Por las restricciones sanitarias de coronavirus, vigentes desde hace dos años, decenas de barcos privados argentinos permanecen amarrados sin poder regresar a Argentina desde Punta del Este. El inconveniente llamó la atención del presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, quien esta mañana pasó por el lugar y fue abordado por un grupo de turistas argentinos, que celebraron la visita del mandatario e incluso uno de ellos le pidió: “Venga a gobernar la Argentina”.
Vestido con ropa deportiva, y una mochila, Lacalle Pou se acercó este viernes junto a su esposa, Lorena Ponce de León, a la embaración “Black Beauty” en el puerto de Punta del Este, que partió rumbo a la isla de Lobos. El despliegue institucional no fue menor: lo acompañó intendente de Maldonado, Enrique Antía, y el ministro de Turismo, Tabaré Viera, entre otras autoridades del gobierno nacional y departamental.
Toda la secuencia quedó registrada con cámaras y fue publicada por el diario El País de Uruguay. “Presidente, somos argentinos, queremos sacarnos una foto con usted”, señaló uno de los visitantes que estaba en el muelle. Luego de las tomas, quien le pidió la imagen agregó: “Felicitaciones, venga a gobernar la Argentina”, disparó, lo que ocasionó algunas risas entre los presentes.
Lacalle Pou emitió hoy un decreto que habilitó el ingreso a Uruguay de los residentes que viajen en vehículos particulares, aunque tengan COVID. Tras esa novedad, se presentó en el Puerto de Maldonado para realizar un viaje a la Isla de Lobos, en el marco de un proyecto de promoción turística que impulsa el municipio. La isla es un destino reconocido internacionalmente por su ecosistema y tiene la peculiaridad que los visitantes pueden acercarse a los lobos marinos.
Según supo Infobae, el mandatario uruguayo quiso interiorizarse en las dificultades con las trabas burocráticas que hay en el transporte fluvial para quienes viajan a Uruguay, desde Argentina, con sus barcos privados.
Los turistas pueden trasladarse hasta Uruguay en buques comerciales, en sus autos, en micro y aviones, cumpliendo con los requisitos sanitarios. Sin embargo, aquellos que decidieron vacacionar por sus propios medios, con sus embarcaciones, tienen algunas trabas burocráticas para volver por el mismo medio.
El problema surgió porque en los puertos de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, donde deben amarrar las embarcaciones privadas, no fueron habilitados como “corredores seguros” que a la fecha siguen siendo los únicos puntos de entrada al país. Se trata de los aeropuertos, puertos y pasos fronterizos que se rehabilitaron paulatinamente desde fines del año pasado, cuando arrancó la flexibilización de las fronteras.
La solución para que las embarcaciones puedan regresar depende de que los gobiernos bonaerense y porteño “presenten los protocolos de corredores seguros para verificación de las exigencias sanitarias aplicables para el ingreso al país”. “La voluntad está para que se resuelva”, señalaron desde la cartera sanitaria.
La visita presidencial de Lacalle Pou se produce en este contexto, con decenas de embarcaciones amarradas en Punta del Este. El puerto esteño se maneja por reservas, que deben ser acompañadas con su pago total previo. El propietario del barco reserva una boya o un amarre a muelle entre una fecha de llegada y otra de salida.
En una situación de demanda alta por la temporada, fuentes uruguayas señalaron a este medio que siempre hay una lista de espera. Este esquema es una complicación para los turistas y visitantes argentinos, en la medida que no tengan una autorización para regresar al país. Además, se espera una mayor congestión hacia el fin de semana, ya que habrá una zarpada de la flota de veleros que participarán de la clásica prueba Rolex organizada por el Yacht Club Argentino y el Yacht Club Punta del Este.
Hasta tanto no se libren los permisos, las embarcaciones tendrán que atracar en otros puntos, sea en la misma ciudad balnearia o “en Piriápolis, en el puerto del Buceo de Montevideo, o en los puertos de Colonia”, dijo anoche una autoridad portuaria consultada por este medio.
El puerto cuenta con un total de 541 amarras, de las cuales 444 son a muelle y otras 97 a borneo, es decir, el amarre a una boya. Su capacidad en verano se ve colmada por la llegada de embarcaciones de distintas partes del mundo.
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