El día en el que la jueza Mariel Suárez se presentó al Instituto Penitenciario Provincial (IPP) de Trelew para la polémica visita al reo Cristian Omar Bustos había cancelado audiencias argumentando estar enferma. Así lo aseguró Ignacio Torres, senador nacional de Juntos por el Cambio por Chubut, en diálogo con Infobae.
En relación a aquella jornada, en la que los besos quedaron registrados por una cámara de seguridad, Torres comentó: “Lo relevante es que hay un agravante: el día en el cual ella está en una situación por lo menos comprometedora de cercanía, con o sin besos, ella suspendió audiencias porque dijo que estaba enferma”.
“De hecho, esto lo agregamos a la denuncia que vamos a estar presentando el lunes, denuncia a la cual también va a adherir la familia del policía que fue víctima del asesino Bustos, que es el preso que se ve con esta jueza”, comentó Torres a propóstio de pedido de destitución que presentará oficialmente en la provincia el primer día hábil de la próxima semana.
Cuenta el senador nacional que el dato sobre lo ocurrido aquel día surge de una investigación. “Empezamos a investigar y hablamos con los representantes del Superior Tribunal, con el Procurador y con varios referentes del Poder Judicial de la provincia y una persona de la oficina judicial nos dice: ‘Mirá, nosotros sabemos que ese día ella dijo que estaba enferma y suspendió audiencias’”, narró.
A través de fuentes judiciales, Infobae tuvo acceso al número del legajo (115.713 NIC 13553) de la audiencia correspondiente al jueves 30 de diciembre que la jueza suspendió para asistir al Instituto Penitenciario Provincial (IPP) de Trelew. “Estaba de turno hasta el 31 a las 12 de la noche”, aseguran sobre las funciones que debía cumplir la magistrada de Comodoro Rivadavia. El miércoles 29 y el jueves 30 de diciembre pasado, la jueza penal ingresó al IPP de Trelew. El primer día estuvo casi tres horas, el segundo, dos.
“Cuando contamos con los papeles y vimos que efectivamente ella suspendió audiencias ese día, pudimos constatar que fue así. No sólo está el hecho de la situación comprometedora con el preso, también el hecho de que no cumplía con sus funciones mintiendo y diciendo que estaba enferma para ir a ver a esta persona”, comentó sobre los documentos el senador.
A propósito del objetivo del jury, Torres manifestó sobre la jueza Suárez: “Esperamos que no siga en su cargo básicamente. Creemos que es peligroso que una jueza así siga estando en su rol”.
“Acá hay una parte de la Justicia chubutense y también a nivel nacional que es corporativa. Se defienden entre ellos y ya está el antecedente en su momento cuando (Suárez) fue enjuiciada y destituida del cargo. Ahí hicieron uso de la trampa administrativa y de los vacíos legales para poder restituirla en su cargo”, recordó el senador. Luego, agregó: “No queremos que pase de vuelta eso, por eso si bien el Superior Tribunal la sumarió, queremos que enfáticamente se haga un jury para que no siga en su cargo con el debido proceso y demás, porque creemos que hay que ir hasta las últimas consecuencias”.
El caso del escándalo en Chubut
La jueza llegó al Instituto Penitenciario Provincial (IPP) de Trelew el 29 de diciembre pasado a las 16.40 y pidió ver a uno de los detenidos. Se fue pasada las 19.30, cuando le avisaron que finalizaba el horario de visitas. En la sala donde se produjo el encuentro había cámaras. Lo que filmaron provocó un escándalo en la provincia de Chubut.
En las imágenes se ve a la magistrada a los besos con el condenado por un tribunal que ella misma integró. Fue sumariada.
El reo en cuestión, considerado de alta peligrosidad, fue identificado como Cristian Omar Bustos, alias Mai, quien en diciembre pasado fue condenado a perpetua en Esquel por matar a un policía en 2009 por un tribunal que integraba, precisamente, la jueza Suárez: ella votó en disidencia.
Todo se descubrió cuando la seguridad interna del instituto penitenciario denunció ante la autoridad superior lo sucedido entre la jueza y el condenado en la sala que compartieron por casi tres horas. Se besaron, se abrazaron, compartieron comida y tomaron mate, algo “prohibido de compartir en virtud de la pandemia que se cursa”, reza el denunciante en la denuncia a la que tuvo acceso ADN Sur.
Cristian Omar “Mai” Bustos, de 40 años y oriundo de la localidad de Corcovado, es considerado un preso de “alta peligrosidad”, lo cual será todavía por unos cuantos años más: cuenta con una condena firme a 20 años de prisión por el crimen de su hijastro, un bebé de 9 meses, en el año 2005, además de la sentencia reciente a prisión perpetua por matar a un policía y herir a otro en 2009 durante un operativo en el que pretendían detenerlo.
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