Alberto Fernández ensaya una nueva estrategia de comunicación y resalta el vínculo con los miembros más cercanos de su Gabinete

Tras las internas desatadas con La Cámpora por el affaire Volnovich, se muestra con los más cercanos, con quienes mantenía reuniones diarias desde el comienzo de la gestión pero sin publicarlas. Sienta las bases para el segundo tramo de la gestión, que comenzará formalmente con el acuerdo -o no- con el FMI

Alberto Fernández y Vilma Ibarra en Olivos

Una vez más, en medio de internas en el Gobierno, y en el último tramo de las negociaciones con el FMI, el presidente Alberto Fernández busca renovar su estilo de comunicación. Apela, en esta ocasión, a la exhibición de reuniones con los miembros más estrechos de su Gabinete, en lugar difundir sólo actos formales y discursos. Además, creará una nueva unidad de difusión digital, que está en proceso de diseño. Mientras las diferencias en el Frente de Todos continúan, pasada la crisis política posterior a las elecciones, la Casa Rosada prepara las bases de difusión para el segundo tramo de la gestión, cuyo arranque “definitivo” estará marcado por el cierre de los diálogos por la deuda externa.

Las fotos que publicó en los últimos días en redes sociales muestran al primer mandatario en reuniones bilaterales con miembros de su círculo más cercano. El canciller -y ex jefe de Gabinete-, Santiago Cafiero; la ministra de Salud, Carla Vizzotti; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra y la portavoz Gabriela Cerruti. Las cinco imágenes lo exhibieron sin traje -un hecho inusual en la imagen de Alberto Fernández- y en la intimidad de su despacho. Son puestas en escena distintas de lo habitual.

En la Casa Rosada dijeron que las fotos son parte de una nueva estrategia orientada a “ordenar” la comunicación “hacia adentro y hacia afuera” luego de un segundo semestre agitado por la salida del secretario de Comunicación y Prensa, Juan Pablo Biondi. Después de su eyección a instancias de Cristina Kirchner, Alberto Fernández creó un nuevo organismo dentro del gobierno nacional, con rango de ministerio, y designó a como Portavoz a la exdiputada Gabriela Cerruti, que se había desempeñado históricamente como periodista. En lugar de Biondi ubicó a Juan Ross, abogado que antes ocupaba el cargo de Director nacional de Publicidad Oficial de la Secretaría de Medios y Comunicación Pública.

El Presidente con Julio Vitobello

Desde entonces hubo varios cambios internos, pero no se había establecido una nueva estrategia de comunicación visible. En el Gobierno aseguraron que los últimos movimientos también se debieron a una reacción ante los insistentes pedidos de periodistas sobre la -muchas veces- misteriosa agenda del Presidente. “Estamos tratando de ordenar la comunicación hacia adentro y hacia afuera. Es su agenda normal de trabajo, pero como preguntan tanto qué hace, lo vamos a ir comunicando”, dijeron en Balcarce 50. Y resaltaron que Alberto Fernández trabaja “desde muy temprano a la mañana hasta tarde en la noche”.

La nueva imagen del Presidente lo mostrará más distendido, mano a mano con sus secretarios y ministros, en la intimidad de Olivos o bien en Gobierno. Hasta ahora, las piezas que se publicaban estaban constituidas principalmente por actos o fragmentos de discursos; o bien eran réplicas de las expresiones o actividades de otros funcionarios. Aquellas que lo mostraban en reuniones, en general en la Casa Rosada, eran con motivo de algún anuncio específico.

Las fotos del nuevo estilo coinciden con el aislamiento voluntario del Presidente tras descubrir su contacto estrecho con una moza de Olivos que obtuvo un resultado positivo en un test por COVID-19. Sin embargo, en el Gobierno aseguraron que la idea venía desde antes y recordaron que el lunes estuvo en su despacho en la Casa Rosada y hubo una escenificación en esa línea.

Con Cafiero discutieron, apenas el canciller llegó al país, sobre su visita relámpago a Estados Unidos; con Vitobello definieron la agenda para los próximos días; con Vizzotti respecto del avance de la pandemia y el plan de vacunación; con Cerruti ultimaron detalles comunicacionales del viaje previsto para los primeros días de febrero a Rusia -aseguran que se mantiene a pesar del conflicto por el terrorista iraní Mohsen Rezai- y a China -; y con Ibarra hablaron sobre el temario de las sesiones Extraordinarias en el Congreso -que finalmente incluirá el tratamiento del proyecto para modificar el Consejo de la Magistratura.

También se está ideando la creación de una unidad de comunicación estratégica digital, cuyos lineamientos y liderazgos aún no fueron definidos. Hay descontento con el modo en que funcionan los canales oficiales, y quieren renovarlos y re-orientarlos.

Las nuevas definiciones se enmarcan en el intento de fortalecimiento de la figura de Alberto Fernández y su círculo más estrecho. El Presidente se mostró rodeado de los suyos en medio de las internas desatadas con el kirchnerismo por el caso del viaje de Luana Volnovich -donde el Presidente no pudo actuar frente al error de la titular del PAMI y su segundo en el cargo, Martín Rodríguez-, que fueron precedidas por una serie de cruces por distintos temas, entre ellos el arreglo por la deuda, que en el Gobierno califican como “matices”. Sin embargo, continúa la histórica reticencia de Alberto Fernández a crear una fuerza “albertista” y apuestan a “la unidad” a pesar de las diferencias.

En el Gobierno también enmarcaron la nueva decisión en la necesidad de mostrar al titular del Ejecutivo activo y firme durante la negociación con el FMI, que se encuentra en el tramo final entre tensiones con el staff del organismo en contexto económico interno sacudido por la vertiginosa suba del dólar y la desconfianza de los mercados sobre la posibilidad de que no se llegue a un acuerdo y el país caiga en default en marzo. Cerca del vencimiento del 28 de enero, para los próximos días se espera una seguidilla de encuentros y conversaciones del Presidente, por ese tema, con el equipo económico, que acaba de mantener una serie de diálogos tensos con el staff del Fondo con el “sendero fiscal” como principal punto de discordancia.

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