Química Rame finalmente pudo reabrir sus puertas este lunes luego de casi un mes en que estuvo cerrada. La empresa de Villa Luzuriaga había tenido que bajar las persianas el 6 de enero pasado por un bloqueo sindical que le impidió trabajar durante 10 días y que, según sus dueños, ocasionó una pérdida estimada en más de 70 millones de pesos de lucro cesante.
La protesta fue dispuesta por el reclamo del Sindicato de Químicos de Avellaneda para disputarle al Sindicato de Químicos del Conurbano Sudoeste la afiliación de 10 de los 29 empleados de la empresa. La primera organización gremial, liderada por Facundo Aveiro, negó que hubiera bloqueado Química Rame y aseguró que los trabajadores estaban afiliados a su sindicato. La otra entidad, que encabeza Jorge Romero, consideró que sí hubo un bloqueo y denunció que “esta gente (por Aveiro) roba afiliados de otros gremios”.
En la vuelta a la actividad fue considerado clave el apoyo de la Municipalidad de La Matanza, encabezada por Fernando Espinoza, que se puso a disposición de la empresa, que desde hace 30 años se dedica a la comercialización y a la fabricación de productos químicos.
Luego del bloqueo, el dueño de Química Rame, Walter Cividino, despidió a los 10 trabajadores que protagonizaron la medida de fuerza y por eso este lunes, cuando reabrió la empresa, sólo 19 empleados cumplían sus tareas. En la compañía están entrevistando postulantes para ocupar las 10 vacantes, pero buscan que se afilien al Sindicato de Químicos del Conurbano Sudoeste y no al de Aveiro.
Florencia Arietto, abogada de la empresa, dijo: “Estamos muy contentos de poder volver a abrir”. Y agregó: “Luego de cerrar por la extorsión del sindicato de Avellaneda, creíamos que no teníamos opción, pero pudimos firmar un convenio por empresa con el sindicato histórico de Monte Grande y con el respaldo de la Federación de Trabajadores Químicos y Petroquímicos logramos volver a operar”.
“La causa penal sigue avanzando y llegaremos hasta las últimas consecuencias porque damos trabajo y fuimos tratados como delincuentes. Increíble en un país con 50 % de pobreza -sostuvo Arietto-. Por suerte se impuso la ley y la razonabilidad”.
Por su parte, Aveiro dijo que “abrir la fábrica sin solucionar los problemas de los trabajadores no es algo que sirva” y afirmó: “Abrieron la fábrica para hacer show, pero los problemas de fondo no fueron resueltos y la Federación de Trabajadores Químicos y Petroquímicos no quiere y no quiso resolver todo lo ateniente a la dignidad de los trabajadores. La empresa nos reconoció por escrito que dicha entidad no posee afiliados ahí. El sindicato se abocará a resolver esos problemas por medio de los mecanismos institucionales”.
Mariano Lizardo, el abogado del sindicato de Aveiro, interpretó que no hubo una reapertura de la empresa: “En realidad, reabrieron después de darle vacaciones al personal. Nunca estuvo cerrada y nunca estuvo bloqueada. Ni la justicia penal ni el Ministerio de Trabajo se expidieron, por lo que no hay ningún trabajador ni delegado imputado en ninguna causa por el bloqueo”.
Para Arietto, en cambio, más allá de presentar la denuncia por el bloqueo, que es coacción, privación ilegítima de la libertad, turbación de la propiedad, tentativa de extorsión y todos los delitos penales cuando se comete una medida de este tipo, la empresa presentó la figura del particular damnificado, “que es acreditar ante el fiscal y el juez -resaltó- que somos víctimas de ese delito”, por lo que “ahora hay que identificar a los autores y determinar el rol de cada uno para avanzar en las indagatorias, en el juicio oral y en una eventual condena”.
El componente político de esta pelea, curiosamente, quedó restringido a los abogados de la empresa y de uno de los sindicatos: Arietto es dirigente del PRO, alineada con Patricia Bullrich, mientras que Lizardo se desempeña como asesor legal de la familia presidencial en la causa de la fiesta de la Quinta de Olivos y es muy cercano a Alberto Fernández.
En la Federación de Trabajadores Químicos y Petroquímicos (FATIQYP), cuyo titular es Fabián Hermoso, destacaron la importancia de defender los empleos de la empresa. “Celebramos la reapertura de la planta de RAME -dijo Mónica Rodríguez, una de sus dirigentes-. Es una excelente noticia para los trabajadores. Se ha evitado el cierre de una fuente de trabajo”. Añadió: “Hay empresarios que creen en el país, que invierten en la Argentina y tienen vocación industrial. Por eso decimos que como federación vamos a defender siempre el salario del trabajador, pero nunca vamos a participar de conflictos vinculados a internas gremiales sometiendo a las pymes a una irracionalidad que nada tiene que ver con los derechos de los trabajadores”.
Sergio Arévalo, miembro del secretariado nacional de la FATIQYP, destacó que la “alegría” de la organización sindical por “haber participado de la reapertura de una fábrica que tiene larga tradición en la industria química” y advirtió: “Estuvimos a punto de perderla por responsabilidad de quienes se llaman dirigentes, pero que sólo persiguen un interés propio que no es el interés de los trabajadores. En RAME todos los trabajadores estarán en blanco y sujetos al convenio colectivo de nuestra actividad”.
El convenio colectivo de trabajo firmado por Química Rame y la Federación de Trabajadores Químicos y Petroquímicos fue presentado en el Ministerio de Trabajo para su homologación. Para Rodríguez, “esto nos permite poner claridad respecto de quién tiene la representación del sector” y expresó: “Ojalá que de esta manera evitemos que los aventureros que paran fábricas para disputar afiliaciones terminen con esa práctica que, en este contexto del país, resulta tan innecesaria e irracional”.
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