La portavoz del gobierno nacional Gabriela Cerruti protagonizó una acalorada conferencia de prensa en donde defendió los gestos del Presidente en la reciente gira internacional especialmente en China, donde Fernández rindió pleitesía a Mao y al Partido Comunista.
En el primer tramo del encuentro con los periodistas acreditados en Casa Rosada, la funcionaria negó que el jefe de Estado haya elogiado a los líderes de Rusia y China durante el viaje y desafió a que le leyeran cuáles habían sido las muestras de afecto. Ante las repreguntas, terminó justificando los honores e incluso recordando que Mauricio Macri había hecho algo similar.
“Mao es un líder histórico y cualquier presidente que llega a China hace un reconocimiento a Mao porque es un líder histórico”, aseguró. Y planteó: “Mao es un líder que ha sido revisado y revistado por la literatura y la ciencia política; o forma parte de la discusión internacional si se le hace un reconocimiento cuando se llega al país”.
La funcionaria aseguró que el Presidente no va a pedir disculpas por afirmar que comparte la filosofía política del Partido Comunista China que carga en su historia con denuncias de violaciones a los derechos humanos y decisiones que provocaron grandes crisis sociales y millones de muertes.
Bryan Mayer, periodista de El Litoral, preguntó puntualmente si la Argentina tenía previsto modificar su sistema político, lo que provocó una confesión de Cerruti sobre el régimen de Xi Jinping disfrazada de ironía: “¿Usted me está preguntando si vamos a dejar de ser demócratas porque el Presidente viajó a China?”.
Durante su encuentro con Xi Jinping en el Gran Salón del Pueblo, Alberto Fernández elogió la revolución iniciada por Mao Zedong en 1949 y reveló que comparte la mirada ideológica del Partido Comunista chino. Las opiniones del Presidente fueron difundidas por la televisión estatal de China, y omitidas en la información oficial que se transmitió desde Beijing.
Mao Zedong llegó al poder en 1949, y desde momento protagonizó una proceso revolucionario atravesado por masacres, exilios y censura constante.
Mao asumió que la economía de China había quedado rezagada a nivel global y en 1957 impuso el Gran Salto Hacia Adelante. Con este proyecto, el Gran Timonel eliminó la propiedad privada de la tierra, diseñó un modelo de trabajo forzado y ordenó un sistema intensivo de producción agrícola.
Fue una tragedia: 45 millones de chinos murieron de hambre.
Años más tarde, cuando las fosas comunes aún no había sido cubiertas de tierra, Mao puso en marcha la Gran Revolución Cultural. Inició en 1966 y significó una purga política que terminó con más de 15 millones de personas muertas. Zedong pretendió “erradicar” a los burgueses infiltrados en el sistema de producción china, y ejecutó una masacre que no está contada en el museo del Partido Comunista que elogió Alberto Fernández.
La represión ilegal no terminó con la muerte de Mao. En junio de 1989, el régimen comunista asesinó a más de 2.000 mil chinos que llegaron a la Plaza Tianammen para exigir por su libertad. Fue otro hecho trágico que Xi omite en la historia oficial del Partido Comunista.
Sin quejas de los Estados Unidos
Durante una reunión con Vladimir Putin, el presidente Fernández dijo que quiere dejar atrás la dependencia con los EEUU y ofreció la Argentina como la puerta de ingreso de Rusia a la región.
Esta nueva orientación política prorusa y los gestos en China generaron un malestar en el Departamento de Estado en medio de la negociación con el Fondo Monetario Internacional, según pudieron confirmar Infobae y otros medios.
La portavoz desconoció esta información y luego de criticar el trabajo periodístico, contestó: “No hemos escuchado hasta ahora una posición oficial de los Estados Unidos que diga que esto ha causado malestar. No vamos a responder rumores, mucho menos cuando esos rumores quieren dar cuenta de algo tan importante como la posición del Departamento de Estado de los Estados Unidos”.