El próximo 10 de febrero se verán las caras por primera vez en el 2022. La nueva conformación de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio se reunirá de manera presencial y promete un encuentro cargado de cruces, reclamos y chicanas que, aunque seguramente al término se conocerá que hubo discusiones pero que todas se dieron “en buenos términos”, nadie duda que la interna dentro del bloque opositor ya está lanzada.
Con la mirada puesta en el 2023, durante las últimas elecciones el radicalismo mostró músculo y le hizo saber cada vez que pudo al PRO que le va a pelear el liderazgo dentro de la coalición. Y en el partido amarillo tomaron nota de los movimientos de la UCR y no dejan pasar ninguna oportunidad para marcar la cancha.
El detonante de esa discusión latente llegó con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la negativa de Máximo Kirchner de acompañarlo y su renuncia a la presidencia del bloque del Frente de Todos en Diputados más el silencio de Cristina Kirchner. En Juntos por el Cambio surgió el debate de cuál sería el rol del bloque en el Congreso y qué hacer, si acompañar o derogar.
En el último encuentro que se dio esta semana, y que se realizó de manera virtual, ya hubo un primer adelanto del nuevo ordenamiento dentro de la coalición y de cómo se van conformando y posicionando cada uno de los sectores de cara a los temas más importantes en el corto plazo pero, de fondo, para la carrera para el 2023.
“Estamos todo el tiempo tratando de desempoderar a Cristina Kirchner y ahora vienen a decir que si ella no vota -el acuerdo con el Fondo Monetario- nosotros tampoco. Tenemos que dejar de mirar qué es lo que hacen y establecer una estrategia propia”, aseguran que dijo Gerardo Morales, el presidente de la UCR, en el zoom de la última semana.
La destinataria de esas palabras era Patricia Bullrich, la titular del PRO, que no participó del primer encuentro de la Mesa este año por estar viajando a Mendoza y que, una vez anoticiada de los dichos del dirigente radical, mandó un mensaje claro: “Quieren que nosotros votemos y ellos no. Tontos no”. Si ese mensaje no alcanzaba, publicó una foto junto a Ernesto Sanz, miembro fundador de Cambiemos y uno de los “laderos” de Morales en el Senado en época de kirchnerismo en la Casa Rosada.
Pero la discusión es más profunda respecto de quién ocupa el centro de la escena -si el radicalismo o el PRO- y tiene que ver con el camino a seguir respecto de un punto central de cara a los dos años de gestión de Alberto Fernández y de aquellos que aspiren a ocupar el Sillón de Rivadavia a partir de 2023.
Un sector de Juntos por el Cambio, encarnado por el ex presidente Mauricio Macri y Patricia Bullrich, se muestra contrario de acompañar el acuerdo en el Congreso. Fuentes que participaron del encuentro aseguran que el ex presidente se refirió al entendimiento como un acuerdo que es “malo” y que entiende que es demasiado laxo para lo que cree que la Argentina necesita. “Si me trajeran un buen acuerdo le pediría a ustedes que lo voten, pero este no es”, aseguran que dijo en el zoom.
Desde sectores del radicalismo se mostraron molestos con la posición de Macri. “Parece que leyó antes de su publicación el editorial del Financial Times -en donde dice que el Fondo no le exige lo suficiente a la Argentina para acomodar las cuentas- pero solo la parte en donde dice que no hay un ajuste”. (N. del R.: el FT también hace referencia al peso de la deuda que dejó la administración Macri).
En el radicalismo entienden que un ajuste mayor sería un problema a futuro. “Los que apuestan a pelear la presidencia no quieren saber nada con más ajuste porque son los que se van a tener que hacer cargo de hacerlo porque van a tener que pagar en su mandato. Es algo que se discutió y que los ‘duros’ del PRO no quieren entender”, explicaron.
Esa discusión derivó en cuál es el camino a seguir. Patricia Bullrich ya había adelantado que quieren que el Frente de Todos en su conjunto vote la ley de manera favorable y que, de esa forma, podrían acompañar. Si ese no era el caso, el camino a tomar era derogarla. Y ya está claro que eso no va a suceder con la renuncia de Máximo Kirchner.
“O ellos votan todos juntos, o hay que derogar la ley que ellos armaron para que el acuerdo que firmen pase por el Congreso”, dijo Bullrich en declaraciones al canal LN+. “Del primero al último se tienen que hacer cargo de su Gobierno. Ellos armaron esta ley para decir ‘nosotros queremos que ustedes pongan la cara’. Ahora ¿nosotros ponemos la cara y ellos la sacan?”, agregó.
Esta posición fue la que expuso Macri en el zoom y que marcó la grieta dentro de la grieta. “Tenemos que darles la ley, nos tenemos que hacer cargo y ser responsables”, le espetaron al ex presidente desde varios sectores. Desde la Coalición Cívica, que pidió responsabilidad, hasta el radicalismo, que apuesta a ser Gobierno y se pone en una discusión similar a la que expuso con el Presupuesto: acompañemos porque después vamos a necesitar de ellos y no nos van a acompañar.
La horizontalidad en Juntos por el Cambio parece haberse acabado o, por lo menos, está en discusión y todos parecen buscar no sólo la verticalidad sino estar en la punta de la pirámide de mando.
Morales le discute a Bullrich su presencia mediática y la acusa de operar y querer mostrarse como “la dueña” del bloque opositor. Maximiliano Ferraro, presidente de la Coalición Cívica, le pide mesura y responsabilidad a un Macri que profundiza un discurso cada vez más agrietado y que, según dicen desde el partido de Elisa Carrió, “todo el tiempo corre la cancha y te quieren fijar una posición al final del recorrido”.
El larretismo busca hacer equilibrio y se muestra racional e intenta no adelantar posturas, pero desde la UCR y el PRO duro lo empujan a tomar posición en una disputa que ya se desató y que tendrá sus primeros rounds en el interbloque dentro del Palacio Legislativo.
SEGUIR LEYENDO: