El presidente Alberto Fernández protagonizó hoy el acto de homenaje a las víctimas de la represión policial ocurrida entre el 19 y 20 de diciembre en todos los rincones del país. En el evento llevado a cabo junto a familiares y funcionarios en la Casa Rosada, el mandatario afirmó que “el Estado no está para ser violento, está para hacer justicia”.
El acto comenzó poco después de las 12 del mediodía en la entrada de la Casa de Gobierno, de cara a la Plaza de Mayo. Además, del mandatario, también habló el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti.
Durante su discurso, el presidente Fernández afirmó: “Hoy es un día triste, objetivamente. Es un día donde los argentinos nos enlutamos para recordar la muerte injusta de muchos argentinos y argentinas. No es un día de alegría, de algarabía, es de recuerdo, de memoria, donde solo estamos acá para rendirle tributo a las víctimas de la violencia institucional”.
Y agregó: “Muchos de los que salimos a quejarnos, terminaron su vida ese día, por la brutalidad del estado, por la incapacidad del Estado para dar una respuesta y por algo que hay que desterrar de una vez y para siempre que es eso que nosotros llamamos violencia institucional. El Estado no está para ser violento, está para hacer justicia. Y menos para ser violento contra los que reclaman legítimamente sus derechos. Lo que el Estado tiene que hacer cuando eso pasa es escuchar, no disparar tiros. Pero eso fue lo que nos vivió en la Argentina en ese tiempo. Y en este momento, que se cumplen 20 años de esta jornada, nos pareció propicio que el Estado Nacional institucionalmente se hiciera cargo de lo ocurrido”.
En el acto, hubo funcionarios como el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, quien el 20 de diciembre estuvo protestando en la Plaza de Mayo en su condición de militante de la agrupación H.I.J.O.S. y fue brutalmente golpeado y detenido por las fuerzas policiales.
También estuvieron presentes el secretario general de la presidencia, Julio Vitobello, y la portavoz de la presidencia, Gabriela Cerrutti, entre otros.
“En este momento, que se cumplen 20 años de esta jornada, nos pareció propicio que el Estado Nacional institucionalmente se hiciera cargo de lo ocurrido. Que no pasara como una marcha más de gente que busca reivindicar la memoria y busca la justicia que no llega. La Justicia en este tardó en llegar 20 años y llegó mínimamente, porque ninguno de los condenados fue condenado por los homicidios ocurridos”, afirmó Fernández.
Recién el último 14 de diciembre, 20 años después de los asesinatos, la Sala I de la Cámara de Casación Penal ratificó las penas por los homicidios de Gastón Riva, Carlos “Petete” Almirón, Alberto Márquez, Diego Lamagna y Gustavo Benedetto. Los acusados fueron Enrique Mathov, ex secretario de Seguridad del gobierno de Fernando de la Rúa, Rubén Santos, exjefe de la Policía Federal, y Norberto Gaudiero, exdirector general de Operaciones de esa fuerza, quienes todavía no realizaron cumplimiento efectivo por ninguna de las penas.
“Esto llegó 20 años después porque los que tenían que firmar el fallo sabían que se iba a colmar de gente el día 20 de diciembre reclamando justicia. Y quisieron acallar esas voces. La verdad que no sé si lograron acallar esas voces con esa condena, lo que no quitaron es nuestro espíritu, de seguir manteniendo viva la memoria de esas víctimas, seguir reivindicando la idea de que el Estado no está para ejercer violencia contra el que protesta. Hay que desterrar definitivamente cualquier forma de violencia institucional y seguir preservando los derechos que tenemos en una república de hablar libremente y de quejarnos libremente”.
En el acto también estuvieron presentes familiares y amigos de algunas de las víctimas mortales de esos dos días de estallido social. En todo el país se registraron más de 30 asesinatos durante las revueltas del 19 y 20 de diciembre.
Alberto Fernández, Pietragalla y un grupo de niños familiares de víctimas se encargaron de descubrir una placa homenaje a las víctimas, ubicada junto al pasillo de la entrada principal a la Casa Rosada.
La placa, de color dorado reza la frase: “En memoria de quienes fueron víctimas de la violencia institucional, defendiendo la democracia en todas las calles del país. El dolor por las vidas perdidas es el cimiento para luchar por una Argentina justa”.
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