Las idas y venidas entre el oficialismo y la oposición por las reuniones informativas sobre el estado de la negociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) amenazan con perpetuarse de cara al cónclave -organizado entre cruces- del presidente Alberto Fernández y el Ministro de Economía, Martín Guzmán, con los gobernadores de Juntos por el Cambio. La fecha y la sede del encuentro son el eje de nuevos cortocircuitos que evidencian, una vez más, las dificultades en el acercamiento entre el Frente de Todos (FDT) y la oposición.
El miércoles se celebró la primera reunión informativa de Guzmán con la mayor parte de los gobernadores y sus vices, en medio de una polémica por la reticencia de los jefes provinciales de la oposición a asistir. Finalmente, Juan Schiaretti (Córdoba); Gustavo Valdes (Corrientes), Gerardo Morales (Jujuy) y Rodolfo Suárez (Mendoza) enviaron a funcionarios de su confianza a escuchar el discurso político del Presidente y la exposición técnica del ministro de Hacienda en el Museo del Bicentenario. El único que no mandó emisarios fue el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el dirigente opositor con cargo ejecutivo más distanciado del Frente de Todos.
Sin embargo, los tres delegados permanecieron callados, mientras escuchaban las vehementes críticas que emitieron durante el cónclave algunos gobernadores oficialistas, especialmente el bonaerense Axel Kicillof y el chaqueño Jorge Capitanich, contra Juntos por el Cambio en general, por la toma de deuda en 2018 durante el gobierno de Mauricio Macri, y contra sus propios jefes políticos, por la reticencia a asistir al encuentro.
La presencia de delegados del interior opositor fue un logro de Alberto Fernández, que convenció telefónicamente a los gobernadores a través su principal interlocutor, Gerardo Morales. Buscaba desesperadamente, además de informarlos sobre las negociaciones, dar una señal de cierto respaldo en el arco político al FMI, que plantea el “consenso” como una de las condiciones centrales, además de las económicas, para avalar un programa de facilidades extendidas.
En esas charlas febriles, el Presidente también logró un compromiso de parte de los opositores con cargos ejecutivos a participar de un encuentro “exclusivo” con Alberto Fernández y Guzmán con el mismo fin de informar sobre el refinanciamiento de la deuda. El jueves, los cuatro líderes del interior y el jefe de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, confirmaron que participarían. De inmediato, los jefes de bloque de Juntos por el Cambio exigieron estar presentes. Ya venían pidiendo, desde la semana anterior, que Guzmán asistiera al Congreso. En la Presidencia dijeron a Infobae que tienen planeado extenderles una invitación.
Fuentes oficiales informaron que la exposición del ministro Guzmán será muy similar a la que planteó ante los gobernadores oficialistas y los representantes de los opositores. Y acotaban que probablemente se celebre, al igual que el primer encuentro, a puertas abiertas y con transmisión de audio y video, vía streaming. También estarán presentes, nuevamente, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.
Más allá de la confirmación del encuentro, hay cortocircuitos sobre el momento y el lugar. Aunque puedan parecer triviales, esas cuestiones son parte de la tirante negociación entre el oficialismo y la oposición. Días antes del encuentro, aún no se habían definido y había posturas contrapuestas.
Los caciques de Juntos por el Cambio, embarcados a su vez en una fuerte interna, bregaban por que la reunión se produzca el lunes o, a más tardar, el martes próximo. “Es lo que nos dijeron el miércoles cuando nos citaron”, justificaron en diálogo con Infobae. También presionan para que el encuentro sea en el Congreso de la Nación, como venían proponiendo desde la semana pasada frente al cónclave del miércoles con todos los gobernadores. No quieren jugar de visitantes en el Ejecutivo y creen que el ámbito legislativo es el más apropiado para que todos los actores estén cómodos. El antecedente de las fuertes críticas que recibió Juntos por el Cambio esta semana en la Casa Rosada de parte de Kicillof y “Coqui” Capitanich, creen, les da la razón.
En cambio, en el Gobierno apuntan a la semana posterior al 15 de enero. Atan la convocatoria a la presencia de Máximo Kirchner y Sergio Massa, que se encuentran de vacaciones y regresan hacia el final de la próxima semana. Además, plantean que se realice en el Palacio de Hacienda, y no en el Congreso como piden los opositores. De todas formas, le restan importancia a los detalles operativos del encuentro. “Presionan por la fecha y el lugar cuando dejaron una deuda insostenible y ese es el problema. Buscan discutir por nimiedades, deberían ser más responsables”, dijeron el viernes, con el mal sabor de las discusiones previas aún presente.
Después de los cortocircuitos del miércoles no hubo comunicación de parte de Hacienda con los líderes opositores, aseguraron en JxC. “No tenemos ninguna precisión”, dijeron ante una consulta de este medio desde el entorno de Guzmán y en Balcarce 50. Después, desde el interbloque de Juntos por el Cambio y cerca de Morales aseguraron a Infobae que habían recibido el visto bueno a un encuentro en el Congreso el lunes de la otra semana. Pero en Economía como en la Casa Rosada aseguraron que “no hay nada agendado”.
En la oposición atribuyen la demora en la convocatoria al comunicado crítico que emitió Juntos por el Cambio el jueves a partir de la reunión de la Mesa Nacional de la fuerza, de la que participaron los referentes más cuestionados por el Gobierno, Mauricio Macri y Patricia Bullrich, integrantes del ala dura de la oposición; y los representantes del sector dialoguista, como el gobernador Gerardo Morales y el diputado nacional Mario Negri, que conversa a diario con Massa. En el texto, la oposición cuestionó la exposición de Guzmán, al considerar que “no presentó ningún programa”, y pidió que “el lunes traigan información concreta y sustancial sobre cuáles son los pasos a seguir para que la Argentina retome el camino del crecimiento”.
“No debe haber caído bien el comunicado de la Mesa Nacional de JxC, que era pura crítica a lo que hizo Guzmán en el Museo del Bicentenario”, aventuraron cerca de uno de los líderes identificados con las “palomas”.
Por ahora, el encuentro no tiene fecha. Ayer desde Economía, la Casa Rosada, los interbloques de diputados y los entornos de los gobernadores radicales aseguraban que “no hay nada definido”. En el oficialismo como en la oposición, todos daban prácticamente por descontado que el cónclave no se realizará la próxima semana, sino la otra.
Mientras tanto, la ola de contagios de coronavirus, que superó los 100.000 casos diarios el jueves, también complicaba el encuentro. Esta semana, los gobernadores radicales Morales y Valdes estuvieron aislados por contacto estrecho, y en el Gobierno creen si no hubieran tenido ese inconveniente, podrían haber estado presentes en el encuentro del miércoles. Y el viernes por la tarde se conoció que el presidente de la Cámara de Diputados, Massa, también se vio obligado a recluirse, lo cual disminuía, al final de una semana de chicanas entre oficialismo y oposición, las chances de que el encuentro con los gobernadores de Juntos por el Cambio y los jefes de los interbloques del Congreso vaya a producirse en lo inmediato.
La negociación entre la Argentina y el FMI continuará entre Buenos Aires y Washington, a la búsqueda de un acuerdo que satisfaga -por igual- a la Casa Rosada y a la Casa Blanca.
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