Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta tendrán su reunión cumbre el sábado próximo, lejos de las cámaras y los periodistas. Y, además, muy lejos de la Ciudad de Buenos Aires: ambos están de vacaciones en el exclusivo country Cumelén, ubicado en Villa La Angostura, Neuquén.
El ex presidente está instalado allí con su familia desde el 15 de diciembre, mientras que el jefe de Gobierno llegó este martes con su hija menor para pasar seis días de vacaciones en la casa de su amigo Luis “Toto” Caputo, ex ministro de Finanzas y titular del Banco Central del gobierno de Cambiemos (Macri conoció ese paradisíaco lugar en 2011 y se alojó en el mismo lugar que Larreta ahora).
A orillas del Nahuel Huapi, no habrá testigos indiscretos para una charla que se debían. Ese tipo de encuentros, a solas, suelen realizarse antes de instancias importantes para el PRO o para Juntos por el Cambio. Así sucedió el 25 de junio pasado, en la casa de Macri en Acassuso, cuando el ex mandatario y Rodríguez Larreta discrepaban sobre las candidaturas porteña y bonaerense. Finalmente, el ex jefe del Estado viajó al día siguiente a Europa, donde se quedó 43 días, y el alcalde porteño logró que las listas fueran encabezadas por sus postulantes, María Eugenia Vidal y Diego Santilli.
Este también es un momento definitorio. Larreta lanzó esta semana una Mesa Nacional para apuntalar su candidatura presidencial, en donde están Diego Santilli, Jorge Macri y Cristian Ritondo (y podría sumarse Emilio Monzó). Macri dio señales concretas de que no se presentará como candidato (“No me anoto en ninguna carrera para ser presidente en 2023”, dijo hace un mes), aunque está en duda su neutralidad: “Sostengamos a Patricia (Bulllrich). Es muy importante que llegue con posibilidades a 2023″, les pidió en privado a dirigentes del PRO.
El jefe de Gobierno viene levantando su habitual perfil bajo. No deja de opinar sobre cada decisión de la Casa Rosada vinculada con temas importantes y el fin de semana pasado brindó entrevistas a tres medios nacionales (entre ellos, Infobae), aunque en ninguna hizo una revelación ni quiso confirmar o dar detalles de lo que todo el mundo sabe: que el año próximo disputará la Presidencia.
Rodríguez Larreta y sus armadores políticos, coordinados por Santilli, comenzarán un fuerte trabajo territorial en todo el país para afianzar sus alianzas y lograr comprometer a líderes provinciales en el proyecto “Horacio Presidente”. Lo mismo se propone hacer Bullrich. A Macri le preocupa que esos movimientos exacerben las diferencias internas y precipiten nuevas tensiones.
El ex presidente no pierde ninguna oportunidad de sostener, en público y en privado, que la unidad es un valor que no debe estar en discusión en la coalición opositora. En una entrevista destacó que en Juntos por el Cambio lograron mantener la unidad “aun después de una derrota” (en referencia al 2019), algo que “nunca había sucedido en la Argentina”. Lo mismo dicen tanto Rodríguez Larreta como Bullrich, aunque la competencia para 2023 ya comenzó de manera extraoficial.
Las elecciones presidenciales del año próximo será uno de los temas principales en el diálogo entre Macri y Rodríguez Larreta, pero no el único. Además de hablar sobre una eventual tregua en Juntos por el Cambio para impedir las peleas internas, el jefe de Gobierno le plantearía lo que habló la semana pasada con el titular de la UCR, Gerardo Morales: reducir la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, que se renovó pero sigue teniendo 20 integrantes, para hacerla más ejecutiva.
La agenda de actividades previstas en JxC también estará en la charla de Cumelén: el 17 y 18 de febrero se realizará en Santa Fe el primer encuentro nacional de legisladores del espacio, con la idea de coordinar una estrategia parlamentaria para superar los problemas que ocasiona, por ejemplo, tener actualmente 10 sub-bloques en la Cámara de Diputados.
Macri y Rodríguez Larreta, además, analizarán la situación política y económica en medio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y luego de que el Gobierno hiciera fracasar el encuentro de la oposición con el ministro de Economía, Martín Guzmán.
El jefe de Gobierno regresará el lunes próximo a la ciudad de Buenos Aires. El ex presidente, a fin de mes. Si no se ponen de acuerdo en Cumelén, se perfila una interna opositora que puede ponerse al rojo vivo. Sus allegados son optimistas. A orillas del Nahuel Huapi nada puede salir mal.
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