En los despachos más relevantes de la Casa Rosada respiraban con alivio después de una semana de graves fallas en el endeble sistema de electricidad por la ola de calor, que en el peor momento llegó a dejar sin energía a más de 700 mil personas y provocó un fuerte malestar social. A pesar de la restitución de las fallas del viernes, aún había aún miles de personas sin luz y con problemas en el suministro de agua. Pero en el Gobierno decían a última hora del viernes que los cortes eran “puntuales” e “intermitentes”. “Lo peor ya pasó”, dijeron a Infobae en Balcarce 50.
El factor climático y estacional era ayer el principal dato que manejaban en el Gobierno. Abrazaban con expectativa la baja de las temperaturas en los próximos días, previstas para el sábado y el domingo según el Servicio Meteorológico Nacional. También esperaban que se relajara el tensionado sistema por el freno de la actividad industrial durante el fin de semana, que implica siempre una disminución en el consumo energético.
Sin embargo, en las redes sociales, muchos vecinos del AMBA insistían sobre la persistencia de los cortes de luz y agua. En el Gobierno admitieron que seguían los problemas, pero señalaron que la envergadura era menor que en los picos de calor y uso de energía más fuertes de la semana y aseguraron que se trata de cortes “habituales” para esta época. Al cierre de esta edición, no había respuesta de parte del Ente Nacional de Regulación de la Electricidad (ENRE) sobre la cantidad de hogares que permanecían sin servicio.
En el oficialismo atribuyeron los graves problemas energéticos de la semana a dos factores. Por un lado, a la generación de energía, que según los cálculos de los primeros días de la semana no alcanzaría para abastecer la demanda de las viviendas particulares y la industria. Es por ese motivo que el Gobierno le pidió, el jueves, a los dirigentes empresariales de las principales industrias que disminuyeran el consumo. Aunque se trató de una recomendación y no de una obligación, las compañías respondieron “bastante bien”, dijeron en la Casa Rosada de acuerdo a los gráficos sobre el consumo energético que proveía la Secretaría del área y que observaban en tiempo real.
Para paliar la crisis, también se le dio asueto a los empleados estatales, una medida insólita e inédita que generó dardos entre los propios. El titular de ATE, Daniel “Tano” Catalano, llamó a “estatizar Edesur y Edenor” y dijo que “estamos pagando una torta de plata en base a un servicio que termina siendo una porquería”. Desde el albertismo señalaron, tajantes, que no están pensando en estatizar. “Ese no es el estilo de Alberto”, dijo una alta fuente de la Casa Rosada.
El otro factor problemático en la ola de calor era la distribución, y en el Ejecutivo atribuyeron a ese motivo los cortes de mayor alcance. En particular, aquellos desatados, según el ENRE, por los incendios y cortocircuitos registrados en torres de alta tensión, tanto el miércoles como el viernes, por el pico en la curva de la demanda e irregularidades en las conexiones.
El primero fue el más grave, y afectó a 700 mil usuarios. Además, demoró una tarde entera en restablecer el servicio, y terminó afectando el suministro de agua que provee AySA, cuyos mecanismos son electrodependientes. El segundo, registrado el viernes en las primeras horas de la tarde, duró “menos de veinte minutos”, juraron en el Gobierno, y dejó sin energía a 150 mil hogares entre Echeverría y Ezeiza, en el conurbano bonaerense.
La Casa Rosada evalúa, para evitar las repetidas suspensiones en el suministro -que afectan la vida cotidiana de los vecinos, pero también el sistema de salud y la economía- avanzar con multas contra las empresas concesionarias del servicio, Edenor y Edesur, y revisar las inversiones de parte de esas compañías. Señalan que a pesar de que las tarifas se mantienen estables, “siguen recibiendo subsidios del Estado”, y las responsabilizan por las fallas. Sin embargo, no brindaron definiciones concretas al respecto.
Mientras tanto, desde la oposición continuaban en escalada las críticas por los históricos problemas en el sistema, que atribuían a problemas profundos en el sistema derivados de la falta de inversión. Desde Juntos por el Cambio reivindicaban las políticas del ex ministro de Energía, Juan José Aranguren, muy cuestionado durante su gestión por la fuerte suba de tarifas que implementó entre 2015 y 2018.
Ayer, el propio ex funcionario de Mauricio Macri salió a defender aquellas medidas y limitó sus “errores” a la política comunicacional que condujo en aquel contexto. Al mismo tiempo, cuestionó la estrategia de subsidios del kirchnerismo y diagnosticó que “el sistema falla por falta de inversión”, a contramano de las justificaciones sobre fallas puntuales que esgrimió la administración de Alberto Fernández. Por último, adelantó que los problemas continuarán cada verano en caso de que no se produzcan reformas profundas.
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