En plena tensión con la Casa Blanca, Alberto Fernández almorzó con su canciller y mano derecha, Santiago Cafiero, y con el embajador en Estados Unidos, Jorge Argüello, quien se encuentra de visita en Buenos Aires. Con el acuerdo con el FMI bajo tratamiento en las oficinas del organismo internacional, los funcionarios analizaron la relación bilateral, diezmada a partir de las declaraciones del Presidente a Vladimir Putin durante su visita a Rusia días después de firmar el inicio de un pacto de refinanciamiento de la deuda externa.
Definieron que no se tomarán nuevas medidas para mejorar la relación; ni se pedirán reuniones ni se harán gestos específicos, sino que se buscará continuar con la “agenda positiva” preexistente en el vínculo bilateral. Consideran que “no hay información oficial” sobre la posición del gobierno de Joseph Biden respecto de la Argentina y optan por evitar una escalada en la tensión en la relación.
El encuentro tuvo lugar este mediodía en la Casa Rosada. Primero llegó Cafiero, almorzaron, y después se sumó Argüello, para el café, según detallaron fuentes oficiales a Infobae. En la agenda de trabajo se analizó la relación con Estados Unidos, considerada, aún, como “positiva”, a pesar de las críticas que emanaron desde el gobierno de Joseph Biden a raíz del encuentro bilateral del Presidente con Putin en el Kremlin.
Después de que Alberto Fernández disparara contra Estados Unidos en diálogo con Putin, la Casa Blanca expresó su malestar a través de declaraciones off the record. Como publicó este medio, las palabras presidenciales sorprendieron y provocaron desilusión en la Casa Blanca, en el Departamento de Estado y en la Secretaría del Tesoro, que habían jugado a favor de Alberto Fernández para destrabar la negociación para renegociar el pago de la deuda de 44 mil millones de dólares que lideraba la titular del FMI, Kristalina Georgieva.
En el Gobierno aseguraron que no recibieron ninguna carta ni mail formal de parte de la administración estadounidense. Tampoco comunicaciones verbales informales. “Nadie nos dijo nada y siendo así, no nos vemos en la necesidad de explicar lo que no se nos pregunta”, explicó un funcionario. Y agregó que continuarán enfocados en la “agenda positiva” que, aseguraron, “se mantiene”.
“Seguiremos planteando que la dependencia que dejó el gobierno de (Mauricio) Macri es algo que no es positivo para la economía y que necesitamos encontrar otro tipo de fuente de financiamiento. Pero al no tener información oficial, no vemos que sea seguir dándole vueltas al tema”, insistieron.
Sin embargo, según pudo saber Infobae de fuentes diplomáticas de Estados Unidos, sí hubo conversaciones entre representantes de ambos gobiernos sobre este asunto en los últimos días. Confirmaron, además, que las declaraciones conocidas en las últimas horas efectivamente corresponden a un alto funcionario del Departamento de Estado.
Pese a estas diferencias, que persisten, en la Casa Rosada creen que basta apoyarse en los antecedentes reciente en el vínculo. En los últimos meses hubo acercamientos, a través de encuentros con el asesor de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, y el asesor de Seguridad para América Latina, y Juan González, además de diálogos con Antony Blinken, que favorecieron la negociación con el FMI, que arribó a buen puerto hace dos semanas, pero que aún no tiene el visto bueno final del organismo y cuyo resultado aún no fue tratado en el Congreso Nacional.
El mediodía del jueves, el Presidente, el Canciller y el embajador trabajaron en “la misma agenda” que “se abrió” después de la visita al departamento de Estado, que en la Casa Rosada consideran “dio resultado” porque “al poco tiempo Estados Unidos se terminó de sumar al Consejo de Derechos Humanos de la ONU”.
En Balcarce 50 creen que se mantiene “la posición constructiva para trabajar en conjunto”, mientras se preparan para la Cumbre de las Américas, en junio, donde Argentina irá en un doble rol tras la asunción de Alberto Fernández en la presidencia de la CELAC. Llevarán a ese destino propuestas orientadas al tratado de no proliferación de armas nucleares, que consideran un punto en común con Estados Unidos.
“Lo que se le transmitió al embajador es que nos dediquemos a la agenda constructiva que ya existe, y trabajar sobre las inversiones de capitales americanos en la Argentina, porque necesitamos mejorar nuestra agenda exportable”, expresaron.
Además, rescataron las declaraciones del vocero del FMI, Gerry Rice, quien se mostró favorable, durante una conferencia de prensa, a que se produzca un acuerdo técnico “lo más rápido posible”. “Las discusiones hacia un acuerdo de a nivel del staff están todavía en desarrollo”, señaló el funcionario del organismo internacional. Y agregó que el programa que buscará cerrar el FMI deber ser “realista, pragmático y creíble”, aunque destacó que no tienen “un calendario específico”. “El próximo paso será un acuerdo a nivel del staff. El siguiente es la propuesta hacia el directorio que es el que toma la decisión final como sucede siempre”, dijo el portavoz del Fondo.
En el Gobierno se muestran “optimistas” sobre el resultado del análisis y confían en que se mantendrá en pie el primer paso del acuerdo, anunciado en los primeros días de febrero. Enfocados en seguir como hasta ahora con Estados Unidos, ahora resta esperar un gesto desde Washington sobre la perspectiva sobre el posicionamiento geopolítico de la Argentina.
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