Las coincidencias con Brasil aumentaron y ahora la misión conjunta será convencer a Uruguay de cuáles son los motivos para mantener al Mercosur como está o con la menor cantidad posible de cambios hasta que pase la pandemia de coronavirus. Ese es el objetivo que se planteó el gobierno de Alberto Fernández y el que desplegará en su participación en la Cumbre de Presidentes que se realizará en forma virtual este viernes desde las 10, con epicentro en la capital brasileña, Brasilia.
En la Cumbre participarán además de Fernández, el anfitrión Jair Bolsonaro que entregará la presidencia pro témpore que ejerció Brasil en los últimos seis meses a Paraguay, el uruguayo Luis Lacalle Pou y el paraguayo Mario Abdo Benítez. Y como invitados figuran los mandatarios de los estados asociados: Luis Arce (Bolivia); Sebastián Piñera (Chile); Iván Duque Márquez (Colombia); Guillermo Lasso (Ecuador); Irfaan Ali (Guyana); Pedro Castillo (Perú) y Chan Santokhi (Surinam).
Pese a las diferencias políticas e ideológicas que separan a los gobiernos argentino y brasileño, en los últimos tiempos se produjeron acercamientos importantes entre ambos países para que la integración dentro del bloque regional se mantenga en pie. La conveniencia es mutua ya que pese al COVID-19 el intercambio comercial entre ambos países se robusteció.
Argentina fue el país que más creció en cantidad de productos exportados con destino a Brasil del mundo entre enero y noviembre de 2021, período en el que aumentaron 35,5% las ventas hacia el socio comercial, según un informe que difundió la Fundación Getulio Vargas en base a datos aportados por el Ministerio de Economía de Brasil.
Uruguay sigue con su postura de flexibilizar y modernizar al mercado común con una mayor apertura al mundo y sin que sea necesaria una apuesta al consenso. Luis Lacalle Pou, sorpresivamente, le había anunciado a sus socios de bloque a principios de septiembre que había iniciado negociaciones con China para un acuerdo comercial “extra zona”, es decir sin la aprobación de los otros tres países que son miembros plenos.
En la reunión que se realizó este jueves como prólogo de la de los presidentes entre los cancilleres de los cuatro países se pudo observar que actualmente la proporción de fuerzas es de 3 a 1.
Solamente el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Francisco Bustillo, habló de ”una profunda e histórica votación de integración regional a la cual nunca renunciaremos, como tampoco renunciaremos a una vocación histórica de apertura e inserción amplia a nivel internacional”. Tanto Santiago Cafiero por el lado argentino como el brasileño Carlos Alberto França coincidieron en que se debe seguir trabajando “dentro del bloque” e instaron a fortalecerlo. Paraguay apoya esta postura.
Entre Argentina y Brasil hubo un principio de entendimiento en noviembre acerca de la reducción en un 10% del Arancel Externo Común (AEC) que es motivo de discusiones dentro del bloque desde hace bastante tiempo. Porque Uruguay pretende una reducción mas drástica para recuperar competitividad. La posición de Alberto Fernández, más proteccionista y a la espera de que se normalicen casi totalmente las actividades productivas antes de introducir cambios en las reglas del Mercosur, lo acercó a Brasil, ya que las cámaras empresarias de mayor peso de ambos países ven más conveniente esta iniciativa, para proteger a las industrias en sectores clave de la economía.
Fuentes de la Cancillería argentina le confiaron a Infobae que se espera de Bolsonaro un discurso de tono “moderado”. Sostienen que el malestar brasileño por la presencia de Lula Da Silva, el principal adversario de cara a las elecciones del próximo año, en el acto del 10 de diciembre en la Plaza de Mayo en el Festival por la Democracia y los Derechos Humanos no provocará nuevas rispideces. Atribuyen a cuestiones sanitarias la determinación del jefe de Estado brasileño que pasó la Cumbre de presencial a virtual intempestivamente.
Qué postura exhibirá Lacalle Pou todavía es una incógnita. Uruguay busca que le otorguen un permiso especial (waiver) para poder negociar con terceros países como China por fuera del mercado común. Pero el pedido formal por escrito todavía no lo hizo. Esa sería la moneda de cambio para aprobar la rebaja del AEC que argentinos y brasileños tienen acordado.
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