Finalmente, la causa contra Marcelo D’Alessio aterrizó en Comodoro Py. La Cámara Federal de Casación Penal había ordenado sortear a un juez que se hiciera cargo de la investigación que hace casi tres años nació en el juzgado federal de Dolores y que tuvo como eje principal al falso abogado, a ex policías bonaerenses y ex espías.
El azar ungió en primera instancia a la jueza María Eugenia Capuchetti, quien se excusó por las mismas razones que había desistido de investigar a la entonces asociación ilícita contra espías macristas que había nacido en Lomas de Zamora. Sobre esa base, la Cámara Federal porteña hizo un nuevo sorteo y el caso recayó en el juzgado de Ariel Lijo, informaron a Infobae fuentes judiciales.
Habrá que ver ahora si Lijo acepta quedarse con el expediente. Pero su nombre era uno de los que se barajaban para terminar quedándose con la investigación. Es que a él le había tocado el planteo del ex jefe de la AFI macrista Gustavo Arribas para reclamar que Comodoro Py investigara la causa por las bases AMBA. Allí el fiscal es Franco Picardi.
El caso sobre el espionaje en las bases AMBA es una de las causas que, por conexidad a la causa D’Alessio, se tramita en Dolores. La otra es la causa en la que está procesado el ex presidente Mauricio Macri, junto a otros directivos de la AFI, por el espionaje a los familiares de las víctimas del ARA San Juan.
Precisamente, la defensa de Macri le había pedido a Lijo que reclamara la causa de Dolores, en el marco de un planteo de inhibitoria. Ya el presidente de la Cámara Federal porteña Martín Irurzun había dicho que esa causa debía ser investigada en Comodoro Py. Así lo pedían los acusados a la hora de reclamar la competencia de los tribunales de Retiro: si las ordenes salieron desde la Casa Rosada y/o la AFI, esas decisiones se tomaron en la Capital Federal y por lo tanto los tribunales de Retiro tienen la competencia territorial para juzgar esos hechos.
El caso D’Alessio llega a Comodoro Py cuando ya estaba a punto de ser enviado a juicio oral. La causa nació en enero de 2019 en el juzgado federal a cargo de Alejo Ramos Padilla. La denuncia la había hecho un empresario llamado Pedro Etchebest que sostenía que D’Alessio le había pedido plata para ayudarlo a no quedar involucrado en la causa de los cuadernos y le hablaba de su cercanía con el fiscal Carlos Stornelli. La denuncia incluyó información sobre un encuentro entre Dalessio y Stornelli en un parador de Pinamar.
Fue la ex diputada Elisa Carrió la que difundió por redes sociales que el caso existía y lo denunció como una operación para hacer caer la causa Cuadernos. Días después, Carrió acercó a Comodoro Py unas transcripciones de diálogos que le habían llegado y que dio inicio a la causa conocida como “Operativo Puff”.
D’Alessio, aún preso y con una condena a cuatro años de prisión por extorsión, fue acusado de ser el eje de una organización paraestatal que hacía tareas de inteligencia junto a dos ex policías bonaerense que pasaron por la AFI, otro ex agentes, el fiscal de Mercedes Juan Bidone y un grupo de amigos acusados de lavado de dinero. En la causa también fueron procesados por Ramos Padilla el fiscal Stornelli -luego de una seguidilla de citaciones a indagatoria- y el periodista de Clarín Daniel Santoro. La Cámara Federal de Mar del Plata alivió a solo dos hechos la acusación contra Stornelli y dictó la falta de mérito del periodista en las imputaciones en su contra. La semana pasada, Casación rechazó la apelación de Stornelli contra su procesamiento, pero dispuso que el caso tenía que pasar a Comodoro Py.
Ayer, el juez federal de Dolores subrogante Martín Bava dispuso “conforme fuera ordenado por el superior” enviar el caso D’Alessio a los tribunales de Retiro. Sin embargo, aunque las causas son conexas, el juez no envió los expedientes atados a al caso D’Alessio: la investigación sobre las bases AMBA y la causa por el espionaje a los familiares de las víctimas del ARA San Juan, en donde está procesado el ex presidente Mauricio Macri.
Eso generó el cuestionamiento de la fiscalía a cargo de Juan Pablo Curi. “Solicito a V.S. que proceda del modo postulado y, en consecuencia, remita también a la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a sus efectos, todas aquellas causas conexas y/o acumuladas a las presentes actuaciones, sus incidentes, legajos de prueba y efecto”, dijo el fiscal, tal como informó Infobae.
Es que la suerte de las tres causas, al estar ligadas a la conexidad, corrían todas el mismo destino. Si una se iba, se iban a todas. Hasta ahora, el juez Bava no contestó el planteo, pero la designación de Lijo en el expediente podría acelerar el trámite.
Antes de llegar a Lijo, para hacerse cargo del caso había salido sorteada la jueza Capuchetti. En la resolución de excusación de 12 páginas a la que accedió Infobae, la jueza explicó que no podía hacerse cargo de la causa, tal como ya lo había dicho en la causa de Lomas de Zamora. “Lamentablemente me encuentro dentro de las personas que sin motivo aparente habrían sido espiadas por la agencia aludida en el período reseñado y entonces podría ser necesaria mi intervención en el proceso desde otra posición”, señaló.
La jueza dio por hecho la remisión que deberá realizar el juez Bava sobre las otras causas que salpican a la AFI. “Una futura remisión de las causas conexas en las que se encuentran sometidas a proceso las más altas autoridades de la AFI no haría más que consolidar el estrecho vínculo de las presuntas tareas de inteligencia ilegal ventiladas en las distintas causas que se han venido mencionado”, señaló.
En Comodoro Py se había abierto otra causa sobre el capitulo D’Alessio en 2019. El juez Julián Ercolini tiene una causa en la que Stornelli denunciaba a D’Alessio por las mismas maniobras que se analizaban en Dolores. El juez de Dolores Alejo Ramos Padilla se negó a mandarle en ese momento el expediente porque él a Stornelli lo tenía como acusado y no como víctima. El planteo de Ercolini para tener la causa nunca prosperó.
Seguir investigando