El presidente de la Unión Cívica Radical, Alfredo Cornejo, está quemando las naves en sus últimos días al frente del centenario partido para intentar lograr la unidad entre los dos sectores que pugnan para sucederlo.
Así, el ex gobernador de Mendoza, ahora flamante senador, intensificó en los últimos días los contactos entre los allegados al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y al ex embajador en los Estados Unidos, Martín Lousteau. Un movimiento político para, también, desactivar la escalada de tensión en la pelea internas del radicalismo.
“Se viene trabajando, es la intención de Alfredo y sería el escenario ideal”, reconocen desde el entorno del dirigente mendocino a Infobae. Sin embargo, las posibilidades parecen escasas.
“Es muy difícil lograr la unidad cuando 12 diputados se fueron y armaron otro bloque. Que primero vuelvan al bloque y después hablamos de unidad”, advierte un hombre cercano a Morales. “Esta es una discusión en la que se está definiendo la mirada y la estrategia del partido hacia adelante y dentro de Juntos por el Cambio. No puede haber dos radicalismo”, agregó la misma fuente.
En este contexto repleto de acusaciones cruzadas, el próximo viernes 17 de diciembre los delegados de la UCR de cada provincia del país tendrán que definir al nuevo presidente de la UCR y, a partir de eso, la estrategia del partido de cara a las elecciones de 2023.
La pelea se traslada también al resto de Juntos por el Cambio, porque ambos sectores se acusan de estar “jugando” para diferentes líneas del PRO. A Lousteau, impulsor de Evolución Radical, lo acusan tener un acuerdo con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Y a Morales, que trabaja para ser el candidato a vicepresidente o de Mauricio Macri o de Patricia Bullrich.
También hay críticas desde ambos lados hacia Cornejo por su estrategia de buscar una eventual lista de unidad. “Juntó a los dos el mismo día en que se rompió el bloque en la Cámara de Diputado y casi se agarran a las piñas, es muy difícil así”, analizó un asesor radical.
A pesar de las diferencias, buscan bajarle el tono a la discusión. “Hay que encontrar un punto intermedio entre lo que todos quieren, pero hay que entender y sacarle dramatismo y esto es una elección en donde habrá una mayoría que conducirá y una minoría que acompañará. Y una vez resuelta la discusión, se deberá trabajar en la inclusión de todas las líneas internas en los órganos de conducción del partido”.
Esta discusión trasciende al radicalismo y paraliza a la mesa de Juntos por el Cambio, que está a la espera de una definición. Aún no se sabe si finalmente Martín Lousteau será parte de la disputa o no. “Hoy sabemos que Morales es el candidato y todos especulamos con que Lousteau lo sea, pero hasta ahora no dice nada y sólo está la amenaza latente de que se pueda judicializar la elección”, explicó un diputado radical que se mantiene equidistante de los candidatos.
Desde Evolución Radical cuestionan la legalidad de los delegados que son los encargados de votar a las autoridades nacionales, ya que hacen referencia a que primero se deberá definir quienes son los delegados habilitados para votar porque hay dos provincias intervenidas (Santiago del Estero y Tucumán), dos con mandatos vencidos (Santa Cruz y Formosa) y uno judicializado (la provincia de Buenos Aires).
Por el lado de Morales entienden que la situación está en regla para avanzar con la elección de autoridades, incluso aunque se descuenten los ocho de Santiago del Estero y Tucumán.
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