La asunción de Daniel Ortega en Nicaragua sigue complicando a la Argentina. No sólo porque no cuestionó el proceso de encarcelamiento de opositores que llevó adelante el gobierno reelecto, sino que ahora participó de la ceremonia de asunción en donde estuvieron presentes buena parte de lo que se podría denominar el nuevo “eje del mal” para los países centrales: Venezuela, Cuba e Irán.
Pero no sólo la presencia del embajador argentino, Daniel Capitanich, en el país centroamericano –que a mostrado poco apego a las convenciones democráticas en el proceso electoral encarcelando opositores– le trae problemas a la Cancillería argentina: el embajador participó de la fiesta de asunción junto a funcionarios iraníes acusados en la Argentina de haber participado del atentado a la AMIA.
Daniel Capitanich compartió escenario con Mohsen Rezai, actual vicepresidente de Asuntos Económicos de la República Islámica de Irán, y acusado en nuestro país como autor ideológico del atentado que ocurrió en 1994.
“Ante la presencia cómplice de nuestra cancillería en el acto en el que se encontraba presente oficialmente el acusado por nuestra justicia por el atentado a la AMIA con pedido de captura internacional, estaremos presentando un pedido de interpelación urgente al canciller Santiago Cafiero”, anunció en sus redes sociales el diputado del PRO, Waldo Wolff.
“Nuestros aliados reunidos con un acusado del atentado a la AMIA con alerta roja. Nuestro gobierno asiste con silencio cómplice. Imperdonable. Un iraní acusado del atentado a la AMIA fue a la reasunción de Daniel Ortega que avaló Argentina”, agregó.
En la misma línea, la titular del PRO, Patricia Bullrich, eligió la red social Twitter donde señaló: “¡El precio de apoyar dictaduras! Capitanich, en la asunción de Ortega en Nicaragua, junto a un acusado iraní por el atentado a la AMIA, con alerta roja de INTERPOL. Luchamos 4 años para mantener esas alertas y ahora las ignoran. El Memorándum fue una herramienta de impunidad”.
Desde la Coalición Cívica también mostraron su repudio y mediante un comunicado que lleva la firma de su presidente, Maximiliano Ferraro, señalaron que “la presencia del embajador argentino en Nicaragua, Daniel Capitanich, en aval del dictador Ortega, junto a un acusado del ataque terrorista a la AMIA, constituye un hecho de enorme gravedad”.
“Vamos a exigir que el canciller Santiago Cafiero y Capitanich rindan explicaciones en el Congreso. Es una deshonra para el país y un insulto a la memoria. Vergonzoso que nuestro país siga avalando dictaduras e impunidad”, subrayó Ferraro.
Los diputados del PRO, Gerardo Milman y Fernando Iglesias fueron menos “diplomáticos” y mientras el primero pidió la renuncia del Canciller a quien denominó “cafierito”, el segundo hizo referencia a que el funcionario no domina bien el idioma inglés, de cara a su próxima reunión con funcionario de los Estados Unidos.
Pero más tarde Milman dejó de lado el uso de los diminituvos y acusó al gobierno nacional de “declarado apoyo” al acusado por la justicia argentina. “Frente al declarado apoyo del gobierno nacional al acusado de ser el autor intelectual del atentado terrorista a la AMIA de 1994, en la reasunción de Daniel Ortega, deja en claro una vez más que el Kirchnerismo trabaja para cancelar las alertas rojas de los acusados iraníes de la Justicia Argentina. El no pedido del embajador Capitanich a la autocracia de Nicaragua que se encuentra en el eje con Venezuela e Irán y donde el régimen iraní invierte millones en la detención de Moshen Rezai, es otro antecedente para que Interpol levante las alertas rojas como fue el Pacto con Irán. El Kirchnerismo avanza en su política internacional de acuerdo con los asesinos de cientos de compatriotas. ¡Pedimos ya la renuncia del “Canciller” Cafiero!”
El llamado de los diputados para que se presente de manera “urgente” el Canciller al Congreso de la Nación encuentra algunos obstáculos. El primero tiene que ver con que el Poder Legislativo está de receso hasta el 1 de marzo, a no ser que se llame a sesiones extraordinarias, pero en ese proceso sólo se discuten temas que emana el oficialismo. El segundo tiene que ver con la conformación de las comisiones.
Si Cafiero es citado por el Congreso, lo debería hacer el presidente de la Cámara o a través de las comisiones pertinentes, en este caso, la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto. Esta comisión aún no fue conformada por lo que cada uno de los bloques debería decidir quiénes de sus diputados formarán parte y luego elegir las autoridades.
La reacción del oficialismo tardó más de 24 horas. A través de la cuenta oficial de la Cancillería Argentina en Twitter se publicó un texto en donde dice que “la Argentina expresa su más enérgica condena a la presencia de Mohsen Rezai en el acto de toma de posesión del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega. Su presencia constituye una afrenta a la justicia argentina y a las víctimas del brutal atentado terrorista contra la AMIA”.
“El Gobierno argentino exige una vez más al Gobierno de Irán la cooperación plena con la Justicia argentina, permitiendo que las personas que han sido acusadas de participar del atentado contra la AMIA sean juzgadas por los tribunales competentes”, agrega.
Rápidamente, el senador radical Alfredo Cornejo, señaló que el gobierno de Alberto Fernández “repudia, tarde y mal, la participación de Rezai en el acto de reasunción de Ortega”, y que le “gustaría que digan si, al saber que el acusado del atentado a la AMIA estaba allí, han arbitrado los medios para solicitar su urgente extradición”.
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