Aún persisten las esquirlas del dinamitado Presupuesto 2022. Lo que fue una derrota para el Gobierno Nacional, ahora es un ítem mas en la interna de Juntos por el Cambio. En medio de la tensión entre el oficialismo y la oposición, el próximo lunes cuando Alberto Fernández reciba a los Gobernadores para firmar el Consenso Fiscal 2021 -que regirá el año entrante- contará con el respaldo de los tres de la Unión Cívica Radical: el jujeño Gerardo Morales, el mendocino Rodolfo Suárez, y el correntino, Gustavo Valdés.
Juntos por el Cambio cuenta con los tres mandatarios provinciales radicales y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Cada uno con sus diferencias y criterios, cercanías y lejanías con Casa Rosada, sin embargo los cuatro juegan en tándem e intentan coordinar sus acciones dentro de la coalición opositora. Un articulado necesario frente a los vicios de la nueva política de aquellos “libres pensadores” que exacerban su oposición al Frente de Todos en el Congreso sin la responsabilidad de tener que administrar una provincia, y sin tener en cuenta que las discusiones fiscales conllevan un costado macroeconómico y otro político.
Bajo esa lógica, Alberto Fernández llamó al pacto fiscal que le implica cierta amplitud en un marco en el que Nación destinará a su criterio los fondos que las provincias deberían recibir de manera directa sino se hubiese caído el Presupuesto 2022. A la espera de que se apruebe una nueva ley de leyes, el envío de fondos será una herramienta más de negociación política para el Poder Ejecutivo Nacional.
El lunes a las 17 en Casa de Gobierno, el Presidente junto al ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, recibirá a los mandatarios provinciales. El Consenso Fiscal que se aplicará a partir del año que viene permitirá a las provincias crear nuevos impuestos, como por ejemplo, un “impuesto a la herencia” y también incrementar otros, como las alícuotas de ingresos brutos de algunas actividades.
“Lo único que hacemos nosotros es darle autonomía política a cada una de las provincias para que decidan si aumentan o no, pero con un tope”, aclaró este jueves la secretaria de Provincias del Ministerio del Interior, Silvina Batakis.
El Consenso Fiscal fue impulsado durante la gestión de Mauricio Macri con la mira puesta en ordenar las estructuras tributarias de las jurisdicciones. Este es otro punto por el cual los mandatarios provinciales de la oposición llegarán el lunes a Casa de Gobierno con lapicera en mano para la rubrica del propuesto por Alberto Fernández. Si bien se manifestaron en contra de que se delegue en las provincias la facultad de establecer o incrementar los impuestos, “no firmarlo para nosotros es volver a la aplicación del Consenso Fiscal 2017 que establece una baja de impuestos no gradual, sino inmediata”. En el caso de Jujuy impacta en una reducción de recaudación en torno a los 6 mil millones de pesos. La situación de Corrientes y Mendoza es similar, no pueden bajar su nivel de ingresos y su único camino para no perder recaudación es acompañar al Presidente. No obstante, en ninguna de las tres provincias aumentarían impuestos. Al menos así lo adelantaron desde las respectivas administraciones.
El que se despegó fue Rodríguez Larreta quien, a diferencia del resto de las jurisdicciones, tiene una caja que la garantiza cierta autonomía. “Qué le importa a la Ciudad que haya presupuesto en el país, si es otro país”, reprocharon fuentes radicales en diálogo con Infobae.
El año pasado el Gobierno porteño también había rechazado la firma del pacto fiscal ya que había un párrafo que ratificaba la quita de la coparticipación a la Ciudad que encabezó Alberto Fernández y que fue el puntapié inicial de la ruptura del diálogo con Rodríguez Larreta. La adhesión por parte de la CABA hubiese significado desistir del juicio contra el Estado Nacional.
“Mientras Valdés, Cornejo -en su momento- y Morales, tenían que pedirle préstamos a nuestro gobierno, a Larreta le terminaron dando un punto más de coparticipación”: desde la UCR continuaron los reproches para con el intendente de la Ciudad.
El malestar interno en Juntos por el Cambio es evidente y se profundizó aún más la semana pasada. “Todo lo venimos haciendo mal hasta acá: lo del presupuesto, la convocatoria acelerada a discutir Bienes Personales sin contar los votos...”, lamentó una de las voces fuertes de la coalición. Por ello la firma de Valdés, Suárez y Morales el próximo lunes podría ser el comienzo de una nueva mecánica de funcionamiento entre los diferentes sectores que conforman el principal espacio opositor. “De acá en más los bloques no pueden tratar temas fiscales, impositivos y presupuestarios sin consultar a las cuatro jurisdicciones y a los 600 municipios que tenemos en el país”, advirtieron desde una de las provincias afectadas.
Esta semana Alberto Fernández se reunió con los gobernadores oficialistas en la Quinta de Olivos para garantizarles que las obras no se paralizarán por el rechazo al Presupuesto 2022 y se habló sobre el pacto fiscal. El tema también fue tratado por los tres mandatarios provinciales del radicalismo y Larreta en una reunión que mantuvieron en Uspallata.
Tanto en el Frente de Todos como en Juntos por el Cambio ya acordaron, no habrá sorpresas. El Presidente contará con el respaldo explícito de los gobernadores oficialistas, Larreta se despega, y los radicales se mantendrán en silencio y firmarán el lunes. Un gesto que será interpretado, por el PRO, como de apoyo al Gobierno Nacional. Los gobernadores de la UCR responderán que son ellos los que tienen que poner la cara y administrar sus provincias.
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