Un fuerte malestar creció inéditamente en las últimas semanas en el Gobierno a partir del freno en las designaciones de personas de sexo masculino propuestos por ministros y secretarios de distintas extracciones políticas para que ocupen cargos en sus equipos. Desde el Gobierno admitieron que esas restricciones existen, debido a que Alberto Fernández considera que muchas de las propuestas atentan contra la paridad de género, deficitaria en una administración nacional donde prácticamente todos los ministros y muchos secretarios son hombres.
Sin dar marcha atrás a pesar de la insistencia de sus principales colaboradores, Alberto Fernández institucionalizará la decisión y tiene previsto firmar, esta noche, la disposición con el instructivo para que todos los pedidos de nuevos cargos estén acompañados por un informe sobre la paridad, que podría servir de base para rechazar los nombramientos de hombres, en base al criterio de género. En el tema estuvo trabajando la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, que viene llevando una cruzada, desde que asumió, para que haya mayor presencia de mujeres en cargos políticos, pero en Balcarce 50 aseguran que fue una decisión exclusivamente del primer mandatario.
La decisión cayó mal en las filas albertistas. “Con esto hubo muchísimo puterío. Las designaciones no salían. Y la verdad, es raro tomar como prioridad algo así en medio del quilombo que hay. Y sobre todo, hacerlo contra los propios, como una cruzada”, dijo un funcionario de una importante dependencia afectada por la decisión.
Llamativamente, en el anuncio no tuvo ninguna intervención la ministra de Mujeres y Género, Elizabeth Gómez Alcorta. En Casa Rosada aseguraron que el tema se trabajó exclusivamente en el ámbito de la Presidencia. Pero en la cartera dijeron que sí tuvieron participación.
Las áreas más críticas en términos de desigualdad, evalúan en la Casa Rosada, son el Ministerio de Transporte, que comanda Alexis Guerrera; la cartera de Agricultura, de Julián Domínguez; la Secretaría General de la Presidencia, que comanda el amigo de Alberto Fernández, Julio Vitobello; y el Consejo Económico y Social (CES), que coordina el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, otro hombre del riñón del Presidente. Unos ocho nombres estaban frenados en este último caso.
A partir de mañana, cuando la disposición esté publicada en el Boletín Oficial, cualquier designación que se eleve a la Secretaría de Legal y Técnica deberá ir acompañada por un informe que diga cuántos puestos están ocupados por varones y mujeres, “para que los ministros que lleven las designaciones de secretarios y subsecretarios sepan que el principio rector de igualdad de género está vigente en el Gobierno y consulten cuál es la situación en este sentido en sus respectivas carteras”, dijo una fuente oficial.
Hoy hay conflictos con algunos ministerios por las designaciones. Algunos tienen paridad, o se acercan a cierto equilibrio, como Seguridad, que antes estaba en manos de Sabina Frederic y hoy es manejado por Aníbal Fernández; Desarrollo Social, antes de Daniel Arroyo, hoy de Juan Zabaleta- otros “están mal”, aseguraron en la Casa Rosada. Y deslizaron que en algunos casos llegan al 90 por ciento de presencia masculina.
La decisión afectará al propio Presidente en caso de que realice otro cambio en el Gabinete, admitieron en el Gobierno. Teniendo en cuenta que 19 ministerios de 21 están en manos de hombres -sólo Carla Vizzotti y Elizabeth Gómez Alcorta, de Salud y Mujeres-, además de la propia Vilma Ibarra y la portavoz Gabriela Cerruti, que tiene rango de ministra, las próximas designaciones deberían estar obligatoriamente en manos de funcionarias.
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