La presencia del iraní Mohsen Rezai en la ceremonia de asunción del dictador Daniel Ortega en Nicaragua generó fuertes tensiones diplomáticas para el gobierno de Alberto Fernández.
En un primer momento, el embajador argentino Daniel Capitanich -que participó del acto- no presentó ningún tipo de protesta formal ni denunció a Rezai, uno de los principales acusados por el atentado de la AMIA en 1994. La Cancillería argumentó que el funcionario desconocía que Rezai iba a estar en Managua y por eso no actuó. Sin embargo, luego el Gobierno terminó dirigiendo una nota de protesta al régimen de Ortega para que colabore con la detención del iraní.
Rezai se desempeñó desde 1997 como secretario del Consejo de Discernimiento de los Altos Intereses del Régimen. Pero antes fue uno de los jefes de la poderosa Guardia Revolucionaria durante 16 años, período que incluyó tanto el ataque a la AMIA como al de la Embajada De Israel, en 1992. Fue implicado en este atentado -en el que 22 personas murieron y 242 resultaron heridas- por su propio hijo, Ahmad, quien en 1998 desertó a los Estados Unidos y pidió asilo político.
El ex jefe de la Guardia Revolucionaria es un economista graduado en la Universidad de Teherán que siempre se ha caracterizado por sus posturas extremistas.
En febrero de 2020, Rezai aseguró en un canal de televisión del Líbano que el gobierno iraní estaba buscando un pretexto para “arrasar Tel Aviv hasta los cimientos”.
“Seguramente arrasaríamos Tel Aviv hasta los cimientos. Hemos estado buscando ese pretexto. Si Estados Unidos hace algo, podemos usarlo como pretexto para atacar a Israel”, dijo al canal al-Mayadeen, vinculado a la organización terrorista Hezbollah.
Según Rezai, por aquel entonces Irán buscaba una excusa para atacar Israel porque denunciaba que había participado -aportando datos de inteligencia- de la muerte del general Qassem Soleimani. El convoy en el que se dirigía hacia Bagdad había sido bombardeado por un drone norteamericano un mes antes.
“Fueron los israelíes quienes informaron sobre el viaje del mártir Soleimani de Damasco a Bagdad. Estábamos esperando que los estadounidenses nos dieran un pretexto para atacar Tel Aviv, al igual que atacamos a Ain al-Asad, e Irak”, continuó.
Al analizar la situación en Medio Oriente, el ex comandante de la Guardia Revolucionaria analizó por aquel entonces que Estados Unidos vería debilitada su posición internacional durante los diez años siguientes.
“Si no abandona la región por completo, se debilitará mucho. Tan pronto como el pueblo saudita y los pueblos del Golfo Pérsico sientan que Estados Unidos ya no es lo que solía ser, habrá una revolución y será seguida por revoluciones en los demás países”, concluyó durante esa entrevista.
“La República Argentina expresa su más enérgica condena a la presencia de Mohsen Rezai en el acto de toma de posesión del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega”, dice el comunicado que publicó recién este martes por la mañana la Cancillería a cargo de Santiago Cafiero.
Curiosamente, Nicaragua forma parte de Interpol pero no detectó o no quiso ordenar su detención cuando Rezai ingresó a ese país.
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