniobra. Los dichos de Itai Hagman, quien aseguró que habrá 30 abstenciones, generaron algunas rispideces. Pero aún quedan 15 días para evacuar dudas y acercar posiciones.
En las conversaciones dentro de los despachos oficialistas se repiten las mismas dudas. Entre los más escépticos, algunos recuerdan la historia del FMI en la Argentina y las veces que ofició como gendarme de políticas de ajuste. Otros creen que una vez firmado el acuerdo, el organismo podría “correr el arco” y exigir cosas que no planteó al principio. Finalmente, están los que dudan de que las metas fiscales sean alcanzables sin realizar un fuerte ajuste económico que afecte a los sectores más vulnerables y, a la vez, complique las posibilidades electorales del oficialismo en 2023.
Los cálculos extraoficiales señalan que podrían abstenerse entre 25 y 30 diputados oficialistas: los 18 que responden políticamente a La Cámpora, los tres de Patria Grande liderados por Juan Grabois, los dos legisladores del Partido del Trabajo y del Pueblo (CCC), más algunos diputados que ya expresaron críticas como Leopoldo Moreau. “Son especulaciones, nadie tiene ese número”, aseguró a Infobae un diputado que votará a favor.
Por su parte, Juntos por el Cambio también intentó dejar atrás las tensiones internas entre halcones y dialoguistas en torno al acuerdo con el FMI. Al término de la reunión de la mesa nacional de la coalición, los principales referentes de la oposición coincidieron en la importancia de evitar el default y dieron señales de que no votarán en contra del acuerdo con el FMI.
“Nunca vamos a empujar a la Argentina al default”, dijo Patricia Bullrich. Llamativamente, la presidenta del PRO había sido la que planteó las posiciones más extremas durante las últimas semanas: por ejemplo, que Alberto Fernández derogue la ley de Sostenibilidad de la Deuda y saque el acuerdo por decreto. En la Casa Rosada tomaron el giro discursivo como un gesto positivo.
En cambio, en el bloque de diputados del Frente de Todos la posición de Juntos por el Cambio fue recibida con más cautela. Por un lado, se concentran en unificar posturas sin mirar lo que hacen al otro lado de la grieta. Por otro, desconfían de que vuelvan a cambiar de opinión. “La semana pasada dijeron una cosa y ahora otra. Todavía falta para que maduren una posición. No podemos confiarnos de lo que dicen porque todavía tienen muchas tensiones internas y nos están mirando a nosotros”, reflexionó un hombre del bloque oficialista.
La oposición también volvió a insistir en que no apoyarán ninguna suba de impuestos o la creación de nuevos gravámenes. Una promesa de campaña que aseguran podría condicionar su apoyo. En la bancada oficialista minimizaron el eventual conflicto. “Fue una declaración política. El acuerdo posiblemente no contenga ninguna mención a los impuestos. El FMI establece metas y luego cada gobierno debe definir qué hace para cumplirlas”, explicaron a Infobae.
Hasta hoy no estaba definido si el proyecto entrará por el Senado o por la Cámara de Diputados. Lo que sí buscará el Gobierno es aprobarlos lo más rápido posible, incluso que pase por las dos Cámaras en la misma semana a principios de marzo. Dan por descontado que tendrán los votos suficientes para hacerlo.
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