Anoche el presidente Alberto Fernández ya tenía escrito el discurso que grabó durante las primeras horas de la mañana en la Quinta de Olivos. Tenía la certeza, según lo que le había comunicado el ministro de Economía, Martín Guzmán, que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional ya era un hecho.
Con el escenario más claro por delante, luego de una jornada de intensas y tensas negociaciones, Fernández armó un discurso corto y directo en el que buscó ser moderado en la crítica a la oposición y marcar un horizonte positivo en el camino hacia el futuro económico de la Argentina.
“Buscamos moderación y responsabilidad. Sin exitismo. Es un paso más, el acuerdo posible”, resaltaron desde el entorno del Presidente luego de la emisión del discurso. Fernández escribió el discurso en soledad pero siempre asesorado por su círculo más chico de confianza.
Ese mismo equipo es el que se hizo presente este viernes en la residencia presidencial de Olivos. Hasta allí llegaron el canciller, Santiago Cafiero; el secretario presidencial, Julio Vitobello; el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; la Portavoz, Gabriela Cerrutti; y los ministros de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, y Obras Públicas, Gabriel Katopodis.
Las críticas a Juntos por el Cambio llovieron en forma permanente durante las negociaciones, pero ahora es el momento de dar una señal de tranquilidad para poder aprobar la ley de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública en el Congreso durante los próximos días.
Guzmán dejó en claro durante su conferencia de prensa que es importante el acompañamiento de la oposición. De esas negociaciones se tendrá que encargar Sergio Massa, luego de que en el final del año la relación con el bloque mayoritario de la oposición hayan quedado muy dañadas por la caída del Presupuesto 2022.
La primera señal opositora la dio el senador radical Alfredo Cornejo. “Todo lo que lleve a acordar con los organismos internacionales es una buena noticia. Se podría haber evitado un año de angustia pero la obsesión por el relato del kirchnerismo nos perjudicó a todos. Ahora tenemos que ver la letra chica del acuerdo”. El mendocino, siempre crítico, celebró el acuerdo.
En el Gobierno sienten que este 28 de enero se produjo un quiebre en la gestión política y económica del Frente de Todos. Y en la Argentina. Es un ante y un después haber logrado el acuerdo con el FMI, luego de lo que fueron, según definió Guzmán, “negociaciones durísimas” con el organismo internacional.
Guzmán fue el encargado de complementar el discurso que Fernández realizó en la Quinta de Olivos. Lo hizo desde el ministerio de Economía, junto al Jefe de Gabinete, Juan Manzur, contando los detalles del programa que se acordó con el FMI y repasando cómo fue la negociación durante los últimos meses.
“El Presidente mantuvo el rumbo, la tranquilidad, la capacidad de negociar con toda la fuerza y la lucidez defendiendo nuestros intereses”, sostuvo el ministro de Hacienda, dejando a la luz el respaldo absoluto que Fernández le dio durante el largo recorrido que tuvo la negociación.
En Olivos reinaba un clima de satisfacción y conformidad luego del anuncio presidencial y el acuerdo alcanzado. Y salió desde ese riñón político un concepto claro respecto a la importancia del final de la negociación. “Este acuerdo sin ajustes permite planificar la etapa que viene. Es una nueva etapa en la Argentina”.
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