Felipe Solá fue uno de los ministros que tuvo que dejar su cargo luego de la derrota del oficialismo en las PASO, tras la furibunda carta de Cristina Kirchner que tensó al máximo la relación con Alberto Fernández. Lejos de guardar rencores -o al menos de hacerlos públicos-, el ex Canciller aseguró que “no volvería” a ser parte del Poder Ejecutivo pero que seguirá militando en el Frente de Todos y envió un mensaje hacia la nueva interna que transita el kirchnerismo.
“La forma en la que me sacaron fue inapropiada”, recordó Solá en relación a que recibió la noticia cuando ya estaba viajando hacia México para representar a la Argentina en la cumbre de la CELAC. “Para mí ya pasó, no quiero hablar de esto desde el punto de vista personal pero me dolió, pensaba que estaba haciendo las cosas bien, trabajé duro”, agregó.
Frente a las evidentes diferencias que sacuden internamente al Gobierno, planteó que “lo importante ahora es centrarse en la letra chica y los subacuerdos con el Fondo Monetario Internacional”. “Ahí se define la posibilidad de tener un plan de mediano plazo, sino vamos a seguir atados; hay que juntar economistas, sindicalistas, empresarios, politólogos, donde la grieta no es tan fuerte, donde hay discusión pero no odio”, sugirió.
Consultado sobre la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados, Solá dividió su opinión en dos partes. Por un lado consideró que “no había ninguna chance de no tener un preacuerdo, y no hay chance de no discutir con el Fondo porque lo que le sucedería a la Argentina sería más grave”. “La otra discusión es si debió hacerlo o no, y ahí lo defiendo”, dijo sobre el hijo de la vicepresidenta.
Al respecto, graficó: “Si viene una ley del Ejecutivo, el bloque oficialista la tiene que defender; supongamos que la ley no convence, el único que no puede dejar de hablar y defenderla es el jefe de bloque... Si él no está convencido es honesto de su parte, tiene derecho a no estar convencido”.
Además, en diálogo con Todo Noticias, destacó que Máximo Kirchner le haya pedido a Alberto Fernández “que dijera públicamente que Cristina no apoyaba” su decisión de renunciar a ese rol.
Sobre Cristina Kirchner y los funcionarios que le responden, expresó que “como vicepresidenta y jefa política de aquella decisión” de ungir a Alberto Fernández como candidato en 2019, “tiene derecho a tener reuniones discretas con el Presidente”. “Lo malo de la interna es cuando la gente de abajo se la compran, algunos son muy albertistas, otros muy kirchneristas... Cuando los de abajo se compran la interna, los de arriba tienen que parar eso inmediatamente porque eso es ponerse la camiseta de un ´clubcito´”, criticó.
“Yo soy peronista, pero Perón se murió hace 48 años; hoy tenemos lo que tenemos, el kirchnerismo y el peronismo son lo mismo”, declaró, y admitió como su “máximo error político” haberse ido del Frente para la Victoria en 2009: “Trasladé lo personal a lo político y cometí un grave error; lo colectivo es más importante que lo personal, es la única manera de reconstruir la política y mirar al futuro”.
Lejos de la administración pública, y de Alberto Fernández, con quien no habla desde noviembre cuando el Presidente se comunicó con él por la muerte de su madre, Solá aseguró que “no volvería al Gobierno pero no me iría del Frente de Todos, seguiré militando”.
Por último, en carácter de ex ministro de Relaciones Exteriores opinó sobre la gira internacional de Alberto Fernández. Con respecto a China, manifestó que “es fundamental tener una buena relación” porque “es el principal comprador”, “siempre y cuando podamos tener actitudes soberanas, no es China a cualquier costo”. Mientras que con Rusia dijo que “parece que hay una transacción financiera que no conozco” y, en medio de la tensión latente entre Vladimir Putin y Estados Unidos por el conflicto en Ucrania, consideró que el viaje “es más objetable”.
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