Fue un semana negra para María Eugenia Vidal. Quizá no le sacará el primer lugar en el podio a ese fatídico domingo de 2019 en que perdió las elecciones en la provincia de Buenos Aires, pero coincidieron varios hechos que le habrán quitado la sonrisa a la diputada de Juntos por el Cambio.
El peor día fue el lunes pasado, primero cuando se difundió un video, presentado por la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) ante la Justicia, en el cual el ex ministro de Trabajo bonaerense Marcelo Villegas dijo que quería crear “una Gestapo” para perseguir a opositores mediante el armado de causas judiciales, en particular al ex jefe de la UOCRA platense, Juan Pablo “Pata” Medina. “Si yo pudiera tener una Gestapo para terminar con todos los gremios, lo haría”, fue la frase.
Cuando era gobernadora, Vidal hizo de la detención del “Pata” Medina en 2017 una bandera política: en ese momento dijo que en la Provincia “no hay más lugar para la mafia y la extorsión” y destacó que su administración nunca validó “los acuerdos que (Medina) imponía con contratistas del Estado”. “Antes había complicidad, o por lo mínimo había indiferencia”, resaltó.
“Hace tiempo que empezamos con esto, cuando combatimos el delito dentro de las fuerzas, cuando entramos en barrios peleando contra bandas de narcotráfico, cuando vemos situaciones como La Salada -sostuvo-. Los argentinos empezamos a sentir que hay un trabajo hecho entre todos, un Estado que no es más cómplice y una Justicia que avanza de verdad”.
Al criticar a Medina, Vidal afirmó que “la amenaza no es el camino, hoy no hay lugar para el apriete; no vamos a convivir con eso, hay una Justicia que no está dispuesta a convivir con eso”.
Ahora, sin embargo, las imágenes donde se lo ve al ministro del gobierno de Vidal en un encuentro con empresarios de La Plata, funcionarios nacionales del área de inteligencia, provinciales y municipales hablando sobre la coordinación de una estrategia para enfrentar al “Pata” Medina tuvieron un fuerte impacto en las filas de la ex gobernadora y en todo Juntos por el Cambio.
En general, la coalición opositora reaccionó con el silencio, alguna voz en defensa de Vidal (como la de Martín Tetaz) o críticas contra Villegas por haber banalizado la mención de la Gestapo, algo que incluso fue cuestionado por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA).
Cristina Kirchner no se perdió la oportunidad de vincular el video de Villegas con sus denuncias sobre las “mesas judiciales” del gobierno de Mauricio Macri donde supuestamente se organizaban causas judiciales en contra de ella. “Qué otras pruebas necesitará el Poder Judicial Argentino sobre la existencia de mesas judiciales y asociaciones ilícitas que tuvieron lugar durante el gobierno de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal”, indicó la Vicepresidente en Twitter.
En 2017, cuando el polémico sindicalista de la UOCRA La Plata fue detenido por supuesta asociación ilícita, extorsión y lavados de activos, Cristina Kirchner estaba en sintonía con la postura de Vidal: “El Pata Medina, es un personaje nefasto si los hay. Nosotros lo enfrentamos toda la vida”, señaló.
Para Vidal, que aún no dijo nada respecto del video de Villegas, ese mismo lunes hubo otra mala noticia: quedó afuera de la nueva composición de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, donde era una de sus integrantes desde fines de 2019 en su condición de gobernadora bonaerense.
Ahora, se decidió un replanteo de la conducción nacional de JxC para hacerla más ejecutiva y, aunque no se redujo la cantidad de miembros, hubo consenso en que desde ahora estuviera integrada de la siguiente forma: Mauricio Macri en su carácter de ex presidente; los titulares de los cuatro partidos (UCR, PRO, CC y Peronismo Republicano); los gobernadores y el jefe de Gobierno porteño; los presidentes de los bloques e interbloques de diputados y senadores de esos mismos partidos, más dos miembros que definirá la UCR, otros dos el PRO, uno la CC y uno el Peronismo Republicano.
Respecto de la composición anterior, quedaron afuera Vidal, quien ya no es mandataria bonaerense, y los titulares de los partidos de JxC de la provincia de Buenos Aires, Jorge Macri (PRO), Maximiliano Abad (UCR) y Andrés De Leo (Coalición Cívica). Lo llamativo es que la ex gobernadora tampoco ocuparía alguno de los dos lugares en la Mesa Nacional que puede designar el PRO.
La semana negra de Vidal se cerró el martes pasado con la modificación en la Legislatura bonaerense del proyecto que limitaba las reelecciones indefinidas de intendentes de la provincia de Buenos Aires y que se votó en 2016, como fruto de un acuerdo entre ella y Sergio Massa, líder del Frente Renovador. Ahora, unos 90 jefes comunales de la Provincia quedaron habilitados para presentarse nuevamente en 2023, pese a haber sido elegidos en 2015 y haber cumplido dos mandatos consecutivos.
La decisión partió a Juntos por el Cambio (respaldaron los cambios la UCR y un sector del PRO) y bajó otra bandera de Vidal, en este caso contra la reelección indefinida y la perpetuación en el poder. “Hoy es un día triste y de retroceso para la democracia de la provincia -afirmó la ex gobernadora a Infobae-. Volvimos atrás con una ley limitaba la elección de un intendente a dos mandatos y obtuvieron uno más, habilitándolos a quedarse 12 años en el poder”.
“Los argumentos sobre los abusos de algunos intendentes en la reglamentación de la ley se resolvían derogando la reglamentación, no habilitando un mandato nuevo para todos”, dijo la diputada.
Aun así, Vidal rescató “la actitud de diputados y senadores de distintos partidos que votaron en contra, defendiendo con coherencia lo que es mejor para la gente”. “Aunque mi posición no fue la que prevaleció -agregó-, esto para mí nunca se trató de ganar o perder sino de defender mis convicciones, sin especulaciones y en coherencia con lo que siempre dije e hice”, dijo.
La ex gobernadora terminará el año con la satisfacción de haber ganado las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires en medio de la polémica que desató su mudanza de distrito y las dificultades para asegurar los votos del electorado duro porteño, que prefería candidatos más identificados con el antikirchnerismo y no con posturas moderadas como la de ella u Horacio Rodríguez Larreta.
Aun así, el 47% de votos que obtuvo en la Ciudad no alcanzó el 50% que esperaba el larretismo y el triunfo resonante (le sacó 22 puntos a Leandro Santoro, del Frente de Todos) tuvo un sabor amargo que aprovecharon rivales internos para relativizar la magnitud del resultado: “Esperábamos un mejor resultado”, aseguró la jefa del PRO, que ayer se mostró con Rodríguez Larreta en un encuentro con fiscales del PRO que participaron de las elecciones y a quienes les agradecieron el trabajo realizado.
Si se considera que Rodríguez Larreta es su amigo y Bullrich una tenaz adversaria interna, ¿habrá sido esta foto otra mala noticia para Vidal? La semana, por suerte para Vidal, termina el sábado.
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