Si no fue un lanzamiento de su candidatura para 2023, se le pareció demasiado. La gira por la costa atlántica que hizo Patricia Bullrich la semana pasada estuvo llena de señales de que no se trató de un viaje más de la titular del PRO. Visitó ciudades llenas de turistas en plena temporada veraniega, acompañada sólo por dirigentes de su sector, con recorridas típicas de las campañas y charlas cuya escenografía fueron banners que llevaban su foto y las leyendas “La fuerza del cambio” y “Patricia en tu lugar”.
Aun así, en el diálogo con Infobae -mientras viajaba hacia uno de sus destinos- negó el sesgo proselitista de su gira y dijo que “este año no es para hablar de candidaturas sino para acercarse a la gente”. No sólo desmintió su lanzamiento sino que inclusó se mostró crítica al hablar del comienzo del armado político de Horacio Rodríguez Larreta para 2023: “Si decidió tener una mesa nacional para su candidatura es una decisión de él. No comparto adelantar estos tiempos. El 2022 es una construcción colectiva de Juntos por el Cambio y del PRO. A cada lugar al que voy, trabajo en las mesas de Juntos por el Cambio para que nos organicemos. Ganamos en muchos lugares y es necesario mantener esa organización sin adelantar ninguna interna. Así que no voy a formar ninguna mesa”.
En la charla, Bullrich insistió en los “cambios” que le hacen falta a la Argentina con reiteradas apelaciones a “la valentía” y “el coraje” necesarios. No parece casual. Lo cree y también es una forma de destacar que ella tiene esos atributos en contraste con la moderación del jefe de Gobierno porteño y su pensamiento más proclive a negociar que a confrontar. Como cuando les dijo a empresarios en Punta del Este que “no hay lugar para tibios en la Argentina que viene”. Ella lo descartó: “Es una apelación mucho más profunda. Es una apelación a cómo se tiene que parar un gobierno, un equipo, una sociedad. No es para una persona, es para todos”. Para que no queden dudas, advirtió: “Yo no compito contra Larreta sino contra los que no quieren hacer cambios”.
Donde no hay interpretación posible es cuando habla sobre el Gobierno: lo critica impiadosamente, como cuando habla sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la marcha contra la Corte. Allí sí aparece en pleno vuelo su condición de “halcón”. ¿Le alcanzará para convertirse en la candidata presidencial en 2023? Aunque aún no se lanzó oficialmente, la ex ministra de Seguridad confirmó que mantendrá en alto su intransigencia. Por algo admitió que ese camino es el que también le marca el electorado: “Yo nunca vi un monitoreo social tan fuerte sobre la dirigencia, cómo leen cada letra del contrato como si hubiéramos escrito en esta elección una Constitución con la gente. Y nos dicen: ‘No se aparten un milímetro de esa Constitución’. Y eso se nota, cada persona con la que te cruzás te dice: ‘Vayan por el camino que nosotros votamos, no se aparten de ahí'”.
— Para la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, el acuerdo con el FMI anunciado por el Gobierno es “positivo”, pero igual esperarán a conocer la letra chica. Obviamente, no confían en lo negociado.
— En realidad, es un principio de acuerdo porque todavía no conocemos absolutamente nada de su contenido. Hay una cierta contradicción entre lo que dice el Presidente y lo que empieza a saberse.
— ¿Por ejemplo?
— La baja del déficit. Eso implica hacer cosas, pero ¿cómo las van a hacer? ¿Qué van a tocar? Son respuestas que no están y por eso no podemos tener una opinión. Las palabras del Presidente son vacías de contenido. Él no dice la verdad. La verdad es que si tenés que bajar el déficit, ¿cómo lo bajás? ¿Cómo parás la emisión? ¿Qué pasa con la inflación, la moneda, el dólar? Todos temas que son un gran signo de interrogación. Habrá que ver la carta de intención con el Fondo.
— ¿Qué agujero negro encuentran en los anuncios de Alberto Fernández y el ministro Martín Guzmán?
— Hay contradicciones. Los subsidios crecen este año casi 3.000 millones de dólares y te dicen que no los van a tocar, pero, por otro lado, el Fondo dice otra cosa. Por eso (en Juntos por el Cambio) sacamos un comunicado escueto a la espera de saber cuáles son las medidas que piensan tomar para cumplir con las cosas mínimas que dijo Guzmán. No queremos prejuzgar. Queremos saber.
— Hasta los anuncios de este viernes, el Gobierno había intentado una reunión del ministro Guzmán con ustedes, pero finalmente no se concretó. ¿Cómo manejó el oficialismo las negociaciones con el FMI?
— Hubo mucha pérdida de tiempo, mucha ineficiencia. Por algo nos invitaron a una reunión para mostrarnos un PowerPoint y nunca hablar en serio. No sé si tienen un plan sobre cómo salir. Un día cierran las exportaciones, al otro día las abren para la carne y no para el resto. Cierran empresas porque no pueden importar. Entonces este plan es anti-producción, anti-trabajo. ¿La negociación con el Fondo en qué consiste? ¿En que te den la plata para pagar y no crecer y seguir con inflación y “vamos que vamos”?
— ¿Cómo califica la marcha contra la Corte que sectores kirchneristas harán el 1 de febrero?
— Es un apriete del Gobierno al máximo tribunal, avalado por el presidente de la Nación porque no le gustan sus decisiones. Marchar contra la Corte es lo más antirrepublicano que he visto. Hay que defender a nuestras instituciones, saquen los fallos que saquen. A nosotros nos tocó una Corte que nos sacó un fallo al tercer día de asumir por el que teníamos que pagar a todas las provincias un porcentaje altísimo. Es así. La Corte es permanente y los gobiernos, no, y así funcionan los gobiernos republicanos. Y los que no creen en la República hacen marchas contra la Corte.
- Usted estuvo toda la semana de gira por la costa atlántica y pareció en campaña para 2023. ¿Ya se lanzó para la Presidencia?
— No, esta es la gira de la presidenta del PRO que cree y que tiene la convicción de que es necesario estar en cada lugar, en el lugar de cada ciudadano y también estar en el lugar de los problemas que tiene cada uno. Conocer las necesidades de cada ciudadano es muy importante. No creo que este sea un año para hablar de candidaturas sino para acercarse a la gente. Abrimos una página para que la gente pueda puede anotarse, escribir sus ideas, o puede hacerlo por cualquiera de mis redes sociales. Este fue un trabajo que comenzamos en 2020 por Zoom, con una participación de 10 mil personas y ahora estamos comenzando una nueva tarea porque quiero que el PRO lleve a la mesa del programa de Juntos por el Cambio no sólo la mirada de los técnicos sino una fuerte mirada social.
— Quizá no sea tiempo de candidaturas, pero sí de empezar a armarse políticamente para el año que viene, que es lo que está haciendo usted con esta gira y lo que también está haciendo Horacio Rodríguez Larreta, que ya inauguró una Mesa Nacional para su proyecto presidencial. ¿Se enfrentará con el jefe de Gobierno en las PASO o cree que llegarán a un acuerdo?
— Si (Rodríguez Larreta) decidió tener una mesa nacional para su candidatura es una decisión de él. No comparto adelantar estos tiempos. El 2022 es una construcción colectiva de Juntos por el Cambio y del PRO. A cada lugar al que voy trabajo en las mesas de Juntos por el Cambio para que nos organicemos. Ganamos en muchos lugares y es necesario mantener esa organización sin adelantar ninguna interna. Así que yo no voy a formar ninguna mesa. Por supuesto que todos aquellos que me acompañan, que son miembros del PRO, trabajan para tener cada vez más ideas y más acción para que Juntos por el Cambio tenga más territorialidad. En relación a si va a haber o no PASO, esa es una decisión ya tomada por la Mesa Nacional y además está en nuestra legislación: en Juntos por el Cambio va a haber PASO entre aquellos que en el momento en que haya decisión decidan ser candidatos. No quiero adelantar eso porque hoy la prioridad es organizarnos, tener más territorialidad y armar el programa de gobierno.
— ¿Por qué usted sería mejor candidata presidencial que Rodríguez Larreta?
— Yo no estoy hablando de candidaturas, estoy hablando del proyecto. Creo que la Argentina necesita un cambio contundente, fuerte, que desafíe al poder de las mafias, de las trabas, de los cotos. El poder que hace que un empresario, un comerciante, tenga que pagar costos mucho más altos que en otro país del mundo. Precios carísimos para la gente, problemas laborales, problemas de una política social totalmente regresiva. La necesidad de tener una base impositiva razonable y no como la que tenemos. Un Estado que sea eficiente y no el Estado actual que es una aglomeración de funciones, muchas de ellas que no son importantes ni prioritarias para los ciudadanos. Y todo esto te lleva a decir esto hay que hacerlo de una manera muy concreta. Lo primero que nosotros tenemos que poner es ese proyecto de cambio, de transformación, con valentía, con coraje para enfrentarse a lo que haya que enfrentarse. Esas características que las puede tener hoy el votante de Juntos por el Cambio, que se acerca y te dice “la Argentina sale con coraje, no sale con acuerdos corporativos”. Quien represente eso va a ser el que mejor represente a Juntos por el Cambio.
— ¿Cree que Rodríguez Larreta no representa ese coraje que hace falta? Porque usted ante un grupo de empresarios en Punta del Este dijo que “no hay lugar para tibios en la Argentina que viene” y se entendió como una alusión al jefe de Gobierno.
— No voy a hablar de nombres. Cada uno sabe dónde está parado, cómo piensa las cosas. Sé lo el país necesita para salir adelante y creo que en cada lugar al que voy estoy generando una movilización de la sociedad en torno de esto. Es el mensaje que le doy a toda nuestra gente para que se organice, para que sepa que tenemos que ganar en intendencias, que tenemos que ganar espacios, que tenemos que lucharla. Y también para decirle a la gente que en el próximo gobierno la lucha para defender nuestros cambios tiene que ser de toda la sociedad. El que piensa de otra manera que se ponga el sayo solo, no lo voy a poner yo.
— ¿La referencia a los “tibios” no estaba dirigida a Rodríguez Larreta?
— Es una apelación mucho más profunda. Es una apelación a cómo se tiene que parar un gobierno, un equipo, una sociedad. No es para una persona, es para todos. Porque de la Argentina de la decadencia se sale con esfuerzo y con coraje. Y eso no pasa sólo por una persona. Esta idea de un caudillo o de alguien que nos salva, no existe. Acá tiene que haber un equipo y una sociedad movilizada. A eso estoy convocando. Y el que no se anime, el que diga no se puede, no me animo, bueno… por eso digo: no hay lugar para tibios.
— A partir de sus contactos con empresarios, ¿siente que el Círculo Rojo lo prefiere a Rodríguez Larreta antes que a usted?
— Yo hablo con empresarios todos los días y considero que todos son empresarios, los que están en el Círculo Rojo y los que tienen en Villa Gesell un boliche o un hotel. Todos son empresarios y los necesitamos a todos. Y ellos saben que vamos a una decadencia que baja por un tobogán o a una salida muy competitiva de un capitalismo abierto que los tenga en cuenta. Esto es lo que necesita el país. La mirada de lucha que le puse al partido y que fue la que ganó las elecciones es la que ven los empresarios porque no quieren seguir como están y necesitan un cambio. Veremos si tienen preferencia por alguien. Yo no compito contra Larreta sino contra los que no quieren hacer cambios. Inclusive contra la angustia de una sociedad que tiene miedo, que cree que no se puede. Ésos son mis adversarios.
— Ante un escenario de un enfrentamiento con el jefe de Gobierno en las PASO, ¿cómo se compite contra el famoso aparato porteño del que hablaron los radicales Facundo Manes y Gerardo Morales en la última campaña?
— La política hoy tiene mucho que ver con la comunicación con la sociedad y tiene muchas formas donde cualquier aparato, y no me quiero referir al de la Ciudad, puede ser superado. Lo hemos visto en estas últimas elecciones, superando aparatos gubernamentales como los que tienen las provincias donde ganamos o empatamos, como San Luis, Salta, Chaco, Misiones. Con convicción y un proyecto claro se le puede ganar a cualquier aparato gubernamental. La sensación que tienen los argentinos que no podemos seguir en esta decadencia, que tenemos que salir, que tenemos que abrir a la Argentina a la posibilidad de competir, de tener empresas, de tener un Estado adecuado a las necesidades de la sociedad y no un Estado al que la sociedad tenga que bancar a costa de su propio trabajo, de impuestos altísimos. Hay que dar vuelta la Argentina y los argentinos van a apoyar cada día más ese cambio. No es fácil. Pero el esfuerzo tiene réditos porque el camino es dejar la decadencia y comenzar a tener una Argentina mucho más rica en todo sentido. Ese camino va a ser con esfuerzo, con participación popular y con lucha. No nos van a regalar nada las mafias ni los grupos enquistados en el poder. Lo hemos vivido con las 14 toneladas de piedras en el Congreso (cuando se debatió la reforma previsional en 2017). Vamos a tener millones de argentinos contra esas 14 toneladas de piedras para poder romperlas y seguir adelante. No nos van a parar.
— Dicen que Mauricio Macri le pidió a un grupo de dirigentes del PRO: “Sostengamos a Patricia, es muy importante que llegue con posibilidades a 2023″. ¿Se siente respaldada de esa forma por el ex presidente para una candidatura en 2023?
— Mauricio es de todos. Es de todos los militantes del PRO y es una figura que todo Juntos por el Cambio tiene que cuidar. Así que Mauricio tiene que trabajar para el conjunto, para esta gran coalición que hemos logrado mantener. Yo no quiero pedirle nada. Sí quiero que me apoye como presidenta del PRO porque es importante abrir estos caminos para armar las mesas de Juntos por el Cambio en cada lugar, para que cada grupo priorice lo social y no lo interno. Esa es la tarea de este año y en eso sí quiero que me ayude.
— ¿Le cree a Macri cuando asegura que él no va a competir para la Presidencia en 2023?
— Nadie tiene que hablar de la Presidencia en el 2023 y él tampoco. Mauricio está en una tarea de tratar de comprender profundamente, y eso lo ha hecho: leí su libro por segunda vez para comprender qué cosas hay que hacer distintas para que no vuelva a suceder lo que nos sucedió. No creo que él esté pensando en el 2023.
— ¿Cómo debería ampliarse Juntos por el Cambio para ganar las próximas elecciones? Usted apunta al voto liberal mediante un acuerdo con Javier Milei, mientras que Rodríguez Larreta prefiere sumar a sectores del peronismo y disputar el centro.
— Cuando hay peronistas que tienen las ideas claras, Juntos por el Cambio los tiene que ir a buscar, como fue el caso de Miguel Ángel Pichetto. Una cosa no es contradictoria con la otra. Y también aquellos que hoy han abierto el espacio de jóvenes libertarios, que me parece importante, hay que buscarlos. Nuestra principal tarea hoy no es entre dirigentes sino en la construcción de una confianza social. Una confianza social que nos mide todos los días. En cada paso que das, cada momento, cada declaración, tenés 10 millones de personas que te están midiendo. Es impresionante, yo nunca vi un monitoreo social tan fuerte sobre la dirigencia, cómo leen cada letra del contrato como si hubiéramos escrito en esta elección una Constitución con la gente. Y nos dicen: “No se aparten un milímetro de esa Constitución”. Y eso se nota, cada persona con la que te cruzás en cada lugar te dice: “Vayan por el camino que nosotros votamos, no se aparten de ahí”. Entonces esa es la principal tarea. Y ahí nos encontraremos con libertarios, con... Pero los que se encuentren tienen que estar en ese camino. El que sale de ese camino genera problemas porque por ahí se van, votan en contra, terminan entrando por Juntos por el Cambio y yéndose. Ese compromiso, ese contrato que hemos sellado con millones de argentinos, es nuestro camino para el 2022.
— ¿En este armado usted hace poco incluyó a Sergio Berni? ¿Lo ve dentro de Juntos por el Cambio?
— No lo incluí. Una vez me dijeron que Sergio Berni quería venir a Juntos por el Cambio y dije que me parecía raro. Berni es parte de este gobierno, así que no es un tema para definir ni para conversar. Él es parte de un gobierno que no está ayudando al progreso de Argentina. Así que no lo veo tomando decisiones. Y, además, hay muchas cosas que todavía hay que analizar con las personas que el día de mañana puedan querer sumarse a Juntos por el Cambio. Necesitamos gente muy convencida sobre lo que queremos hacer.
— ¿Le preocupa que el radicalismo, a partir de la incorporación de Facundo Manes como figura del partido, tenga un papel más protagónico en Juntos por el Cambio y que le dispute al PRO la candidatura presidencial?
— Al revés, es muy importante que el radicalismo crezca porque crecemos todos ya que es parte de nuestra coalición. Estoy muy contenta de que el radicalismo se revitalice. Me parece muy importante para Juntos por el Cambio.
— ¿No le importa que les quieran disputar a ustedes la candidatura presidencial?
— Es algo lógico. Cualquier partido dentro de una coalición va a querer poner su candidato a Presidente. No se puede ir contra la lógica. ¿Por qué no van a querer hacerlo? Cuando uno juega el partido de la semifinal es una PASO y después está la final, que es contra el otro equipo, la verdadera pelea. Pero en esa semifinal van a quedar seguramente los mejores y ojalá el radicalismo compita con fuerza porque nos ayuda a todos.
— Entre las idas y venidas con el Gobierno por la reunión con Martín Guzmán, Morales dijo: “Hay quienes quieren dentro de nuestro espacio que explote todo”. Esto se interpretó claramente como una alusión a Macri y a usted. ¿Es así, quiere que explote todo?
— No lo sentí como una alusión hacia mí ni hacia Macri. Yo no quiero que explote nada. Cuando ha tenido explosiones, la Argentina ha salido mal y los argentinos hemos perdido mucho. No es bueno para nadie.
— Usted dijo en estos días que en 2019 habían perdido las elecciones porque “guardaron ideas en el placard”. ¿Qué ideas guardaron y por qué lo hicieron?
— Muchas cosas fueron producto de un análisis de que teníamos que tener más poder político y pusimos mucho esfuerzo en ganar las elecciones del 2017. Y cuando miramos para atrás, en esos dos años nos faltaban hacer reformas como, por ejemplo, una reforma social. Mantuvimos una política social muy similar a la que había y eso no contribuyó al cambio cultural que necesitábamos hacer. También nos faltó avanzar sobre cambios laborales que permitiesen que el 40% de los que trabajaban en la informalidad pudieran entrar al mercado. Entonces nos faltaron cosas, quizá con la idea de que se iban a hacer después de la elección para tener más poder político. Y el poder político es el que uno tiene cuando gana una elección y después el que tiene con el apoyo de la sociedad.
— ¿Está dispuesta a hacer una reforma laboral? ¿Hay que eliminar las indemnizaciones por despido?
— Estamos trabajando sobre cambios laborales que ayuden al empleo para que pueda haber más facilidad para contratar y para conseguir trabajo. Para eso necesitamos una serie de medidas que van desde la facilitación para los emprendimientos hasta para la contratación. Las indemnizaciones pueden ir a una cuenta para que los empresarios no tengan que vender los negocios para pagarlas. Un sistema que no anula la indemnización sino que la cuotifica. Esos cambios los vamos a hacer porque son necesarios en la Argentina. Sabemos que va a haber oposición, pero estamos dispuestos a dar esa pelea. Y la gente, cuando vea que tiene empleo, que tiene un sueldo que le permite empezar a cumplir su sueño, va a apoyar fuertemente los cambios que vamos a hacer.
— ¿Cómo se logran esos cambios laborales? ¿Negociando o enfrentando al establishment sindical?
— Todo aquel que quiera ayudar y que entienda que hay que llevar a la realidad los cambios es bienvenido. Nadie en el privilegio de tener cada vez menos trabajadores en blanco, pero los sindicatos con dinero y trabajadores cada vez hay menos sindicalizados. Así ningún sindicato gana. No tenemos una ideología antisindical. Lo que queremos es un cambio porque son los que hacen a este gran sueño del país de clase media que queremos para la Argentina. Es el proyecto del PRO y de Juntos por el Cambio.
— ¿Un gobierno de Juntos por el Cambio debe impulsar cambios mediante una política más gradualista, como sucedió en la gestión de Macri, o con decisiones rápidas y a fondo?
— A fondo, no tengo la menor duda. Hay que mostrar todas las cartas, todos los cambios, en el primer momento. El pacto federal que hay que hacer. Los impuestos que hay que derogar a nivel nacional, provincial y municipal. Las reglas que traban que la Argentina funcione. Los costos logísticos que son carísimos para poder ser competitivos. Un plan concreto de qué vas a hacer con empresas públicas que sólo tienen déficit. Todo eso lo tenés que presentar de entrada. Y jugar con fuerza.
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