Alberto Fernández junto a Martín Guzmán y Sergio Chodos, representante de la Argentina en el Fondo Monetario Internacional (FMI), elaboraron un informe de 18 páginas que cuestiona la política institucional del organismo multilateral del crédito y la decisión de otorgar un Stand-By de 44.000 millones de dólares a Mauricio Macri cuando ocupaba la Casa Rosada.
El informe oficial es el resultado de un largo trabajo que hicieron el Presidente, su ministro de Economía y Chodos para fijar la posición del Gobierno respecto al dossier técnico que hoy el board del FMI trató en su último cónclave de 2021.
Guzmán y Chodos recibieron el dossier completo del FMI hasta casi un mes. En la jerga del organismo multilateral, ese dossier se llama Informe de Evaluación Ex Post (EPE). El ministro llevó el EPE a Olivos e inició una profunda revisión junto a Alberto Fernández.
Esa revisión oficial tiene una mirada crítica del FMI y del Stand-By concedido a Mauricio Macri. En el slang del Fondo, el fallido crédito de 44.000 millones de dólares se lo conoce como SBA2018.
El board del FMI receptó el duro informe del Gobierno y lo agregó a partir de la página 98 del EPE. Se lo puede hallar bajo el título -en ingles- de Appendix IV. The Authorities´Views on the Ex-Post Evaluation of Exceptional Accesss Under the 2018 Stand by Arrangement.
Alberto Fernández y Martín Guzmán agradecen los “enormes esfuerzos” realizados por el equipo técnico del FMI que hizo la evaluación del acuerdo Stand-By de 44.000 millones concedido a Mauricio Macri. Y a continuación añaden que “esta evaluación es de vital importancia para construir entendimientos que contribuyan a evitar en un futuro situaciones económicas y sociales desestabilizadoras originadas por programas fallidos”.
Sin embargo, unas líneas más abajo, el Presidente y su ministro de Economía cuestionan la profundidad del dossier redactado por Odd Per Brekk y sus colegas del FMI. “Si bien la EPE realiza esfuerzos y avances importantes en el análisis de los fundamentos e implicancias del SBA2018, las autoridades consideran que la evaluación se queda corta en el diagnóstico de sus fallas y sesgos, así como en reconocer el daño significativo que el propio SBA2018 causó al país”, sostienen Alberto Fernández y Guzmán.
Las críticas del jefe de Estado y del titular del Palacio de Hacienda apuntan a demostrar que Christina Lagarde -por entonces directora gerente del FMI- y Donald Trump -representado por Mauricio Claver en el board- fueron condescendientes con el plan económico que prometió Macri para lograr el crédito de 44.000 millones de dólares.
“El SBA original otorgado a Argentina fue aprobado en junio de 2018 por un monto de US$ 40 mil millones de dólares (35.379 millones de DEG), equivalente a alrededor del 1.110 por ciento de la cuota argentina en el FMI, y representó el mayor préstamo otorgado en la historia del Fondo a un solo país. Se suponía que el SBA2018 debía tener un tiempo de duración de tres años y su desembolso estaría condicionado al cumplimiento de una serie de metas relacionadas con la evolución de las cuentas fiscales y de la política monetaria”, describen Alberto Fernández y Guzmán.
Y luego de esta apretada descripción, que se ajusta a los hechos sucedidos hace más de tres años, el jefe de Estado y su ministro avanzan en una profunda crítica tácita a Lagarde, Claver y el resto de los países del G7 que apoyaron los planes propuestos por Macri y Nicolás Dujovne, a cargo del Palacio de Hacienda en esa época compleja e incierta.
“El objetivo del Programa era ayudar a Argentina a superar su crisis sobre la base de cuatro pilares: restaurar la confianza del mercado, proteger a los más vulnerables de la sociedad, fortalecer la credibilidad del marco de metas de inflación del Banco Central, y progresivamente disminuir las tensiones en la balanza de pagos. Ninguno de estos cuatro objetivos fue alcanzado.”, afirman Alberto Fernández y Guzmán sobre la evaluación que hizo el FMI sobre el crédito concedido a Macri en 2018.
La secuencia de argumentos hilvanados por el Presidente y su ministro apuntan a desembocar en un cuestionamiento directo a la concesión del crédito a Macri y a los programas de ajuste que defendía el board en esos momento, y a fundamentar la necesidad de cambiar el paradigma del FMI frente a la crisis económica y social causada por la pandemia del COVID-19.
“La visión de las autoridades argentinas es que el SBA2018 se construyó sobre un paradigma que obstaculizó fundamentalmente la consecución de sus objetivos principales. Concretamente, el Programa se basó en un conjunto de premisas y supuestos que no aplicaban para el caso de Argentina, entre los que se incluyeron la desatención a la vulnerabilidad externa, una concepción limitada del proceso inflacionario, los efectos de las políticas monetarias y fiscales contractivas en el contexto macroeconómico que prevalecía, y una definición inadecuada de lo que implica la apropiación de un programa por parte de una nación soberana”, plantearon Alberto Fernández y Guzmán al fijar la posición del Gobierno ante la revisión del FMI sobre el crédito contraído por Macri.
Mauricio Claver, actual titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), confesó durante una charla por zoom que el Stand-By otorgado a Macri tenía como objetivo colateral evitar que el peronismo -Cristina Fernández de Kirchner- regresara a la casa Rosada.
Al momento de la confesión, Claver seguía siendo representante de Donald Trump en el board del FMI y buscaba votos en América Latina para lograr la presidencia del BID. Finalmente, logró su objetivo político -pese al rechazo de Argentina-, y ahora mantiene fluidas relaciones con Gustavo Beliz y Sergio Massa.
En este contexto, Alberto Fernández y Guzmán cuestionan las razones geopolíticas de Trump que apostaba a preservar a Macri en Balcarce 50 con la concesión de un crédito que manejaron en tándem Christine Lagarde y Claver, que llegaba sin escalas al Salón Oval de la Casa Blanca.
“La discrepancia entre los puntos de vista del personal técnico del FMI y las decisiones tomadas por el organismo refuerza la opinión de que el Programa constituía un “préstamo político”, que buscaba mejorar las posibilidades electorales de la administración que estaba en funciones en aquel momento, descuidando las consecuencias a mediano y largo plazo para la población argentina. Las consecuencias para el país fueron desastrosas y durarán por mucho tiempo”, explican el jefe de Estado y su ministro en la presentación oficial ante el board del FMI.
Pero los cuestionamientos de Alberto Fernández y Guzmán a la concesión del Stand-By no terminan en el ámbito político. También aseguran que el FMI aprobó los 44.000 millones para facilitar la fuga de capitales y la bicicleta financiera durante la administración de Mauricio Macri.
“Las autoridades consideran que la evaluación y diagnóstico de los problemas de Argentina al momento del diseño del SBA2018 fueron, o bien incorrectos—si es que el Programa iba a lograr las metas que se plantearon—, o bien funcionales para favorecer los intereses creados—como aquellos que se beneficiaron de una reestructuración retrasada de la deuda pública denominada en moneda extranjera o de la formación masiva de activos externos apoyada en el financiamiento provisto por el SBA2018.”, escribieron el presidente y su ministro de Economía en la presentación que llegó al board del FMI.
Alberto Fernández y Guzmán también describen su mirada respecto al nuevo perfil que debería tener el Fondo Monetario Internacional. “En el mundo actual, la comunidad internacional necesita un FMI fuerte, eficaz y bien equipado para enfrentar los numerosos desafíos económicos y financieros que se avecinan”, sostuvieron el jefe de Estado y el titular del Palacio de Hacienda.
El presidente aprovechó el informe para explicitar su mirada respecto a las futuras responsabilidades del FMI. Esa perspectiva aparece sin eufemismos en la conclusión del dossier de la Argentina incorporado al EPE del Fondo.
““Aprender de la experiencia del SBA2018 de Argentina es crucial para fortalecer la preparación de la comunidad internacional para abordar de manera efectiva los desafíos provocados por la pandemia de COVID19. Las autoridades argentinas están convencidas de que el FMI sería más eficaz en la gestión de la crisis internacional actual si revisara los principios generales en los que a menudo se basan sus programas y abordara el desajuste entre las recomendaciones de los programas y las diversas realidades de los países en desarrollo”, afirmaron Alberto Fernández y Guzmán en plena negociación de un crédito Stand-By que se fue de la Argentina tan rápido como llegó.