Casi 24 horas después de haber aterrizado en Beijing, el presidente Alberto Fernández tuvo su primer encuentro personal con su par chino, Xi Jinping, con quien se reunirá a solas este domingo durante el encuentro bilateral que tienen programado ambos en el marco de la visita oficial.
El mandatario nacional fue recibido, junto a todos los jefes de Estado y representantes extranjeros que asistieron a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno, por el líder del país asiático pasadas las 12.15 (hora local, 1.15 de la Argentina) en el Gran Palacio del Pueblo, donde participaron de un banquete.
En ese evento estuvieron los enviados de Rusia, Camboya, Singapur, Kazakstán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán, Egipto, Arabia Saudí, Qatar, Emiratos Unidos Árabes, Polonia, Serbia, Luxemburgo, Monaco, Ecuador, Mongolia, Pakistán, Bosnia y Herzegovina, Papúa Nueva Guinea, Corea del Sur, Azerbaiján y Tailandia.
En la inmensa mesa que ocupaba el centro del salón, Alberto Fernández fue ubicado junto a su par ecuatoriano, Gillermo Lasso.
El presidente llegó al Palacio del Pueblo acompañado por el canciller, Santiago Cafiero, y por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que participaron de un almuerzo en paralelo al de los jefes de Estado, en otro salón.
Por la mañana, Alberto Fernández visitó el Museo del Palacio, situado dentro de la denominada Ciudad Prohibida, un complejo de edificios construido a principios del siglo XV y que durante quinientos años fue la residencia de los emperadores y su corte, así como también el centro político del país.
Posteriormente, el Presidente se dirigió al Mausoleo de Mao Zedong, en el centro de la plaza de Tiananmén, emplazado donde anteriormente se erguía la Puerta de China, donde descansan los restos del histórico líder, fundador y máximo dirigente del Partido Comunista de China (PCCh).
El almuerzo en el Gran Palacio del Pueblo es el primer encuentro cara a cara que Alberto Fernández tiene con Xi Jinping en China desde su llegada. Tienen previsto una reunión bilateral para este domingo, en el marco de la segunda escala de esta gira internacional del Presidente.
Lo acompañan en este viaje el canciller Santiago Cafiero; los gobernadores de Buenos Aires, Axel Kicillof, de Catamarca, Raúl Jalil y de Río Negro, Arabela Carreras; la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti; la secretaria de Deportes, Inés Arrondo; el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja; el senador nacional Adolfo Rodríguez Saá; el diputado nacional Eduardo Valdés (titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja); la asesora presidencial Cecilia Nicolini y el intendente del municipio bonaerense de José C. Paz, Mario Ishii.
Luego de ofrecer la Argentina como puerta de entrada de Rusia a la región, Alberto Fernández llegó a Beijing, donde sumó gestos hacia otra potencia que está enfrentada a los Estados Unidos y se encuentra en la mira de otros países y organismos internacionales por la relación de sus políticas con los derechos humanos.
El contexto geopolítico adquiere especial relevancia para la Argentina en un momento en el que se encuentran aún abiertas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y con la administración de Joe Biden para refinanciar la deuda contraída por Mauricio Macri.
Por otra parte, se espera que en las próximas horas se anuncien acuerdos con empresas chinas para la explotación en la Argentina del litio, para la distribución de energía y para el intercambio de tecnología para la generación de energía nuclear.
El sábado, ya en la noche china y con una temperatura de 4 grados bajo cero, Fernández y su comitiva fueron al Nido, en la capital del país asiático, para presenciar la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno. La ceremonia fue boicoteada por los EEUU en virtud de los abusos denunciados en el régimen de Xi Jinping.
Los funcionarios argentinos estuvieron en una cabina especial, aislados del resto de los invitados como consecuencia de restricciones vigentes por la pandemia de coronavirus. En el palco contiguo se encontraba el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, con quien Fernández tiene previsto un encuentro.
Antes de dirigirse al imponente estadio, el Presidente y su comitiva mantuvieron en Beijing una reunión virtual con directivos del laboratorio chino Sinopharm, fabricante de una de las vacunas contra el coronavirus.
La Argentina compró 30 millones de dosis de ese antídoto y ahora negocia para que el producto se realice directamente en el país, en el laboratorio Sinergium Biotech, con capacidad para ofrecer hasta un millón de inoculantes por semana.
En ese encuentro hablaron el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el mandatario argentino, quienes agradecieron la colaboración china en los primeros tiempos de la pandemia en 2021.
Además, el mandatario nacional se hizo un espacio en la agenda para recibir la distinción como Profesor Honoris Causa de la Universidad de Tsinghua y recorrer el Museo del Partido Comunista Chino.
“Me siento honrado de recibir la distinción de Profesor Honoris Causa de la universidad más importante de China, Tsinghua. Celebro el acuerdo de cooperación que mantiene con la UBA. En un mundo que demanda conocimiento, el vínculo entre estas instituciones es crucial”, escribió el jefe de Estado en su cuenta de Twitter.
De acuerdo con la agenda difundida oficialmente, los miembros de la comitiva que no asistieron al banquete de este sábado podrían tener diferentes conversaciones vía Zoom con empresas chinas que tienen vínculos económicos con la Argentina, mientras que representantes legislativos podrían conversar, también virtualmente, con los miembros de la Asamblea Popular China.
Más tarde, el Presidente y su delegación tienen pensado viajar en tren de alta velocidad hasta la Villa Olímpica Zhangjakou para reunirse con los deportistas argentinos que están participando de la competencia.
El domingo, en tanto, además del encuentro bilateral con Xi Jinping, Alberto Fernández recorrerá un sector de la Gran Muralla, emblema de este país, y luego partirá hacia el aeropuerto de Beijing para abordar el avión que lo llevará hasta su próximo destino.
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